Hovik Keuchkerian, nominado al Goya: ¡°Mi soledad me fascina. No tengo pareja y cada vez me gusta menos estar con gente¡±
El actor protagonista de ¡®Un amor¡¯, la pel¨ªcula de Isabel Coixet que ya le ha valido su primera Concha de Plata, fantasea con pasarse a la direcci¨®n
Nat, la protagonista de la novela Un amor, de Sara Mesa, describe f¨ªsicamente al hombre con quien se cruza en un pueblo perdido, El Alem¨¢n, quien le atrae inexplicablemente, con cierto desprecio. ¡°No es alem¨¢n ni tiene el aspecto que se le supondr¨ªa a un alem¨¢n seg¨²n la caricatura ¨Cclaro est¨¢¨C del germ¨¢nico, alto, rubio y fuerte. Al rev¨¦s, ese hombre es menudo y oscuro, y tiene el pelo ralo contradas. Su nariz ancha y fea, el bigote que se curva hacia abajo y las gafas de miope no lo hacen precisamente ex¨®tico, sino al rev¨¦s, rematadamente local¡±. Nat trata de comprender as¨ª por qu¨¦ le est¨¢ dedicando medio pensamiento a este hombre, alguien en quien ella no se habr¨ªa fijado nunca.
Ahora, miren la foto que tienen a la derecha. Hovik Keuchkerian (Beirut, 51 a?os) quiz¨¢ tampoco pasar¨ªa por el arquetipo alem¨¢n. No es menudo, ni tiene el pelo ralo, ni bigote, ni lleva gafas. S¨ª, es alto. Y s¨ª, fuerte. Su conocido pasado de boxeador le precede. Tambi¨¦n su f¨ªsico y su car¨¢cter directo, como un gancho que no ves venir, le hace ex¨®tico dentro del cine y televisi¨®n espa?oles. Y a la vez, con un buen pu?ado de celebrados t¨ªtulos ya en su haber (las series Hispania, Isabel, Antidisturbios o La casa de papel; las pel¨ªculas Alacr¨¢n enamorado o Toro), es ya rematadamente local. Quiz¨¢ por eso, Isabel Coixet le eligi¨® para interpretar a este inesperado e impensable amante de la Nat de Laia Costa en su adaptaci¨®n de Un amor. ¡°Creo que ya desde las primeras reuniones Isabel dijo: ¡®El alem¨¢n es el Antidisturbios¡±, explica y r¨ªe a pocas horas del que fuera el estreno mundial de la pel¨ªcula en el festival donostiarra, de donde sali¨® con su primer gran premio en cine, la Concha de Plata, precisamente por este alem¨¢n, llamado Andreas, con el que, m¨¢s all¨¢ de las apariencias, encontr¨® much¨ªsimas similitudes.
¡°Le¨ª la novela y me vi en muchas cosas¡±, admite, no sin un deje socarr¨®n. Por ejemplo, asegura tener las cosas tan claras como Andreas ¡°a la hora de entender la vida¡±. ¡°Yo vivo en un pueblo fuera de Madrid, apartado, aunque nunca vives del todo apartado porque somos seres sociales. Nunca est¨¢s aislado porque vives contigo mismo y tu soledad; y a m¨ª mi soledad me fascina. No tengo pareja, he tenido pocas parejas, cada vez me gusta menos estar con gente, amo mi trabajo, me gusta estar con los equipos, pero no me toques mucho las pelotas, porque yo no te las estoy tocando a ti. Estos 56m2 de terreno son mis 56m2, si quieres, planta patatas en los otros 56 metros cuadrados, aqu¨ª no me toques los cojones¡±, dice casi sin respirar. Para poco despu¨¦s admitir: ¡°Yo a veces tambi¨¦n puedo tocar los huevos¡±. Pero de manera constructiva, apostilla.
Tambi¨¦n comparte pasado migrante con Andreas. Coixet incluso adapt¨® el origen del personaje, haci¨¦ndole armenio en honor a Hovik (de madre navarra, padre armenio, conocidos en Beirut, de donde ¨¦l sali¨® cuando ten¨ªa tres a?os por la guerra y se instalaron en Alpedrete, donde ha vuelto ahora a vivir consigo mismo y su soledad). Y ambos tienen ese misterio y peso de alguien en el que se intuyen muchas vidas anteriores. Fue campe¨®n de kickboxing, seguridad de El canto del loco¡ Ahora es poeta, monologuista, actor. Una profesi¨®n que, como ¨¦l mismo repite, se le cruz¨® por la vida cuando ten¨ªa 37 a?os, ¡°y es solo una vida m¨¢s¡± de las muchas que tendr¨¢.
Aunque, por la vehemencia con la que habla de sus proyectos (y todo lo que tiene por estrenar, como la serie Reina Roja o la secuela de El hoyo), parece que a esta vida de actor le queda mucho por vivir. Hovik es ¡°el de Antidisturbios¡± para Coixet y, probablemente, para gran parte de la audiencia e industria, porque Antidisturbios, la serie de Isabel Pe?a y Rodrigo Sorogoyen, en la que interpretaba a Salva, el l¨ªder del furg¨®n policial, por la que se hart¨® de recoger buenas cr¨ªticas y premios hace tres a?os, marc¨® un antes y un despu¨¦s en su carrera. ¡°El d¨ªa que terminamos, lo dije muy emocionado: ¡®Soy mejor, soy mejor actor¡±, recuerda. All¨ª descubri¨® el valor del buen director. ¡°Alguien como yo, que basa su proceso en el arte de la repetici¨®n, en repetir una y mil veces tus l¨ªneas, porque si tiras un directo de izquierda mil veces lo vas a tirar bien y si lo tiras un mill¨®n de veces vas a tener un directo de izquierda que va a ser un ca?onazo ¨Cexplica siempre echando mano del ring¨C, el elemento en la ecuaci¨®n que var¨ªa es el director. Es de caj¨®n. Cuando termin¨¦ Antidisturbios, tom¨¦ conciencia por primera vez de la importancia real de un director. Es que yo no tengo pelos en la lengua. Es decir, no es que los dem¨¢s sean malos, pero Sorogoyen¡¡±. Y corre a decir que lo mismo con Coixet. El rodaje de Un amor ser¨ªa el tercer pilar.
Y el primero, dice, es el mon¨®logo Un ob¨²s en el coraz¨®n, dirigido por Santiago S¨¢nchez, que le hace ¡°mejor persona¡±. Los tres son esa clase de proyectos sanadores que le han sacado de momentos oscuros, como tanto ha compartido, y que, sobre todo, le est¨¢n indicando el buen camino en esta profesi¨®n sobre la que tiene opiniones clar¨ªsimas. Por ejemplo, mejor si el personaje y la historia te gustan: ¡°Pero si el personaje no me gusta y me pones dos melones encima de la mesa te hago un personaje que flipas¡±. O ¡°Siempre digo que un actor debe saber escribir, debe poner en palabras lo que siente¡±, que suelta para explicar que ¨¦l escribe un cuento alrededor de cada uno de sus personajes. Porque, claro, Hovik tambi¨¦n es escritor. O siempre lo fue. Con Hovik, en algunas cosas, no hay una cronolog¨ªa lineal. Porque se pueden superponer capas y vidas sobre este hombre que ya est¨¢ rumiando a?adir otra: la de director. ¡°Lo confieso, despu¨¦s de rodar Un amor, no es que lo tenga en la cabeza, no lo voy a hacer ya, pero por primera vez vi que es factible¡±. Y si ¨¦l lo dice¡ Como ¨¦l mismo exclama sobre este alem¨¢n por el que le veremos de nuevo en los Goya: ¡°Si es el ¨²nico de todo el puto pueblo que tiene las cosas claras¡±. Pues eso.
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