St Vincent: ¡°Antes estaba muy interesada en ser un personaje. Ahora me importa un carajo¡±
Annie Clark sol¨ªa caracterizarse para cada uno de sus trabajos. Pero en su nuevo disco ¡®All Born Screaming¡¯ ha decidido que es el momento se mirar para dentro y ser ella
Es el d¨ªa m¨¢s lluvioso que Londres ha visto en todo el a?o. El metro estaba hasta los topes. Resulta chocante entrar en un estudio empapado y hecho un desastre y toparme con Annie Clark (Tulsa, 41 a?os), m¨¢s conocida como St. Vincent, vestida con un elegante traje negro azabache. Camisa levemente desabrochada. John Silva, su exc¨¦ntrico manager, se ofrece a abrirle una botella de agua, a lo que Clark responde: ¡°Puedo abrir una botella, John¡±, seguido de una sonrisa. Me ofrece algo de picar y su c¨¢lida bienvenida es un alivio.
M¨¢s all¨¢ de sus discos hay un enigma cautivador: el de una persona que oscila entre la vulnerabilidad y el desaf¨ªo, el misterio y la revelaci¨®n. A trav¨¦s de su m¨²sica, que desaf¨ªa fronteras entre g¨¦neros mezclando elementos del pop, el rock y la vanguardia, se atreve a explorar las complejidades del ser humano, el amor y la angustia existencial. ¡°Obs¨¦rvalo todo y despu¨¦s cu¨¦ntalo a trav¨¦s de tu propia lente¡±, explica esta m¨²sica estadounidense cuya agenda como cantante y productora es un qui¨¦n es qui¨¦n de lo mejor del pop de las ¨²ltimas d¨¦cadas, de Taylor Swift a David Byrne, pasando por Sufjan Stevens o Jack Antonoff.
El t¨ªtulo de su nuevo ¨¢lbum, All Born Screaming (todos nacemos gritando), prepara al oyente para un disco emocionalmente intenso: ¡°Gritar es lo primero que haces cuando naces. Es aterrador, pero alegre porque significa que est¨¢s vivo. Definir la violencia que sufrimos nosotros, el mundo o nuestros allegados es lo ¨²nico que importa¡±, dice mientras se r¨ªe porque se oye su m¨²sica de fondo y se distrae. ¡°No puedo evitar fijarme en lo que suena. La m¨²sica ambiente no funciona conmigo¡±.
Esta es la primera vez que produce al completo uno de sus discos, doble papel que puede ser problem¨¢tico: ¡°Me vi encajonada entre el ego del guitarrista y el rol del productor, que sabe cu¨¢ndo un instrumento no es el correcto¡±, reconoce. Tambi¨¦n recuerda cuando sufri¨® un fuerte resfriado durante la grabaci¨®n de una de las canciones, Broken Man. ¡°Cuando canto inhalo con mucha fuerza y en aquel momento me costaba incluso pronunciar¡±. El resultado es una vocalizaci¨®n que casi es un tartamudeo y que termin¨® incluyendo en el disco. ¡°Eso le da mucha crudeza, que funciona en la canci¨®n. Captura las imperfecciones del proceso creativo¡±.
Ha decidido abrirse y eso no solo alude a aspectos, digamos, t¨¦cnicos. ¡°Trabajando en el disco beb¨ª incontables caf¨¦s y tom¨¦ microdosis de psilocibina. Algo que, sinceramente, me salv¨® la vida¡±. Clark se ha volcado en pr¨¢cticas de exploraci¨®n interior, s¨ªntoma de su voluntad de aventurarse en nuevos territorios. ¡°Antes estaba muy interesada en la idea de ser un personaje y deconstruirlo. En investigar qu¨¦ significa ser una artista pop famosa en la era moderna. Ahora todo eso me importa un carajo¡±, explica. Y ella sabe un rato de eso: tanto a trav¨¦s de su m¨²sica como de sus relaciones con estrellas como Kristen Stewart o Cara Delevingne, Clark ha conocido los aspectos m¨¢s abrasivos de la fama. ¡°La vida es corta, solo quiero hacer m¨²sica que signifique algo. En mi cabeza, el sonido es crudo, la vida es bailar con fuego y todo lo que tenemos es la gente que amamos. El p¨²blico se ha convertido en una especie de avatar digital. No me interesa¡±.
Su capacidad para cambiar la narrativa y ser optimista ante los problemas es una habilidad poco com¨²n que ha sido relevante a lo largo de su carrera. A ella no le gusta hablar de su vida personal con la prensa, pero sus intimidades han estado siempre en los medios. Su padre, Richard Clark, fue condenado por un cargo de conspiraci¨®n, siete de fraude electr¨®nico, cinco de fraude de valores y uno de lavado de dinero. Durante su encarcelamiento, Clark lanz¨® tres ¨¢lbumes: Strange Mercy (2011), St. Vincent (2014) y Masseduction (2017) y cada uno de ellos recibi¨® mejores cr¨ªticas que el anterior.
En este ¨¢lbum, las colaboraciones tambi¨¦n han desempe?ado un papel importante. Por un lado, la galesa Cate Le Bon, que la sac¨® de una crisis creativa: ¡°Es una de mis mejores amigas, vio que estaba en un momento dif¨ªcil y supo reavivar mi fuego¡±, dice. Y por otro, a la bater¨ªa, ¡°el ¨²nico hombre en el mundo que deber¨ªa tocar ese instrumento: Dave Grohl¡±, r¨ªe. Clark reclut¨® al ex Nirvana y l¨ªder de Foo Fighters para participar en dos temas. Ya se conoc¨ªan. Cuando Nirvana entr¨® en 2014 a formar parte del Rock and Roll Hall of Fame, los dos supervivientes de Nirvana tocaron con St. Vincent cantando en el lugar del fallecido Kurt Cobain. ¡°Vino, compartimos historias de guerra y se fum¨® sus parliaments. Es el mejor colgado del mundo. Ojal¨¢ pudiera guardar su cenicero lleno de colillas como recuerdo. Conoc¨ªa cada paso y cada vuelta de la canci¨®n. Lleg¨® y la grab¨®. ?Un puro trueno!¡±.
Clark ofrece en sus letras ideas conmovedoras sobre la condici¨®n humana, equilibrando lo personal con lo social. Reconoce el papel de la artista como ¡°espejo ps¨ªquico¡±, pero sostiene que su m¨²sica no es pol¨ªtica. Ahora, prepara su gira e imagina shows que desaf¨ªan al p¨²blico. ¡°Quiero que me golpeen y me pateen las espinillas. Quiero que me desaf¨ªen, luego me consuelen y, finalmente, dejar mi carga en alg¨²n lugar del espacio sonoro. Tambi¨¦n deber¨ªa hacerlo mi audiencia. El objetivo de ser artista es tener tu propia voz y tener algo que decir. Escuchar una nota y saber qui¨¦n es¡±. En su caso, no podr¨ªa ser m¨¢s cierto.
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