Russell Crowe se afeita por primera vez en cinco a?os y lanza el mensaje definitivo sobre la barba
Mientras el vello facial masculino de las estrellas sigue cosechando titulares, el ¡®sex symbol¡¯ neozeland¨¦s confirma que, como sospech¨¢bamos, la moraleja es que no hay moraleja
¡°El actor se prepara. Primer afeitado desde 2019¡å. El selfi de Russell Crowe (Wellington, Nueva Zelanda, 59 a?os) publicado en su cuenta de X ser¨ªa simplemente otro de los much¨ªsimos selfies que el actor comparte con sus casi tres millones de seguidores (en un rodaje, en un bar, en un tren, a veces selfies tan cerrados que solo aparece en la imagen uno de sus dos famos¨ªsimos ojos azules). Pero hab¨ªa una diferencia: parec¨ªa, en ¨¦l, much¨ªsimo m¨¢s joven. Sin la barba salvaje y blanqu¨ªsima que le ha acompa?ado en los ¨²ltimos a?os, tanto en su vida personal como en sus pel¨ªculas (la luci¨®, m¨¢s domada o menos, en El exorcista del Papa y en Poker Face), el actor parec¨ªa otro, o al menos, el que fue en otra etapa de su vida.
Entre los comentarios, lo previsible: aplausos. ¡°?Guapo!¡±, ¡°Qu¨¦ bien te queda¡± o ¡°Pareces 20 a?os m¨¢s joven¡± (otros, con m¨¢s mesura, le restan ¨²nicamente 10). Otros eran significativos: ¡°Tienes un gran rostro como para esconderlo detr¨¢s de esa barba¡±. La apreciaci¨®n se repite, a veces, en forma de fotograf¨ªa, de usuarios que simplemente dejan una foto o un gif del actor en sus primeras pel¨ªculas de los noventa. En su primera pel¨ªcula conocida al gran p¨²blico, Virtuosity (1995), esos dos ojos azules perdidos en un rostro de maquillaje p¨¢lido convencieron al p¨²blico de que era un androide antes de que un di¨¢logo lo confirmase, y en L.A. Confidential (1997) eran los centros gravitatorios de unos ataques de furia que sent¨ªan hasta los sism¨®grafos. Todo estaba en ellos, la barba estaba de m¨¢s. El vello facial s¨ª estaba presente en la que fue su introducci¨®n a la cultura popular de masas fue luciendo barba en Gladiator (2000), como un l¨ªder militar destrozado que ha perdido a su familia y no piensa en afeitarse, y lo ha hecho en casi todas sus pel¨ªculas recientes.
El vello facial masculino es, a menudo, noticia. Lo fue el bigote de Justin Bieber (tan vilipendiado como defendido), lo es cada vez que alguien comparte una foto de Jimmy Kimmel sin barba, lo es si Shawn Mendes se la deja, llega a la pol¨ªtica espa?ola cuando la barba se convierte en parte de la guerra dial¨¦ctica de la derecha y el t¨¦rmino tiene su propia etiqueta en medios sensacionalistas como The Mirror. Hay terrenos que parecen abonados a la barba: seg¨²n la edici¨®n estadounidense de GQ, el de los programas de late night es uno de ellos, tal vez un elemento que fomenta los c¨®digos de despreocupaci¨®n y relax que uno busca en esos espacios. Hay un tipo de barba muy interesante porque es la que de forma m¨¢s notoria y fiel habla de la libertad, no solo capilar: la llamada retirement beard, o sea, la barba de jubilado. Es blanca (porque pilla a su due?o ya con cierta edad), salvaje (porque su due?o no tiene que presentarse ni en un plat¨® ni en una oficina ni a atender a nadie en ventanilla) y libre. Es la que se acaba de quitar Crowe, precisamente, y no porque est¨¦ retirado (tiene 59 a?os y varios rodajes en proyecto), sino, probablemente, porque alguien se lo pidi¨®.
¡°Hay que dejar que la piel respire y, de vez en cuando, afeitarse la barba y ventilarla¡±, explica el estilista Clemente Blanco. ¡°Si no, el poro va creciendo al tener el peso de ese pelo tirando constantemente y cuando un d¨ªa por fin te la quitas tienes la piel con unos agujeros m¨¢s grandes que algunos de los apartamentos en los que he vivido¡±. A Crowe puede haberle recomendado que se afeite tanto un director de cine como un dermat¨®logo. ?Y un estilista? ¡°No creo que la decisi¨®n de Russell Crowe haya sido en absoluto por tendencia¡±, opina Blanco. El actor ha demostrado que tiene tanto estilo dentro de la pantalla como despreocupaci¨®n fuera de ella: lo hemos visto con m¨¢s peso, m¨¢s despeinado, m¨¢s barbudo o m¨¢s canoso. Es, a su manera, todo lo contrario a un Tom Cruise que lucha de forma encarnizada contra los efectos de la edad: los rasgos externos de la madurez y la ausencia de un cuerpo de belleza normativo no solo no parece asustarle, es m¨¢s, los saluda con efusividad, como si fuese Orson Welles.
La prensa se ocup¨® de documentar sus subidas y bajadas de peso, especialmente en la pasada d¨¦cada, cuando hablar de los cuerpos ajenos era mucho m¨¢s habitual y mejor recibido que en la actualidad. Aunque en todos los casos fuese para por exigencias del papel: vimos a Crowe con casi 120 kilos en Dos buenos tipos, de 2016, tambi¨¦n en Identidad Borrada, de 2018. En 2019, cuando la serie La voz m¨¢s alta tambi¨¦n le oblig¨® a lucir barriga, se cans¨® de hablar del tema. ¡°He dejado de hablar de c¨®mo gano peso o lo pierdo para un papel¡±, explic¨® a Entertainment Weekly, ¡°porque entonces eso se convierte en el art¨ªculo entero. Todo lo que la gente comenta, al final, es eso. Y es un aburrimiento¡±. (Acert¨®: el art¨ªculo se titulaba Russell Crowe prefiere no hablar de peso).
Siguiendo sus propias reglas, que nadie le pregunte a Crowe por qu¨¦ se dej¨® la barba o se la quit¨®. Seg¨²n Clemente Blanco, el rostro que triunfa actualmente es el despejado, el suave, el que se puede apreciar en toda su magnificencia en la pantalla de un m¨®vil mientras habla a millones de seguidores en un v¨ªdeo de TikTok. La barba hipster se dio oficialmente por muerta en 2014 y si bien ciertas webs (sobre todo las que venden productos para la barba) llevan desde 2020 anunciando su regreso (aunque el protagonista de la pandemia fue el ensayo de bigote), parece que Crowe est¨¢ siguiendo la moda y dejando, sin pretenderlo ni desearlo, que la barba es por fin libre para crecer, para te?irse de blanco y tambi¨¦n para desaparecer cuando tenga que hacerlo. Sin c¨®digos, ni lecturas. Solo era pelo.
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