Estafas, reventa y codicia: as¨ª ha estallado el ¡®boom¡¯ de las zapatillas deportivas (y por qu¨¦ hay quien vaticina su fin)
Casos como los del estafador Michael Maleekzadeh o pol¨¦micas como la de Kanye West, que denuncia p¨²blicamente a Adidas, convierten a las zapatillas en objeto no solo de veneraci¨®n, sino de continua controversia
A principios de agosto de este a?o, la fiscal¨ªa del distrito de Oreg¨®n denunci¨® a Michael Malekzadeh, ciudadano estadounidense, al que consideraban responsable de una estafa de m¨¢s de 80 millones de euros. Parec¨ªa otra estafa piramidal (de tama?o considerable, eso s¨ª) salvo por la naturaleza del timo: Malekzadeh fue durante a?os el capo de Zadeh Kicks, una compa?¨ªa dedicada a la reventa de zapatillas deportivas a la que muchos compraron sin saber que estaban picando un anzuelo.
El modus operandi de Malekzadhe era rupestre, pero lo que hace su caso especial es el producto que ofrec¨ªa, una de las grandes obsesiones de los ¨²ltimos tiempos, el ¨ªtem por el que adolescentes han hecho colas interminables y ahora muchos pagan cantidades impensables de dinero: las deportivas. En Zadeh Kicks uno pagaba por unas zapatillas buscad¨ªsimas de dif¨ªcil acceso y estas le llegaban r¨¢pidamente. El cliente satisfecho repet¨ªa y as¨ª hasta que un buen d¨ªa hac¨ªa un pedido mayor: entonces las ansiadas zapatillas jam¨¢s llegaban a su destino. Un Ponzi de manual. La polic¨ªa detuvo al timador y confisc¨® 60.000 pares de zapatillas de diversas ediciones limitadas de marcas como Adidas y Nike. Estas zapas se subastar¨¢n para intentar compensar a los miles de afectados, pero los expertos ya han advertido que, por mucho que se recaude, ser¨¢ insuficiente.
El mundo de las zapatillas no para de generar los titulares propios de un negocio en auge. Kanye West acusa estos d¨ªas a Adidas de copiar modelos de zapatilla de Yeezy, la marca que el rapero firma desde 2015, que el fabricante alem¨¢n ha desarrollado con ¨¦l, y que ha transformado el mercado con sus influyentes dise?os. Es una aut¨¦ntica historia de ¨¦xito: Yeezy ha sido valorada por el banco UBS entre 3.000 y 4.000 millones de euros. Pero ahora, West amenaza con abrir sus propias tiendas al margen de la multinacional. Mientras, en Oreg¨®n, los responsables de Nike ven c¨®mo el mundo se vuelve loco con los modelos que dise?a otro rapero, Travis Scott, o con otros de culto como las Jordan, las SB, o las estratosf¨¦ricas cifras que alcanzan las ediciones limitadas del malogrado Virgil Abloh. La zapatilla era algo vulgar hasta que un mont¨®n de coleccionistas y adinerados clientes decidieron que dejara de serlo.
?El fin de la fiesta?
El futuro puede no pintar tan bien. Primero por la saturaci¨®n, la propia naturaleza c¨ªclica de la moda. ¡°Se dice que el mercado de las zapas alcanzar¨¢ en 2030 los 30.000 millones de euros, pero ?qu¨¦ pasar¨ªa si desapareciera el valor a?adido que le otorgamos a las zapatillas por su rareza?¡±, se pregunta Kieran Coyle, de Sole Supplier, uno de los mayores expertos del sector en el Reino Unido. Lois Sakany, periodista de la revista Business Insider, advierte de la p¨¦rdida del hype, o sea, de la magn¨¦tica idea de exclusividad que rodea a algunos modelos. ¡°Algo est¨¢ pasando en el mercado sneaker, una suerte de correcci¨®n: el prestigio de la zapatilla disminuye y vemos el regreso de los mocasines o las botas¡±, afirmaba.
Otros popes del sector, como el youtuber Jumper Man, adivinan que habr¨¢ una bajada de los precios porque la recesi¨®n afectar¨¢ especialmente a la zapatilla, ya considerada en este ¨¢mbito un producto de lujo. Porque, adem¨¢s, existe un problema end¨¦mico en este mercado boyante: es dif¨ªcil controlar qui¨¦n compra las zapatillas al precio original para luego revenderlas por varias veces lo pagado. Kieran Coyle alerta de que en el momento en el que los grandes colosos ataquen la reventa, el mercado se derrumbar¨¢: ¡°Hasta que Nike no se tome tan en serio combatir la reventa como hace con las falsificaciones, esto seguir¨¢ prosperando¡±.
Hace solo unos d¨ªas, Patta, la legendaria tienda de Amsterdam, puso a la venta sus Air Max 1 blancas, el quinto modelo de su colaboraci¨®n con Nike. Como de costumbre, la web se colaps¨® y, solo unos minutos despu¨¦s, docenas de ejemplares de la zapatilla ya hab¨ªan aparecido en los lugares de reventa habituales, con un coste dos o tres veces superior al del precio de salida. Para los sneakerheads (los tipos que durante a?os han coleccionado zapatillas para pon¨¦rselas o intercambiarlas, m¨¢s que para hacer negocio con ellas), acabar con la agon¨ªa de la reventa ser¨ªa una gran noticia porque permitir¨ªa un acceso mucho m¨¢s sencillo a los modelos m¨¢s buscados. De momento, para los m¨¢s impacientes, han surgido herramientas como la mencionada Sole Savy, una app de pago que avisa a sus suscriptores de reposiciones, deadstocks (zapatillas que estaban agotadas y que de repente reaparecen en alg¨²n lado) u ofertas inesperadas. Una app, en inicio, planteada para los fans del fen¨®meno sneaker y no para las mafias de la reventa.
Porque, como cualquier tendencia en auge, el de las zapatillas puede haber llegado al paroxismo: los bots dise?ados para comprar zapatillas m¨¢s r¨¢pido que los humanos; el furor que provoca cada lanzamiento; el riesgo que implica el sistema de colas f¨ªsicas (hubo disturbios en ciudades como Chicago y Los ?ngeles); el fren¨¦tico calendario de novedades y la llegada al mercado de j¨®venes de toda Asia y Oriente Medio con conocimiento y dinero fresco, ha provocado una aut¨¦ntica burbuja sneaker.
Por ahora, las zapatillas se han convertido, para casas de subastas como Sotheby¡¯s, en categor¨ªas como los vinos o los bolsos Herm¨¨s: nuevos nichos donde invertir. Pero, para el cliente de la calle, el sector es casi una pesadilla. Es bastante posible que uno pueda adquirir un bolso en edici¨®n limitada de una gran marca de lujo en una tienda autorizada, pero si lo que quiere son unas Jordan Off-White, prep¨¢rese para sufrir, agarre fuerte la cartera y rece para que no le enga?en.
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