¡°Un viejo ¡®punk¡¯ desesperado por ser relevante¡±: por qu¨¦ Johnny Rotten odia la nueva serie sobre los Sex Pistols
La producci¨®n, reci¨¦n estrenada en Espa?a a trav¨¦s de Disney+, desmitifica y cuestiona parte de las versiones hegem¨®nicas de los hechos ofrecidas hasta ahora por el cantante y l¨ªder del movimiento punk
¡°Se pueden ir todos a tomar por culo. Les apoy¨¦ durante a?os y a?os, a¨²n sabiendo que no val¨ªan para nada. Ninguno de estos cabrones tendr¨ªa una carrera de no ser por m¨ª. No hab¨ªan hecho nada antes ni han hecho nada desde entonces¡±. Con estas palabras formuladas en una entrevista para The Sun el pasado abril, John Lydon (Londres, 66 a?os), m¨¢s conocido por el nombre art¨ªstico de Johnny Rotten, dej¨® claro c¨®mo se sent¨ªa por el hecho de que sus excompa?eros Steve Jones y Paul Cook, respectivamente guitarrista y bater¨ªa de Sex Pistols, hubiesen aprobado sin su consentimiento la producci¨®n de Pistol, serie de seis episodios dirigida por Danny Boyle (Trainspotting) que cuenta, a modo de biopic, la historia de la banda a partir de las memorias de Jones, Lonely Boy: Historias de un Sex Pistol (2016; editado en Espa?a en 2022 por Libros C¨²pula). Tras varios meses de promoci¨®n indirecta por parte de Rotten, que, sin haberla visto, sac¨® adem¨¢s un comunicado en su web personal tach¨¢ndola de ¡°fantas¨ªa de clase media¡± y acusando a Disney de ¡°robar el pasado y convertirlo en un cuento de hadas¡±, Pistol se estren¨® el d¨ªa 8 en Espa?a a trav¨¦s de la plataforma Disney+.
Aunque Rotten aparece retratado como un energ¨²meno carente de habilidades sociales, sorprendentemente y pese a la pol¨¦mica, la serie no le villaniza del todo. Muy al contrario, se le da amplio cr¨¦dito de muchos de los logros de Sex Pistols y, en ¨²ltima instancia, le otorga un digno papel de guardi¨¢n de la integridad art¨ªstica frente al m¨¢nager Malcolm McLaren, aut¨¦ntico villano de la historia. A pesar de basarse en las memorias de Jones, Pistol no contradice en lo fundamental los principales puntos del relato que el cantante hab¨ªa transmitido en sus dos autobiograf¨ªas; m¨¢s all¨¢, eso s¨ª, de su tendencia a la hip¨¦rbole, que le ha llevado literalmente a asegurar que el punk fue algo inventado por ¨¦l y su cuadrilla de amigos antes de conocer a los Sex Pistols.
De la misma manera, la serie, que cuenta con guiones de Craig Pearce (tambi¨¦n autor este a?o del libreto de Elvis), introduce variaciones llamativas en lo que se consideraba el canon de Sex Pistols, como la relaci¨®n sexoafectiva entre Jones y Chrissie Hynde, l¨ªder de The Pretenders, a quien se otorga un peso capital en la formaci¨®n del grupo. Si bien pertenec¨ªan al mismo c¨ªrculo y tuvieron un escarceo, Jones, que apenas le dedica espacio en su biograf¨ªa, ha admitido que se trata de una decisi¨®n narrativa para ¡°dar un poco de espect¨¢culo¡± a la serie. La propia Hynde ha mostrado igualmente su sorpresa porque su personaje sea tan relevante en la ficci¨®n.
La molestia de Lydon/Rotten, seg¨²n ha dejado entrever en comunicados y entrevistas, parece venir m¨¢s porque no le llamasen desde un primer momento para participar y dar su opini¨®n, desde la creencia de que iba a negarse o a complicar el proceso. Seg¨²n un acuerdo legal alcanzado en los a?os noventa, las decisiones relativas a los Sex Pistols se toman democr¨¢ticamente entre los miembros del grupo, por lo que, con el visto bueno de Jones y Cook, no es necesario el del vocalista, y el cuarto fundador, Glen Matlock, bajista original reemplazado por el malogrado Sid Vicious, no tiene derecho a voto. En su defensa, lo cierto es que, pese a la expl¨ªcita y proclamada animadversi¨®n entre ellos, Johnny Rotten s¨ª cont¨® con sus antiguos colegas para que aportasen diferentes versiones de los hechos en el libro No Irish, No Blacks, No Dogs (1994; editado en Espa?a por Acuarela & A. Machado). Curiosamente, la voz de Sex Pistols hab¨ªa tratado antes, sin ¨¦xito, de convertir aquel libro en una pel¨ªcula, con el deseo de que Justin Timberlake le interpretase a ¨¦l.
Contrastar tanto esa biograf¨ªa autorizada como sus memorias La ira es energ¨ªa (2014) con el libro de Steve Jones o la serie es un ejercicio interesante que permite ver los puntos de disenso y, sobre todo, entender el inter¨¦s de Rotten en tener el control del relato. Desde la perspectiva del cantante, los otros miembros siempre le dieron la espalda, nunca le trataron con respeto y actuaron como marionetas de Malcolm McLaren, quien, para colmo, tras la disoluci¨®n en 1978, se gast¨® el dinero del grupo en un falso documental, The Great Rock ¡®n¡¯ Roll Swindle (1980), donde se atribu¨ªa la autor¨ªa intelectual de todo lo relacionado con Sex Pistols.
Por supuesto, Rotten es quien se considera a s¨ª mismo la pieza fundamental y la mente maestra detr¨¢s de todo. A la hora de colgarse medallas, en No irish¡ incluso se jacta de haber intentado ¨¦l mismo matar a Nancy Spungen (novia de Sid Vicious, presuntamente asesinada por ¨¦l en 1978) infectando las agujas de las jeringuillas con las que se inyectaba hero¨ªna. Mientras tanto, para Jones y, por extensi¨®n, para la adaptaci¨®n televisiva de su libro, Johnny Rotten es un personaje intratable, imprevisible y egoman¨ªaco, con quien no es posible razonar ni tener conversaciones sosegadas, y la producci¨®n musical de Sex Pistols se dio en un contexto m¨¢s colaborativo.
Redefiniendo el punk a conveniencia
Con el mismo inter¨¦s que en sentar c¨¢tedra sobre lo que fueron y significaron los Sex Pistols, John Lydon/Johnny Rotten tambi¨¦n ha insistido a lo largo del tiempo en autoproclamarse primer representante del punk y en dictar en qu¨¦ consiste, muchas veces matizando el significado y valor de himnos del movimiento para desesperaci¨®n de sus ac¨®litos. El que fue autor de la letra de God Save the Queen ha desconcertado estos d¨ªas con sus alabanzas p¨²blicas a la difunta Isabel II (alguien por quien, recientemente, hab¨ªa expresado gran simpat¨ªa personal) y sus cr¨ªticas a Sex Pistols por, desde su punto de vista, utilizar la p¨¦rdida ¡°para obtener ganancias comerciales¡±, en referencia a la aparici¨®n autorizada de la canci¨®n en noticiarios. Tambi¨¦n, en el libro La ira es energ¨ªa, afirm¨® que su composici¨®n Anarchy in the UK solo expresaba un impulso juvenil de odio y que en ning¨²n caso ha simpatizado nunca con los anarquistas, a quienes describe como personas dedicadas ¡°a poner bombas en supermercados¡±.
Mucho m¨¢s alienante ha sido para su base hist¨®rica de seguidores la simpat¨ªa de Lydon/Rotten en el ¨²ltimo lustro con la extrema derecha. En 2017, el tambi¨¦n vocalista de Public Image Limited calific¨® en televisi¨®n de ¡°fant¨¢stico¡± un encuentro que mantuvo con el pol¨ªtico ultranacionalista brit¨¢nico Nigel Farage, se identific¨® como parte de la clase trabajadora que hab¨ªa decidido el Brexit y dijo que ve¨ªa en el entonces presidente de Estados Unidos Donald Trump un ¡°posible amigo¡± y un ¡°Sex Pistol de la pol¨ªtica¡±. En 2020, dado que cuenta con la ciudadan¨ªa estadounidense, anunci¨® a los cuatro vientos que votar¨ªa en las elecciones a Trump, a quien consideraba ¡°la ¨²nica esperanza¡± frente a ¡°la agenda de Karl Marx¡± del Partido Dem¨®crata o ¡°los disturbios antifascistas y de Black Lives Matter¡±.
Tanto ¨¦l como Farage hab¨ªan sido tiempo antes duramente criticados por Rotten, que adem¨¢s hab¨ªa calificado el Brexit de ¡°loco y suicida¡±. En un art¨ªculo de The Outline titulado Johnny Rotten odiar¨ªa a John Lydon, el periodista Andy Martino pon¨ªa en duda el compromiso pol¨ªtico real de su trayectoria: ¡°Quiz¨¢s ¨¦l siempre haya estado m¨¢s interesado en posicionarse como alguien que lleva la contraria (...) Pero una cosa est¨¢ clara: John Lydon es ahora el tipo de dinosaurio contra el que Johnny Rotten se enfurec¨ªa¡±.
¡°Sus recientes posiciones p¨²blicas pueden leerse como est¨¦riles intentos de provocaci¨®n¡±, dice Martino a ICON. ¡°Encaja en el patr¨®n de cierto tipo de estadounidense que adopta el apoyo a Trump como una posici¨®n contraria instintiva, ignorando o encogi¨¦ndose de hombros en lo que respecta al da?o que ha causado a gente real, por no decir a la democracia. Da la impresi¨®n de ser un viejo punk desesperado por ser relevante¡±. En su art¨ªculo, adem¨¢s, recordaba la agresi¨®n racista en 2008 por parte de Rotten que denunci¨® el cantante de Bloc Party durante un festival en Espa?a con Sex Pistols, incidente confirmado por otras bandas como Foals o Kaiser Chiefs. Preguntado en 2020 por el asesinato de George Floyd, no dud¨® en calificarlo de ¡°espantoso¡± para, acto seguido, aclarar en respuesta al lema Black Lives Matter (¡°las vidas negras importan¡±) que ¡°todas las vidas importan¡±.
Todos son hechos que se pueden contraponer a otros de la inconsistente biograf¨ªa de Rotten, que, por ejemplo, apoy¨® en 1978 la organizaci¨®n de Rock Against Racism (¡°Rock contra el racismo¡±). Sus libros contienen esa misma incoherencia filos¨®fica: en un cap¨ªtulo puede contar que quiso echar a Glen Matlock porque no entend¨ªa que el punk se basaba en ofender, pero en otro, expresa su profunda molestia porque Siouxsie Sioux, de Siouxsie & The Banshees, actuase con los pezones al descubierto. ¡°Hicimos un concierto con Screaming Lord Sutch y John rompi¨® como tres micros. El t¨ªo jur¨® por sus muertos que no los hab¨ªa roto. Lo negaba totalmente. Y encima se lo cre¨ªa¡±, contaba Glen Matlock en una entrevista a Sounds en 1977. ¡°Te dec¨ªa algo y a los cinco minutos se olvidaba completamente de lo que hab¨ªa dicho. Y se lo cre¨ªa, el t¨ªo se cre¨ªa que no lo hab¨ªa dicho. Y daba igual lo que le dijeras, porque no iba a cambiar de idea. Era de locos¡±. Teniendo en cuenta que Rotten dice una cosa distinta cada vez que se explica en los medios, Pistol, al menos, puede ofrecer un respiro a los fans que quieran ver representada la idea cl¨¢sica que ten¨ªan de los Sex Pistols. Y darles la oportunidad de imaginar que la ficci¨®n es todo lo dem¨¢s.
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