Anthony Hopkins: ¡°A los 17 a?os estaba harto de que me llamaran est¨²pido y me dije: ¡®Voy a hacer algo. Voy a ser actor¡±
A sus 85 a?os, y convertido en el int¨¦rprete de m¨¢s edad que gana un Oscar (tiene dos), hace de un abuelo en ¡®Armaggedon Time¡¯ con la actitud del que sabe que a¨²n tiene una vida por delante y todos los miedos por detr¨¢s
Por mucho que la edad y las redes sociales nos ofrezcan su cara m¨¢s entra?able, Anthony Hopkins a¨²n es un actor tocado por lo impredecible. La insondable mirada del mayordomo que interpret¨® en Lo que queda del d¨ªa (1993), la pel¨ªcula de James Ivory, o la socarrona manera de salivar de Hannibal Lecter, quiz¨¢ su personaje m¨¢s eterno, siguen ah¨ª, imborrables. Pero Hopkins (Margam, Reino Unido, 85 a?os) no es un int¨¦rprete del pasado, sino un actor en primera l¨ªnea y con bastante estrella. Su segundo Oscar despu¨¦s del que logr¨® por El silencio de los corderos (1991), de Jonathan Demme, le lleg¨® hace tan solo dos a?os por El padre (2020), drama de Florian Zeller en el que Hopkins daba vida a un anciano con demencia y en cuya secuela, El hijo, ¨¦l colabora.
Pese a su fama de meticuloso y obsesivo con los detalles, lo que trasluce despu¨¦s de una conversaci¨®n con ¨¦l es m¨¢s bien lo contrario. Hoy, desde la magn¨ªfica atalaya de la edad, Hopkins parece el abanderado del rel¨¢jate y disfruta, ya sea con camisa hawaiana y bailando un merengue para TikTok o en ese otro v¨ªdeo viral en el que, en¨¦rgico, implora que hay que ¡°creer, creer y creer¡± en uno mismo. Al menos en su caso la fe funciona: el veterano actor ha encontrado un fil¨®n en su vejez. El abuelo que interpreta en la reciente Armageddon Time, de James Gray, se sit¨²a entre los personajes m¨¢s emocionantes de la temporada. ?l asegura que se inspir¨® en su propio abuelo materno, el hombre que s¨ª crey¨® en ¨¦l cuando era un cr¨ªo solitario y problem¨¢tico, un p¨¦simo estudiante que, contra todo pron¨®stico y gracias al aliento de aquel abuelo, se aventur¨® a ser actor.
De peque?o usted fue mal estudiante. ?Se vio reflejado en el personaje de su nieto en Armageddon Time? Existe una similitud. Yo fui lo que llamaban de ¡°desarrollo lento¡±. Quiz¨¢ mi mente no estaba capacitada para los estudios acad¨¦micos. Tambi¨¦n fui un chico muy solitario. No ten¨ªa ning¨²n amigo. Pero creo que eso fue por decisi¨®n propia. Algo en mi naturaleza me ped¨ªa estar aislado. Pero s¨ª ten¨ªa un lado creativo y a los 17 a?os decid¨ª que estaba harto de que me llamaran est¨²pido. Me dije: ¡°Voy a hacer algo. No s¨¦ c¨®mo, pero voy a ser actor¡±. Mi abuelo, el padre de mi madre, me alent¨® desde peque?o: ¡°No hagas caso a la gente. Haz lo que quieras. Ten fe en lo que quieras hacer y lo lograr¨¢s¡±.
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?Utiliz¨® recuerdos de ¨¦l? Intent¨¦ hacer un trabajo sencillo y no muy intenso. Agradezco poder actuar, me divierto, me lo tomo muy en serio. Trabajo duro, pero procuro disfrutar, evitar la intensidad y ser infeliz.
?Siempre ha sido as¨ª? Bueno, cuando era un actor joven era muy intenso y ambicioso. Pero al envejecer te das cuenta de que no es para tanto.
Ha visto muchas crisis mundiales. ?La desmemoria se ha convertido en un problema? En nuestra naturaleza est¨¢ atravesar una crisis para despu¨¦s olvidarla. Desafortunadamente, olvidamos demasiadas veces las lecciones del pasado. El problema del mundo actual es que ya no buscamos un acuerdo para entender otros puntos de vista. Hay que ser respetuosos, amables y tolerantes con los que no piensan igual. La vida es dura, la gente olvida, la supervivencia nos hace defensivos y dejamos de pensar.
?Cree que atravesamos un momento cr¨ªtico? S¨ª, pero tambi¨¦n creo que debemos vivir con esperanza. Hace solo 60 a?os, durante la crisis de los misiles cubanos, el mundo estuvo al borde de una guerra nuclear y se encontr¨® un acuerdo. Creo que hemos llegado a un punto en esta nueva crisis en que hay esperanza porque la esperanza es lo ¨²nico a lo que podemos aferrarnos. Volveremos al orden mundial de 2018 y regresaremos a una coexistencia pac¨ªfica. Si no, ser¨¢ el fin del planeta, de la civilizaci¨®n humana. Aunque dudo que alguien sea lo suficientemente loco para acabar con todo esto. Sobrevivimos a la pandemia, el mundo super¨® la II Guerra Mundial, a Hitler...
?Esa es la mentalidad que debemos tener? Los c¨ªnicos dir¨¢n que eso no vale nada. Pero debemos tener esperanza. Si lo olvidamos se acab¨® todo.
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Despu¨¦s de 50 a?os de carrera tengo la impresi¨®n de que usted ha contribuido a enlazar la tradici¨®n actoral brit¨¢nica con la estadounidense. ?Su lugar est¨¢ entre ambas escuelas? Aprend¨ª mucho de los norteamericanos, particularmente de la generaci¨®n m¨¢s antigua, la de Spencer Tracy. La tradici¨®n brit¨¢nica es m¨¢s teatral y me siento orgulloso de ella. He trabajado con actores extraordinarios como Laurence Olivier, John Gielgud, Albert Finney o Jonathan Pryce. Trabajar con ellos fue un gran placer y un privilegio.
Ha mencionado a Spencer Tracy. ?Es a quien m¨¢s admira? ?S¨ª! Pero tambi¨¦n a James Cagney, Bette Davis, Katharine Hepburn o Fredric March. Dustin Hoffman tambi¨¦n es muy bueno, como De Niro y Al Pacino. Marlon Brando, por supuesto, ha sido el m¨¢s grande. Todos ellos son grandes actores.
?Todav¨ªa disfruta actuando? ?M¨¢s que nunca! Ahora disfruto de mis m¨¦todos de trabajo y me resulta menos duro. Disfruto del proceso, aprendiendo los di¨¢logos y las palabras de forma apresurada para luego diseccionar y desmenuzar las l¨ªneas hasta que suenen reales y naturales. Es un proceso que lleva tiempo pero he adquirido mucha experiencia y ya conozco bien los atajos. Ahora entro relajado al plat¨® o al escenario.
?Hay alg¨²n secreto? El secreto de la actuaci¨®n est¨¢ en escuchar al otro actor. Esa es la clave. Cuando escuchas de verdad se genera una nueva conciencia y las palabras se transforman en una energ¨ªa com¨²n.
?Pasa m¨¢s tiempo en EE UU o en el Reino Unido? ?Voy donde me digan! (Risas) Si me dejasen, me ir¨ªa a Inglaterra. No resido en Hollywood y tengo pocos amigos dentro de la industria. Vivo mi vida de forma tranquila. No soy una persona muy sociable. Si tengo que salir y hacer mi trabajo, lo hago, como esta entrevista a un¡ ?icono! (Risas).
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A principios de los noventa coincidieron El silencio de los corderos y Lo que queda del d¨ªa, lo que supuso un punto de inflexi¨®n en su carrera. Estaba trabajando duro cuando El silencio de los corderos se convirti¨® en un fen¨®meno. Fue un personaje que abord¨¦ con puro instinto. La pel¨ªcula cambi¨® mi vida y a partir de entonces pude elegir papeles tan enormes como el de Lo que queda del d¨ªa o Nixon [1995]¡ De pronto me encontr¨¦ trabajando con directores como Spielberg [Amistad, en 1997] o Coppola [Dr¨¢cula, en 1993]. Estaba, como dicen, en racha. Quiz¨¢ suena extra?o pero siento que no puedo otorgarme el m¨¦rito de nada de lo que he hecho.
?Y eso por qu¨¦? No tengo la respuesta, pero s¨¦ que pensarlo me libera de mi propio ego. Todo es buena suerte.
Con El padre consigui¨® su segundo Oscar, ?y ni siquiera asisti¨® a la ceremonia! Tuve una experiencia maravillosa haciendo esta pel¨ªcula, pero no me puse intenso con el premio. Cuando me lleg¨® el guion pens¨¦ que se trataba de la obra de Strindberg que se titula igual. Luego le¨ª el guion, que era original del director, Florian Zeller, y pens¨¦ que era excelente.
Una de las cosas buenas de envejecer es que se abandonan las caretas, ?no? Se acaban. Hay que estar presente para los dem¨¢s. Ser amable y divertirse. Disfrutar.
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Joanne Woodward dec¨ªa que el pianista tiene su piano, la bailarina de ballet tiene sus zapatillas pero que el actor solo se tiene a s¨ª mismo. Parece inevitable que un actor acabe con problemas de ego. No es una cuesti¨®n ¨²nicamente de ego porque todos tenemos uno y es lo que te saca de la cama por las ma?anas. El problema es cuando empieza a decirte que eres especial, que eres diferente. El ego es una estructura muy poderosa. Tiene dos personalidades. Una es la que te da ¨ªnfulas y te hace pensar que eres Dios y la otra es lo que te permite seguir adelante. Puede ser muy destructivo, lo ves en el cine y en la pol¨ªtica. Pero una vez que alcanzas cierta edad y tus huesos comienzan a rechinar y a doler la espalda, el ego te dice: ¡°Vale, vamos a calmarnos. Nada es tan importante¡±.
?C¨®mo que nada es tan importante? Bueno, la vida es importante. Hay mucho dolor y sufrimiento en el mundo. Y muchas dificultades. La gente va al trabajo y trabaja duro por unas vacaciones de dos semanas. Yo repaso mi propia vida y lo que me pregunto es: ¡°?Qu¨¦ he hecho, realmente?¡±. No lo s¨¦, pero no puedo permitirme el lujo de tomarme en serio cuando hay gente capaz de hacer cosas que yo apenas puedo llegar a comprender. M¨¦dicos, investigadores, personas que construyen una aeronave o la tuber¨ªa de una casa. Gente que est¨¢ cavando en la calle. Esas son las personas que hacen que el mundo siga funcionando.
Pero tambi¨¦n hay actores, escritores y pintores... personas que nos hacen trascender y so?ar, vivir vidas que nunca podr¨ªamos haber vivido. No es tan importante como un m¨¦dico, pero hace que la vida sea mucho mejor. Estoy completamente de acuerdo. Beethoven, Mozart, Miguel ?ngel, Van Gogh o Bob Dylan nos elevan.
?Hay alg¨²n papel que le hubiera gustado hacer y no pudo? No¡ bueno, me hubiera gustado interpretar a Hamlet pero ya estoy muy viejo (Risas). No me he puesto objetivos, de hecho procuro depurar mi mente de cualquier deseo. Es mejor no esperar nada. No pidas nada, no esperes nada y acepta todo. Ese es mi lema. Es una forma de aparcar las inseguridades, dejarlas a un lado. El miedo no es buen acompa?ante.
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Para un actor es dif¨ªcil no tener miedo. ?No? No s¨¦ por qu¨¦. El miedo es una fantas¨ªa. Si subes al escenario, ?te da miedo lo que van a pensar de ti? ?A qui¨¦n le importa! Si est¨¢s nervioso es porque quieres ser Gielgud y tener ¨¦xito. Pero tienes que controlarlo y decirte: ¡°Vale, suficiente. Salida a escena. Acci¨®n, hag¨¢moslo¡±.
?Piensa, a medida que se hace mayor, en todas las cosas que ha vivido y experimentado? ?Siente que eso le da un poder enorme? Lo que te da es una sensaci¨®n de paz. Creo que seg¨²n envejeces sabes menos cosas. Cuando era joven sab¨ªa de todo. ?Pero ahora? Nada. Intuyo que no entender nada es parte del final de la vida. Tengo largas conversaciones con un amigo sobre qu¨¦ significa todo esto, sobre la esencia del tiempo. Me fascina porque nadie puede explicar qu¨¦ es el tiempo. Simplemente, no tiene sentido y me hace dudar de todo. En fin, solo soy un actor y no s¨¦ nada de nada. Apenas puedo salir de la cama cada ma?ana.
?Tiene alg¨²n proyecto cerca? S¨ª, tengo tres pel¨ªculas en el futuro. Una es sobre Sigmund Freud, aunque no est¨¢ del todo confirmada.
Cuando se prepara para un personaje hist¨®rico, como Freud, ?lee mucho al respecto, se documenta? S¨ª, pero sin exagerar. No soy ni lector r¨¢pido ni intelectual. Leo, pienso en ideas, y se las envi¨® al director por correo electr¨®nico o algo por el estilo. Nada muy profundo: ?puedo intentar esto? Hagamos esto otro. Recuerdo que preparando El Rey Lear no pod¨ªa conciliar el sue?o pensando en una escena en la que ten¨ªa que cargar el cad¨¢ver de mi hija, Cordelia. Yo hab¨ªa perdido fuerza f¨ªsica y, aunque soy fuerte, no pod¨ªa levantarla. As¨ª que recomend¨¦ arrastrar el cad¨¢ver en un saco. El director encontr¨® que era una idea despiadada y oscura, pero se entend¨ªa la esencia de la muerte. No es rom¨¢ntico sino espantoso, porque a pesar de todo el amor y la gloria de la vida, hay un cad¨¢ver descomponi¨¦ndose en un saco. Dio buen resultado.
Realizaci¨®n: Nono V¨¢zquez / Peluquer¨ªa: Sonia Lee (Exclusive Artists) / Asistente de fotograf¨ªa: Mars Washington
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