¡°La pr¨®xima temporada cruzaremos una l¨ªnea que pens¨¢bamos que jam¨¢s cruzar¨ªamos¡±: c¨®mo ¡®?lite¡¯ se convirti¨® en la serie m¨¢s libre de la ficci¨®n espa?ola
La nueva temporada de la serie adolescente de Netflix, que se present¨® con una gran fiesta en Madrid, llega el 18 de noviembre con promesas de mantener el nivel de transgresi¨®n de las anteriores. Y, sobre todo, su condici¨®n de criatura inaudita que ha logrado elevarse por encima del bien y del mal
Hace unas semanas, Paco Le¨®n declar¨® que ?lite le parece ¡°una mierda¡±. El titular, inevitablemente, gener¨® mucho revuelo en redes sociales durante un par de horas, pero ese revuelo pas¨® por alto una caracter¨ªstica particular de la serie de Netflix, que estrena su sexta temporada el pr¨®ximo 18 de noviembre, y de la que gozan muy pocas series actuales: ?lite est¨¢ por encima de todo. Por encima del bien, por encima del mal y, sobre todo, por encima de algo tan mundano como la idea que cada uno tenga de la calidad.
Esta ser¨¢ la primera temporada sin ninguno de los integrantes del reparto original. ?lite se convierte as¨ª en un concepto o, como se dice ahora, una marca. Los nuevo fichajes son Nicol¨¢s (Ander Puig), Sara (Carmen Arrufat), Ra¨²l (?lex Pastrana), Roc¨ªo (Ana Bokesa) y Didac (?lvaro de Juana). Para hacer m¨¦ritos para entrar en el instituto Las Encinas no basta con que estos cinco actores sean guapos y carism¨¢ticos. Deben ser guapos, carism¨¢ticos y capaces de sacar adelante l¨ªneas de di¨¢logo como: ¡°Que te jodan 2: la secuela¡±, ¡°Pues vaya tres pivones nos hemos juntado, ?no?¡±, ¡°Es que a m¨ª me gustan demasiado los rabos¡±, ¡°F¨®llame y c¨¢llate¡± o, especialmente, ¡°Y esta es la historia de c¨®mo mat¨¦ a mi madre, casi mato a mis hermanos, mand¨¦ mi padre a la c¨¢rcel y por eso hemos tenido que repetir curso¡±.
?lite es la ¨²nica serie de Netflix en la que el aviso legal de contenido sensible que aparece al principio, en la esquina superior izquierda de la pantalla, parece m¨¢s un reclamo que una advertencia: ¡°Desnudez, sexo, drogas, violencia, sustancias t¨®xicas, violencia sexual¡±. Desde el principio sus creadores Carlos Montero y Dar¨ªo Madrona, que crecieron con el cine y la televisi¨®n de los noventa, dejaron claro que manejaban referentes tan macarras como Crueles intenciones (1999), pero cuatro a?os y seis temporadas despu¨¦s la falta de pudor de ?lite solo ha ido a m¨¢s.
Hay cosas que nunca cambian, eso s¨ª. Como en cada arranque de temporada, hay un misterioso asesinato (o intento de) que se ir¨¢ desenredando a lo largo de los ocho episodios hasta resolverse en el cl¨ªmax final. En la temporada seis es un atropello. Un recurso nada original (desencaden¨® temporadas enteras de Falcon Crest, Melrose Place y Mujeres desesperadas) precisamente porque siempre resulta infalible. Como tambi¨¦n resultan irresistibles los t¨ªtulos de los primeros tres episodios de esta nueva temporada: Ansiedad, Selfis y Desnudos.
El creador y co-showrunner de la serie Carlos Montero afirma que, aunque no lo parezca, hay cosas que descartan por ser ¡°demasiado bestias¡±. ¡°En la sala de guion alguien dice: ¡®Se me est¨¢ ocurriendo una cosa... pero es demasiado¡¯. Y todos, claro, le pinchan para que lo diga. A veces nos hemos dado cuenta de que s¨ª encajan. Otras veces las rescatas despu¨¦s. En la pr¨®xima temporada cruzaremos una l¨ªnea que pens¨¢bamos que nunca ¨ªbamos a cruzar¡±, avisa.
La serie est¨¢ en constante comunicaci¨®n con su p¨²blico. ¡°Piensa que ya no queda nadie de los de antes¡±, dice Iv¨¢n citando involuntariamente a Celtas Cortos. En vez de incluir el cl¨¢sico resumen, en plan ¡°anteriormente en ?lite¡±, aparece un nuevo personaje (Sara) contextualizando su colegio en un directo de Instagram: ¡°Se dice que el antiguo director era un nazi, un corrupto y un presunto asesino¡±. Y si alguien considera inapropiado que la ficci¨®n haya dejado de cosificar los cuerpos femeninos para cosificar el doble los masculinos, ah¨ª tiene una escena terror¨ªfica en la que un personaje descubre que le han drogado y le han tatuado un adjetivo en letras enormes en la espalda mientras, en segundo plano pero nunca desenfocado, aparece el culo de un chico duch¨¢ndose. No es el primero de la temporada, ni mucho menos. El primer culo masculino de la temporada aparece a los seis minutos y 47 segundos de empezar.
Montero explica que esto se consigue ¡°ech¨¢ndole morro y con gracia¡±. ¡°A veces los directores lo ruedan pensando que es lo que toca aunque nosotros no se lo hayamos pedido. En esa escena en concreto el guion no indicaba: ¡®Hay un chico duch¨¢ndose de fondo¡¯. Otras veces el director se pasa de elegante, como en la temporada cinco cuando Patrick e Iv¨¢n estaban comentando los culos el uno del otro y la c¨¢mara ni enfocaba en ning¨²n momento los culos en cuesti¨®n¡±, recuerda.
Pero ?lite est¨¢ por encima de cualquier pol¨¦mica. Eso la convierte, en cierto modo, en la serie m¨¢s libre que se hace en Espa?a ahora mismo. Con los a?os se ha ido volviendo m¨¢s desvergonzada porque sabe que, tras seis temporadas y tras haber sobrevivido a la desaparici¨®n de su emblem¨¢tico reparto original, tiene carta blanca para ponerse bruta. en parte, por el p¨²blico que conserva: cualquiera que siga viendo ?lite a estas alturas (y, a falta de datos oficiales, se estima que son 30 millones de personas en todo el mundo) no va a escandalizarse con nada. De hecho, si vuelve a?o tras a?o es porque espera encontrarse con nuevas transgresiones. Aquellos que podr¨ªan ofenderse con su contenido no est¨¢n mirando. ?C¨®mo si no es posible que haya un personaje de un futbolista estrella portugu¨¦s, cocain¨®mano y homosexual dentro del armario y nadie haya levantado una ceja? Tal vez porque ?lite es a las series lo que ¡°mis padres se van este finde y tengo la casa sola¡± es a las convenciones morales.
Pero, sobre todo, ?lite est¨¢ por encima del bien y del mal porque sabe ser macarra con gracia, sin pudor y sin malicia. Y sin consecuencias. Por muy barroca que ponga Euphoria, esa serie existe expl¨ªcitamente en nuestra realidad y sus personajes se ven afectados por nuestras circunstancias. ?lite no. ?lite, al igual que Juego de tronos, tiene lugar en su propia dimensi¨®n: la de las series en general y de las de los noventa en particular, hasta el punto de que da la sensaci¨®n de que sus personajes son conscientes de que viven dentro de una serie. Solo alguien con esa consciencia podr¨ªa comentar el nombre elegido de un chico trans diciendo: ¡°Pensaba que er¨¢is de poneros nombres m¨¢s raros, como Chad, Dorian o Greg¡± y seguir adelante con su d¨ªa.
Resulta imposible (o, m¨¢s bien, absurdo) escandalizarse con ?lite o con el retrato que hace de la adolescencia porque en ning¨²n momento la serie se molesta en fingir que sus personajes son adolescentes. Son actores interpretando adolescentes que se comportan como millonarios divorciados al borde de la depresi¨®n. Beben vino rosado en copas de cig¨¹e?a, visten chaquetas con hombreras de corte Chanel y llevan transparencias y lentejuelas para estar por casa. Una de ellas, Isadora, vive en un hotel-discoteca y nadie se inmuta. Y tras seis temporadas, el instituto Las Encinas definitivamente ha dejado de intentar regular la vestimenta de sus alumnos: cada uno lleva el uniforme como le da la gana y alguno hasta encuentra la manera de que se le marquen los pezones debajo de la americana.
¡°Esa madurez es algo que buscamos a prop¨®sito desde el principio¡±, indica Montero. ¡°Quer¨ªamos hacer una serie distinta, no quer¨ªamos contar las dudas sobre si perder la virginidad o los nervios ante los ex¨¢menes. Jaime [Vaca] es ahora el showrunner conmigo y aparecen sus influencias, que son m¨¢s adolescentes, pero la cosa morbosa del juego de poder y del sexo de Crueles [intenciones] siempre estar¨¢ en el ADN de ?lite. Partimos de la base de que los adolescentes de ahora son m¨¢s adultos y contamos un melodrama adulto desatado de gente que ha vivido mucho¡±.
En un momento dado, Patrick le propone a su novio Iv¨¢n quedarse en casa, ¡°mantita y Netflix¡±, lo cual chirr¨ªa no porque le recuerde al espectador que est¨¢ viendo una serie de Netflix (?lite se asegura de que no se le olvide en ning¨²n momento), sino porque cuesta imaginarse a los personajes haciendo cosas tan normales. A diferencia de en Sensaci¨®n de vivir o en Gossip Girl, en ?lite no hay referencias a pel¨ªculas, artistas o canciones del mundo real. La cultura pop no existe en ?lite. Ellos no ven la tele porque son la tele. Y esta autoconsciencia a calz¨®n quitado hace que la serie resulte m¨¢s disfrutable: Iv¨¢n le pide a Patrick que deje de ¡°vivirlo todo como si fuera una pel¨ªcula¡±, para a continuaci¨®n besarle mientras la c¨¢mara gira en c¨ªrculos a su alrededor... como si fuera una pel¨ªcula.
Todo esto convierte a ?lite en una fantas¨ªa, pero en ning¨²n caso en una comedia. Como ocurr¨ªa con los culebrones estadounidenses de la factor¨ªa Aaron Spelling (Dinast¨ªa, Sensaci¨®n de vivir o Melrose Place), ?lite parte de la base de que es un drama: atenci¨®n al plano de Valentina Zenere apart¨¢ndose el pelo de la cara para que la c¨¢mara enfoque bien c¨®mo llora. Y ah¨ª est¨¢ la gracia para el espectador. Y el reto para el guionista, porque ese equilibrio no es f¨¢cil de lograr. No es f¨¢cil poner una escena en la que un grupo de adolescentes pide unas botellas de Jagermeister, se fuma varios porros y decide desnudarse para ayudar a una de ellas a volver a sentirse c¨®moda con su cuerpo tras ser violada por tres compa?eros de clase y de ah¨ª pasar a una cruenta escena de maltrato. Solo en ?lite.
¡°En ocasiones chirr¨ªa el salto de una escena a otra y reescribimos el cap¨ªtulo en montaje. Cambiamos escenas de sitio o las regrabamos, porque vamos tan al l¨ªmite que hay salidas de tono que no se detectan en guion y al verlo grabado nos damos cuenta de que no encaja¡±, explica Montero.
La sexta temporada trata m¨¢s asuntos sociales que las anteriores. Los conflictos de clase, g¨¦nero, identidad sexual, adicciones, raza, violencia y orientaci¨®n sexual atraviesan todas las tramas, pero en ning¨²n momento con un af¨¢n divulgativo o aleccionador expl¨ªcito como s¨ª ocurre en otros t¨ªtulos del cat¨¢logo de Netflix. ?lite lleva todos los discursos sociales a su terreno. La relaci¨®n entre Ari y Nicol¨¢s hace aflorar las inseguridades de ¨¦l como hombre trans y los prejuicios de ella hacia sus genitales. Sus interacciones abordan el choque sin tab¨²es, con naturalidad y hasta con retranca: en un momento dado, Ari le espeta: ¡°Si precisamente te gusto por eso, porque soy una cishetera rancia¡±.
La plataforma pidi¨® al equipo que tratase esta trama con tacto. ¡°Netflix siempre ha sido muy abierta, pero es una empresa claramente progre y le da miedo que tratemos los temas woke rompiendo la sensibilidad del momento. Nos dijeron que si toc¨¢bamos el tema trans hab¨ªa que hacerlo con cuidado. Pero quer¨ªamos hacerlo porque hubo un momento en que todo el mundo estaba alabando series como Euphoria, que trataban la experiencia trans de una manera muy normal, pero tambi¨¦n cobarde, porque no se habla de algo tan importante como los genitales. Ari tiene la mejor intenci¨®n, pero mete la pata todo el rato, mientras que el chico trans lo tiene todo clar¨ªsimo. Nos parec¨ªa que ese conflicto estaba muy chulo¡±, dice Montero.
En otro encontronazo, Bilal y Roc¨ªo, dos personajes negros, debaten sobre qu¨¦ significa exactamente ¡°ser africano¡±: han nacido en pa¨ªses diferentes y ella ha disfrutado de privilegios espa?oles que ¨¦l, camarero del hotel-discoteca, jam¨¢s tendr¨¢. ¡°Maldito colonialismo europeo¡±, zanja Roc¨ªo. A continuaci¨®n, Bilal se acuesta con Ari en el almac¨¦n. Solo en ?lite.
Aunque ha pasado de todo en esta serie, s¨ª mantiene cierta coherencia interna. Hay mucha m¨²sica, pero cuesta imaginar que alg¨²n d¨ªa hagan un episodio musical. Hay violencia, pero nunca habr¨¢ un tiroteo. Ambos son recursos habituales de las series americanas (y de F¨ªsica o qu¨ªmica) para construir episodios-evento, pero ?lite se mueve en el equilibrio, en el gui?o y en el codazo. No va a a perder el norte poniendo a Cruz (el futbolista) enroll¨¢ndose con Iv¨¢n (su hijo), pero lo que s¨ª va a hacer es colocar el tiro de c¨¢mara de manera que parezca que est¨¢n a punto de hacerlo en varias ocasiones. ?lite ha dejado de tener series y pel¨ªculas de los noventa como referencia para ser su propia referencia: el reto est¨¢ en provocar m¨¢s, mejor y de manera distinta en cada temporada. Si exist¨ªan l¨ªneas rojas, esta serie se las ha fumado.
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