Rico, influyente y mal vestido: en qu¨¦ consiste el nuevo uniforme del poder masculino
Adam Sandler, Justin Bieber o Pete Davidson han convertido su forma de vestir estramb¨®tica y aparentemente improvisada en su marca personal, pero podr¨ªa haber en su decisi¨®n mucho m¨¢s orden del que parece
Uno de los memes del a?o es el que muestra a Justin Bieber convertido en una caricatura de s¨ª mismo al lucir Crocs amarillas y unas bermudas de ch¨¢ndal combinadas con una sudadera sobre la que a?ade una gorra rosa de Nahmias, un espanto est¨¦tico que contrasta radicalmente con la pulcritud del look de su esposa, Hailey Bieber, que lleva un impecable palabra de honor rojo de Ermanno Scervino.
El estilo del cantante responde a la tendencia scumbro. En Espa?a lo hemos traducido como escombro, pero su coincidencia fon¨¦tica es casual: escombro viene del lat¨ªn escombere y scumbro viene del columnista de Vanity Fair Kenzie Bryant, que junt¨® las palabras scum (escoria) y bro (t¨ªo, hermano, jefazo). Esta tendencia define la est¨¦tica de figuras como Pete Davidson, Tom Holland o Machine Gun Kelly. Lo que define sus agitados armarios, que son un salpic¨®n estil¨ªstico, es una absoluta falta de coherencia est¨¦tica y la intenci¨®n de mandar el mensaje de que se han puesto lo primero que han encontrado en sus armarios. Lo llamativo (por incomprensible) de su est¨¦tica es el contraste con la pulcritud de la de sus parejas.
¡°La estrategia, al final, es que las parejas de famosos se vistan igual, algo que se acent¨²a cuando hay marcas de por medio¡±, Leticia Garc¨ªa, redactora jefe de moda de S Moda. ¡°Todo es marketing, y la construcci¨®n de la imagen de la celebridad no es m¨¢s que publicidad. El siguiente paso es la construcci¨®n de la imagen de la pareja, algo que me parece una forma de despojar a las personas de identidad propia¡±.
El descuido programado
¡°Pasar de todo a nivel estil¨ªstico cuando se tiene pareja es una actitud m¨¢s efectista que efectiva, un recurso de personas relativamente famosas, precisamente por su emparejamiento con mujeres que han alcanzado su notoriedad por m¨¦ritos propios¡±, se?ala el soci¨®logo, periodista y cr¨ªtico de moda Pedro Mansilla. ¡°Todav¨ªa hay mucho novio comme il faut, entre otras cosas por imperativo de un mercado que tiende a ser formalmente muy conservador¡±.
Mansilla indica que esto ocurre especialmente en las parejas heterosexuales y argumenta que podr¨ªa pesar, todav¨ªa, la atracci¨®n por el chico malo, con sus caracter¨ªsticos pecados: descuido, impuntualidad, pereza¡ ¡°Contra la m¨¢scara del chico normal, obligado por sus circunstancias a ofrecer siempre su perfil m¨¢s pulcro, no hay se?al m¨¢s atractiva de un cambio de estatus como poder mostrar poder vestido con harapos¡±. O sea, seg¨²n esta nueva tendencia (muy ad hoc con los poderosos de Silicon Valley que pasaron de nerds a multimillonarios a principios de este siglo), nada resulta m¨¢s excitante y reivindicativo para un hombre poderoso que serlo sin dejar de vestir como si no lo fuese.
Pero no hay tanta planificaci¨®n aqu¨ª. Todo es, en realidad, fruto de una meditada decisi¨®n est¨¦tica. El actor Adam Sandler se considera, tal vez, el ¨²ltimo gran purista del estilo escombro o scumbro, alguien que no lo calcul¨®, que viste as¨ª por pura dejadez. Cuando le preguntaron en una entrevista c¨®mo definir¨ªa su est¨¦tica, respondi¨®: ¡°Es la de un hombre que abri¨® una maleta y se puso encima lo primero que encontr¨®¡±. La diferencia entre el actor y otros ejemplos nombrados como Justin Bieber o Pete Davidson es que ¨¦l fue, tal vez, el ¨²ltimo purista de esta pr¨¢ctica, el ¨²ltimo que viste as¨ª con verdadera naturalidad. Hoy los scumbro lucen marcas de streetstyle de firmas como Palace y Supreme y lo combinan con prendas de grandes marcas como Gucci, Versace y Prada. Ellos se aseguran de mostrar una imperfecci¨®n orquestada.
Una de las pruebas de que quien viste as¨ª no lo hace por vagancia, sino con absoluta intenci¨®n, es que cuando un usuario escribi¨® en X que Diplo, a causa de sus looks, comenzaba a ¡°parecer un hombre que vende marihuana de mala calidad¡±, el m¨²sico public¨® ese mensaje en su perfil de Instagram junto al texto ¡°Objetivo logrado¡±. Incluso la revista Esquire public¨® un art¨ªculo en el que se?al¨® que las celebridades se visten ¡°como camellos del instituto¡±. Nos hallamos as¨ª ante el orgullo del pasota, que en realidad tiene m¨¢s ego que dejadez.
Firmas como Balenciaga y Acn¨¦ Studio se han apoderado de esa est¨¦tica pretendidamente ca¨®tica. Y, como explicaba a The Wall Street Journal Kyle Dinkjian, encargado de la cuenta de Instagram JonahFits, que analiza los looks de Jonah Hill, este estilo inspira a los hombres que ¡°no tienen el aspecto de estrellas de cine a que logren un estilo propio y lo hagan suyo¡±. ¡°Hay un cansancio del todo vale, aunque lleve estampado el logo de una marca cara en caracteres gigantes¡±, rebate Pedro Mansilla. ¡°El fe¨ªsmo a¨²n domina, pero el orden, digamos, sartorial se impondr¨¢ en alg¨²n momento. El estilo antisistema da muestras de cansancio. El dandi empieza a salir del armario¡±.
El nuevo disfraz del narcisista 3.0
Pero, ?realmente estos hombres no se preocupan en absoluto de su estilo? ¡°Cuando alguien asegura que la moda es banal y superflua, nos hallamos ante una se?al inequ¨ªvoca de que es una persona que se cree por encima del resto¡± opina Garc¨ªa. ¡°La gente se viste no solo como modo de expresi¨®n, sino tambi¨¦n por respeto hacia los dem¨¢s¡±. Hay que diferenciar aqu¨ª, eso s¨ª, a dos tipolog¨ªas de escombro. A una de ellas pertenece Justin Bieber, que sabe de moda, se ha nutrido de ella y ha colaborado, de hecho, con grandes marcas como Calvin Klein. Es un escombro que vale miles de d¨®lares. Un opuesto es Adam Sandler, que muchos internautas defienden por ser alguien que viste seg¨²n su comodidad y su propia del estilo. Es fiel a s¨ª mismo. Aut¨¦ntico.
¡°Un ojo entrenado deber¨ªa siempre distinguir a aquellos a los que no les importa como van vestidos de aquellos a quienes s¨ª les importa, pero fingen que no¡±, explica Mansilla. ¡°Estos son los m¨¢s interesantes porque, en principio, marcan la tendencia ascendente. Hemos llegado a estar tan aburridos de ver a los integrados que deseamos ver a los apocal¨ªpticos, por usar la terminolog¨ªa de Umberto Eco¡±.
Parece que la dejadez estil¨ªstica tiene cada vez menos de dejadez y m¨¢s de estrategia, especialmente cuando al examinar de cerca sus armarios se descubre que cada prenda y accesorio es de marca. Si el lujo silencioso nos ense?¨® que incluso la camiseta blanca m¨¢s b¨¢sica puede encerrar un estatus social, estos terremotos est¨¦ticos no son s¨ªntomas precisamente de pasotismo, sino de estudiadas decisiones. El narcisista actual ha mutado: hoy no es solo Christian Bale en American Psycho, sino que ha sido visto tambi¨¦n con ch¨¢ndal, camisa hawaiana y Crocs.
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