Sin pectorales no hay sexo: c¨®mo funciona el escote masculino y qui¨¦n se atreve a llevarlo
Celebridades y dise?adores como Anthony Vaccarello o Palomo Spain reivindican una zona hasta ahora reservada a las mujeres: el torso, los pectorales y... ?el ¡®canalillo¡¯?
Mayo. Festival de Cannes de 2023. Manu R¨ªos aparece en la alfombra roja para presentar Extra?a forma de vida, el mediometraje de Pedro Almod¨®var en el que participa y, como mandan las circunstancias, lo hace vestido de Saint Laurent, que ha producido la pel¨ªcula. Lleva lo que parece una camisa escotada rematada por un faj¨ªn, dise?o de Anthony Vaccarello para la colecci¨®n de la maison del pr¨®ximo oto?o. En el desfile, esta prenda la llevaba un modelo espigado y de torso plano, pero sobre el cuerpo de R¨ªos, m¨¢s musculado, la camisa es otra cosa: crea un escote que deja ver parte de sus pectorales, un equivalente masculino al canalillo. El pecho masculino siempre ha gozado de mucha m¨¢s libertad para exhibirse en p¨²blico, pero hasta ahora no hab¨ªa usado las armas de la indumentaria femenina en fiestas de guardar. Porque aqu¨ª no hablamos de Tarz¨¢n: despu¨¦s de d¨¦cadas de recatados esm¨®quines, llega el equivalente al vestido de noche sexy para ¨¦l. Y no solo R¨ªos lo llevaba aquella noche en Cannes. Su compa?ero de reparto Jos¨¦ Condessa tambi¨¦n.
Las estrellas han caminado un corto pero escotado camino hasta aqu¨ª: Jon Kortajarena lleg¨® a la ¨²ltima fiesta de los Oscar de Vanity Fair vestido con un esmoquin blanco y nada debajo; el a?o anterior Timoth¨¦e Chalamet asisti¨® a los mismos premios con una chaqueta de Louis Vuitton que dejaba al aire su blanco estern¨®n, y Harry Styles lleva a?os vistiendo caprichosas creaciones que muestran el torso, obra de Gucci o de firmas espa?olas como Palomo Spain o Alled-Mart¨ªnez. En abril de 2022, un art¨ªculo de MrPorter ya se preguntaba: ¡®?Por qu¨¦ van tan desnudos los hombres ¨²ltimamente?¡¯ Y este mes, el brit¨¢nico Sunday Times Style afirmaba que estamos en ¡°el verano del hombre caliente¡± con fotos de, entre otros, el espa?ol Marc Forn¨¦ ataviado con camisa, corbata y cort¨ªsimos shorts.
Escote-de-¨¦l
Seg¨²n la arqueolog¨ªa de la hemeroteca, el t¨¦rmino No pecs, no sex (algo as¨ª como sin pectorales no hay sexo) vio la luz en 1994 como eslogan en un gimnasio de Manhattan, uno de los primeros capitaneados por el gur¨² del fitness David Barton. Barton, forzudo metido a empresario de ¨¦xito, fue definido por The New York Times como ¡°el hombre que hizo que ir al gimnasio fuese guay¡± (aunque tambi¨¦n, con m¨¢s mala uva, como alguien que ¡°tiene tantos m¨²sculos que parece un cuadrado¡±). En los primeros noventa, convertir cualquier cosa en un estilo de vida aspiracional pasaba de manera ineludible por relacionarlo con el sexo: los anuncios de Calvin Klein llenaban las revistas y las marquesinas de im¨¢genes expl¨ªcitas con modelos masculinos de torsos marm¨®reos y convirtieron en estrellas a figuras como Mark Wahlberg; en la novela American Psycho, publicada en 1991, Bret Easton Ellis dedicaba p¨¢rrafos y p¨¢rrafos a describir la tabla de ejercicios de un yuppie fibrado y majareta, y series que moldeaban los gustos de medio mundo, como Melrose Place, estaban construidas sobre repartos masculinos de hombres blancos, j¨®venes y curtidos en el gimnasio. Espec¨ªmenes que se pasaban m¨¢s tiempo en la piscina, en la ducha o en la cama que en cualquier otro lugar. Pero, por ahora, el fen¨®meno no hab¨ªa llegado a la alfombra roja.
¡°?Por qu¨¦ solo se puede mirar con esos ojos a una mujer, cuando el hombre puede ser atractivo y sexy de la misma manera?¡±, se pregunta por tel¨¦fono el dise?ador Alejandro Palomo, que al frente de Palomo Spain lleva reivindicando el escote masculino desde 2016. ¡°Elementos como los tacones para hombre no son nuevos, en el siglo XVI o XVII ya estaban, pero esta forma de sexualizar y ense?ar el cuerpo masculino a trav¨¦s de la ropa s¨ª es completamente nuevo. Y no solo viene dado por una reivindicaci¨®n hist¨®rica para igualarse a la moda femenina, sino por una realidad que observamos a diario en las redes sociales: cuanta m¨¢s carne, m¨¢s gustas. La er¨®tica vende y ahora el hombre, si lo desea, puede participar de ello. Ya no solo miramos con deseo el canalillo de una mujer: tambi¨¦n lo hacemos con el de Manu R¨ªos¡±.
El escote masculino tiene su propio t¨¦rmino en ingl¨¦s, heavage, resultado de tomar la palabra cleavage (como se denomina escote femenino) y a?adirle delante he, o sea, ¡°¨¦l¡±. Ya en 2009, The Wall Street Journal public¨® que ¡°el escote masculino, cuellos muy abiertos para revelar vello en el pecho, fuertes pectorales o tal vez algo m¨¢s, est¨¢ de vuelta¡±. El mismo art¨ªculo nombraba el t¨¦rmino en franc¨¦s (male d¨¦colletage) para contar que hasta entonces el cuello de la camisa excesivamente abierto o camisetas o jers¨¦is con vertiginosos cuellos de pico para revelar el escote masculino era algo ¡°m¨¢s propio de la moda andr¨®gina, limitada principalmente a apariciones espor¨¢dicas en las pasarelas europeas¡±. En Europa, precisamente, el Daily Mail se hac¨ªa eco del fen¨®meno dos a?os antes y ofrec¨ªa una serie de s¨ªes o noes sobre el escote masculino. ?George Clooney? S¨ª (llevaba un par de botones de la camisa desabrochados). ?Rod Stewart? No (no llevaba ni un solo bot¨®n de la camisa abrochado). ?David Beckham? Depende (demasiado oro en el inicio de su era imperial en la primera mitad de los dos miles).
La corrosiva web Gawker intent¨® poner orden: dijo que heavage era el ¡°t¨¦rmino m¨¢s est¨²pido¡± que se hab¨ªa inventado la moda. En 2015, la edici¨®n brit¨¢nica de GQ dictamin¨® que David Gandy era el m¨¢s digno ense?ando escote. O sea, uno de los supermodelos m¨¢s inequ¨ªvocamente bellos del mundo. Los mensajes a este respecto, para los hombres de a pie, nunca fueron esperanzadores: si no es Clooney, si no es Beckham o si no es Gandy, no lo intente en casa. Que hable Palomo, el experto: ¡°Cada dise?ador crea con una sensibilidad y con una inspiraci¨®n, con m¨¢s inocencia o m¨¢s sexualidad, pero quien se lo pone lo lleva a su punto¡±. Y a continuaci¨®n, reconoce: ¡°Yo puedo pensar en prendas que adoptan muchas vidas, pero a ese tipo de cuellos soy consciente de que yo, con mi cuerpo, no acceder¨ªa. Lucen en un cuerpo determinado, en un pecho bonito, trabajado¡±.
Y entonces Manu R¨ªos volvi¨® a hacerlo. De nuevo, un cuerpo dif¨ªcil de imitar. Poco despu¨¦s de aquella aparici¨®n, internet se llenaba de noticias que hablaban del canalillo de Manu R¨ªos. ¡±Torso de acero: c¨®mo conseguir que el escote te siente tan bien como a Manu R¨ªos¡±, public¨® GQ. Repiti¨® haza?a poco despu¨¦s: ¡±Manu R¨ªos sorprende en el desfile de AMI Paris mostrando los m¨²sculos que nunca hab¨ªa ense?ado¡±, titul¨® Men¡¯s Health (se refer¨ªan a los cu¨¢driceps). La eclosi¨®n de j¨®venes estrellas masculinas cosechando titulares gracias a delicadas prendas que dejan su canalillo al descubierto representa el triunfo de una visi¨®n contempor¨¢nea de la masculinidad: es la victoria de dise?adores europeos como Vaccarello, Palomo o Ludovic de Saint Sernin. Pero el fen¨®meno no hace m¨¢s que subrayar el eterno encanto del torso masculino. Ya sea con camisa abierta y pelo en pecho, como en los a?os setenta; musculado como en los ochenta o definido y lampi?o a lo Keanu Reeves en la d¨¦cada siguiente.
Un pectoral es para siempre
Miguel Marug¨¢n es entrenador en el gimnasio San Ant¨®n, en el centro de Madrid, y asegura que en los ocho o nueve a?os que lleva trabajando en salas el pectoral siempre ha sido una obsesi¨®n para sus clientes. ¡°Es de la musculatura que m¨¢s se trabaja, junto a los b¨ªceps. Una de las zonas m¨¢s agradecidas y bonitas si se les dedica tiempo y que te hace sentir m¨¢s... poderoso. La gente no suele decir ¡®quiero las piernas de Cristiano Ronaldo¡¯, pero s¨ª escuchamos mucho en los gimnasios ¡®quiero el torso de Chris Hemsworth¡¯. En chicas siempre han sido gl¨²teos y abdominales y, en chicos, b¨ªceps y pectorales¡±.
Parece haber un acuerdo universal: seg¨²n algunos estudios, los pectorales son las partes favoritas de un hombre a ojos de las mujeres. Otros estudios, como este de Cosmopolitan, lo colocan solo detr¨¢s de los abdominales y los antebrazos. ¡°Un pecho s¨®lido y masculino, y no uno que parece como el de un ni?o de seis a?os, es maravilloso¡±, escribi¨® una periodista llamada Anna Breslaw. Instagram o TikTok son un gigantesco contenedor de im¨¢genes en movimiento de pechos masculinos, hombres fibrados sin nada por arriba haciendo cosas: bailando, cocinando, hablando de derecho o nadando con cocodrilos. Es la simple traslaci¨®n de una estampa mitol¨®gica: el ¨ªdolo adolescente masculino que ense?a su pecho para reafirmar su estatus de s¨ªmbolo sexual, la mera actualizaci¨®n de aquellas revistas adolescentes en los que cantantes o actores se quitaban la camiseta. Un paso trascendental, adem¨¢s: protagonizar una campa?a de ropa interior ha sido para muchos ¨ªdolos adolescentes una forma de cruzar el umbral de la madurez una vez superada la mayor¨ªa de edad. Lo hicieron Justin Bieber o Shawn Mendes. En Espa?a, el gran embajador de la causa fue Mario Casas, no la primera celebridad masculina espa?ola con cuerpo esculpido en el gimnasio, pero s¨ª tal vez el primero en usarlo para llegar muy alto (despu¨¦s gan¨® un Goya y quiso dejar atr¨¢s su imagen de tableta de chocolate y pectorales firmes).
Por lo que parece, por ahora mejor olvidar el body positive. La est¨¦tica Netflix (cuerpos tan esculpidos que los abdominales se puedan apreciar en la pantalla de un m¨®vil) trae de nuevo una exigencia de perfecci¨®n que, parece, no morir¨¢ nunca. Estaba en las esculturas griegas, est¨¢ en ?lite y ahora, con unos c¨®digos de vestuario que rompen lo que los hombres pod¨ªan llevar o no en sus apariciones p¨²blicas, tambi¨¦n, como hemos visto, en las alfombras rojas. ¡°Una clav¨ªcula, un pecho, toda esa parte del hombre que casi siempre ha ido cubierto....¡±, remata Palomo. ¡°Nosotros solo quisimos mostrar esas partes sensuales, sexis, atractivas y bonitas¡±. El pecho masculino salta a la calle. Es l¨®gico pensar que otras zonas le seguir¨¢n pronto.
Puedes seguir ICON en Facebook, Twitter, Instagram, o suscribirte aqu¨ª a la Newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.