Timoth¨¦e Chalamet no gusta a los fans de Bob Dylan: an¨¢lisis de un papel que nace con pol¨¦mica
El actor dar¨¢ vida al m¨²sico en ¡®A Complete Unknown¡¯, una pel¨ªcula biogr¨¢fica con la bendici¨®n del propio Dylan cuyas primeras im¨¢genes han hecho que en las redes surjan las cr¨ªticas, las comparaciones y los memes
En las ¨²ltimas semanas ha crecido en Internet el recelo tras la filtraci¨®n de las primeras im¨¢genes del rodaje de A Complete Unknown, la pel¨ªcula que James Mangold est¨¢ rodando sobre la vida de Bob Dylan con Thimot¨¦e Chalamet como protagonista. Las fotograf¨ªas, en las que se recrean postales ic¨®nicas del cantautor ¨Cguitarra a la espalda, andares torvos¨C, crujen en la mente colmena de Internet porque algo no cuadra. Los atuendos est¨¢n bien imitados y el actor comparte, incluso, algunos rasgos f¨ªsicos con su modelo ¨Cdesde el pelo encrespado a una geometr¨ªa facial enjutamente hexagonal¨C, pero el p¨²blico parece cuestionar esta elecci¨®n de casting: el chico de moda de 2024, dicen, no da el pego como el chico de moda de 1964.
Esta sensaci¨®n de extra?amiento colectivo tiene varios focos. Por un lado tenemos a los mel¨®manos fans de Dylan y de ¡°la buena m¨²sica¡±, que improvisan una cruz urgente con sus dos dedos ¨ªndices ante el avance de un ¨ªdolo juvenil al que no comprenden hacia los restos casi momificados de ese otro ¨ªdolo que se sienten llamados a proteger; pero tambi¨¦n est¨¢n los fans de Chalamet y de ese cierto tipo de masculinidad l¨ªquida al que el actor parece ligado, una masculinidad aparentemente sensible, medio arty, que no acaban de sentirse c¨®modos con esta reencarnaci¨®n del objeto de su deseo. En medio de estas dos corrientes, se suman espont¨¢neos que simplemente pasaban por ah¨ª para hacer memes sobre lo poco que encaja Chalamet como Dylan, compar¨¢ndolo con la Keira Knightley de Love Actually o el ratoncito Fievel.
Para comprender todos los ¨¢ngulos de esta hecatombe cultural trataremos de acercarnos a las barricadas de ambos frentes, empezando por los estudiosos del universo Dylan. El m¨²sico Pancho Varona, exmano derecha de Joaqu¨ªn Sabina ¨Cjuntos escribieron m¨¢s de cien canciones¨C, no puede evitar arrugar la nariz al ver las im¨¢genes de A Complete Unknown. ¡°La verdad es que no me pega nada Chalamet como Dylan, pero es que los mit¨®manos como yo llevamos bastante mal los biopics. Por ejemplo, los que han hecho de Lennon, los que han hecho de Elvis o el que han hecho de Mercury, la mayor¨ªa merecen el olvido. Mis ¨ªdolos son intocables¡±, responde.
El cr¨ªtico musical Diego Manrique tampoco acaba de ver al actor como una encarnaci¨®n precisa del mito, si bien se muestra algo m¨¢s comprensivo. ¡°No me pega, pero tampoco me cre¨ª a Kirk Douglas haciendo de Vincent Van Gogh. Estas pel¨ªculas tienen sus convenciones¡±, admite. El periodista est¨¢ familiarizado con las reacciones viscerales que suscita el cine biogr¨¢fico. ¡°Los biopics permiten que los enterados digan, muy ufanos, lo de ¡®no es eso, no es eso¡¯. En el caso de Dylan, Mangold tendr¨¢ que competir con los documentales de D. A. Pennebaker e incluso con la versi¨®n oficial de Scorsese. Pero est¨¢ trabajando para un p¨²blico fresco, no para la generaci¨®n que creci¨® con Dylan, que seguramente sabe que ¨¦ste ya tocaba rock & roll cinco a?os antes de que se volviera el¨¦ctrico¡±.
Las palabras de Manrique nos llevan a otro territorio: la naturaleza siempre pantanosa del biopic como g¨¦nero, como producto tantas veces condenado a fosilizar todo lo que toca. Las im¨¢genes que se han filtrado de A Complete Unknown parecen recrear momentos y estilismos muy concretos, y muy grabados ya en el imaginario, del propio Dylan. ?Tiene sentido hacer una pel¨ªcula convencional y literal sobre un artista que se ha caracterizado por huir de la convencionalidad y la literalidad? O lo que es lo mismo: ?tiene sentido hacer una pel¨ªcula que mitifique a Dylan, recre¨¢ndole, cuando Dylan es el primero que parece disfrutar desmitific¨¢ndose a s¨ª mismo, tocando versiones irreconocibles de sus ¨¦xitos, a menudo de espaldas al p¨²blico, y siendo, en definitiva, imprevisible?
Cibr¨¢n Tenreiro es profesor de Comunicaci¨®n Audiovisual en la Universidad de Santiago de Compostela, adem¨¢s de m¨²sico en varias bandas como Ataque Escampe y Esposa. Entre las asignaturas que imparte se encuentra Documentaci¨®n Audiovisual, donde m¨¢s de una vez ha pedido a sus alumnos, como ejercicio, que comparen las pel¨ªculas basadas en material audiovisual verificable con las fuentes originales, a fin de extraer conclusiones sobre la puesta en escena de esas adaptaciones. Adem¨¢s, es un fan¨¢tico confeso de Dylan y uno de los m¨¢s exquisitos conocedores de Theme Time Radio Hour, el programa de radio que el m¨²sico emiti¨® por sat¨¦lite, antecediendo al fen¨®meno de los podcast, entre 2006 y 2008, en el que hac¨ªa programas monogr¨¢ficos dedicados a temas como los zapatos o el whisky.
¡°Las fotos del rodaje me dan un poco de repel¨²s. Tienen un parecido con las im¨¢genes reales de la ¨¦poca que es, curiosamente, un parecido feo¡±, rumia Tenreiro. ¡°Sabiendo que la dirige James Mangold, supongo que ser¨¢ parecida a la que ¨¦l mismo hizo de Johnny Cash Walk the line (En la cuerda floja), un biopic perfectamente can¨®nico que est¨¢ bien pero es, al mismo tiempo, un poco acartonado. Y ese tipo de propuesta me parece que no es nada Bob Dylan. Supongo que, despu¨¦s de verla, ser¨¦ el t¨ªpico fan repelente que dice que la peli buena es la que hizo Todd Haynes [I¡¯m not there], o incluso la que escribi¨® y protagoniz¨® Bob Dylan junto al director de Borat, Larry Charles [Masked and Anonymous], una pel¨ªcula muy troll, que es lo que en el fondo es Bob Dylan, creo¡±.
El mundo de la cultura tambi¨¦n est¨¢ agitado por este movimiento de casting. La escritora Mar¨ªa Villamar¨ªn, autora del libro Diario de d¨²as casas y socia trabajadora de la cooperativa Numax, que a¨²na en su local del centro de Santiago de Compostela una librer¨ªa, un laboratorio de gr¨¢fica y un cine independiente, es conocida entre sus compa?eros de trabajo por su encendida defensa de Chalamet como estrella emergente, pero las fotos filtradas de A Complete Unknown han resultado ser el colof¨®n de un lento desenamoramiento. ¡°Dios me libre de ponerme a hablar sobre nuevas masculinidades, simplemente Chalamet me gust¨® mucho en Call Me by Your Name y me parece muy guapo y tiene estilo, por ese motivo he ido a ver pel¨ªculas que me importaban m¨¢s bien poco como Dune o The King. Con el paso del tiempo, mi entusiasmo por Chalamet ha ido a menos, probablemente por influencia de su imagen p¨²blica¡±, confiesa Villamar¨ªn.
Villamar¨ªn no est¨¢ sola en esto. A Chalamet se le aup¨® a los cielos de una masculinidad elegantemente divorciada de su tradici¨®n m¨¢s ruda tan pronto como se le conden¨® al infierno de los renegados cuando las webs sensacionalistas norteamericanas empezaron a indagar en su vida privada. En 2018 surgieron varios testimonios en las redes sociales que aseguraban que en sus tiempos como estudiante en la New York University no era un apocado chico sensible con inquietudes art¨ªsticas que disfrazaba su tormento interior tras una m¨¢scara de encantadora timidez, sino un desatado fucker que, seg¨²n los rumores, hab¨ªa contagiado clamidia a varias compa?eras de campus. La relaci¨®n de Chalamet con Kylie Jenner y su consiguiente ingreso en la resbaladiza corte de los consortes Kardashian no ha hecho m¨¢s que aumentar la brecha con muchos fans.
Quiz¨¢s la elecci¨®n de casting de Chalamet no habr¨ªa alcanzado el estatus de incendio tuitero de no ser porque es, vaya, una de las pocas estrellas nuevas que el cine ha dado en los ¨²ltimos a?os, junto a Zendaya. El estado de la cuesti¨®n es conocido y fue sintetizado por Quentin Tarantino con las siguientes palabras: ¡°Los actores de Marvel no son estrellas de cine. La gente no va a ver Capit¨¢n Am¨¦rica porque salga Chris Evans, van a ver Capit¨¢n Am¨¦rica porque sale el Capit¨¢n Am¨¦rica. Van a ver Thor porque Thor es la estrella¡±. La ¨¦poca en la que solo un nombre arrastraba a millones de personas a las salas no volver¨¢, probablemente, y ahora vivimos bajo las reglas del algoritmo y las f¨¢bricas de contenido de las plataformas, pero la emergencia de Chalamet, int¨¦rprete tan comprometido con autores (Luca Guadagnino, Wes Anderson) como con blockbusters de buen gusto (Dune, Wonka), se insinuaba en forma de posible vaso comunicante de la generaci¨®n Z con el espect¨¢culo de masas contempor¨¢neo.
La cr¨ªtica de cine y televisi¨®n Noah Benalal es una de las voces que m¨¢s rotundamente han se?alado al actor en nuestro periodismo cultural como agente provocador de una nueva cultura del stardom. ¡°Para m¨ª, la gracia de Timoth¨¦e Chalamet y el secreto de su carisma es que s¨®lo da el tipo como Timoth¨¦e Chalamet: es uno de esos actores que, como las estrellas del cine cl¨¢sico, imbuyen todo lo que hacen de una corporalidad muy concreta y una personalidad propia, que no es personalidad exactamente, sino el resultado de la acumulaci¨®n de roles f¨ªlmicos y titulares extraf¨ªlmicos que ha ido acumulando. Todo eso se come, en parte, la individualidad de los personajes que interpreta, que pasan a ser distintas iteraciones de su persona, de algo m¨¢s-grande-que-la-pel¨ªcula, aunque tambi¨¦n convierte las pel¨ªculas en las que figura en acontecimiento¡±, explica Benalal.
Esta sobredosis de carisma hace que, en su opini¨®n, resulte imposible cre¨¦rnoslo cantando Blowin¡¯ in the Wind. ¡°No, no da el tipo como Bob Dylan¡±, reconoce Benalal, ¡°no s¨®lo por falta de actitud (tambi¨¦n me parece un actor con un perfil un poco m¨¢s vulnerable, menos cool de lo que nos vende en la alfombra roja) sino porque est¨¢ demasiado lleno de s¨ª mismo como para vaciarse y canalizar una personalidad tan enorme como la de Dylan. Es una buena cualidad para una estrella, pero subraya ese car¨¢cter de disfraz tan antip¨¢tico que, por otro lado, es inevitable en esta clase de pel¨ªcula. Quiz¨¢s, como Jacob Elordi haciendo de Elvis, luego nos sorprende¡±.
Aunque Noah Benalal refuta con esta reflexi¨®n la idea de que el mejor actor es el m¨¢s camale¨®nico, lo cierto es que Chalamet se ha desmarcado como un h¨¢bil maestro del disfraz, si no en el set, s¨ª en su proyecci¨®n p¨²blica como celebridad. Algo que, parad¨®jicamente, Bob Dylan podr¨ªa encontrar divertido. Al cantante que pas¨® de renovador folk comprometido con los derechos civiles a poeta lis¨¦rgico a mes¨ªas religioso ochentero a anciano elusivo obsesionado con disputar al p¨²blico la propia percepci¨®n que el p¨²blico ten¨ªa de ¨¦l y de su m¨²sica, quiz¨¢s le caiga en gracia el ani?ado y andr¨®gino alfe?ique indie que ha pasado a protagonizar taquillazos ¨¦picos y romances de inter¨¦s para TMZ.
James Mangold ha declarado que el gui¨®n de su pel¨ªcula est¨¢ ¡°anotado personalmente por Dylan¡± y cuenta con su aprobaci¨®n, raro movimiento en un autor poco amigo de esta clase de gestos. El cr¨ªtico de cine Josu Eguren aporta algunas claves que podr¨ªan explicar la repentina fe del m¨²sico en el sistema: ¡°La pel¨ªcula se centrar¨¢ en una etapa de la vida del cantautor que encaja perfectamente en la f¨®rmula del biopic cronol¨®gico m¨¢s interesado en los hitos que en el estudio psicol¨®gico de los personajes. Y, en mi opini¨®n, est¨¢ doblemente legitimada porque cuenta con la bendici¨®n de Dylan, que avala el proyecto, y podr¨ªamos interpretar que la reciente cesi¨®n de todo su cat¨¢logo pasado y futuro a Sony Music Entertainment es un reconocimiento expl¨ªcito de su condici¨®n de commodity cultural¡±.
La supernova cultural de las nuevas masculinidades es un fuego que ha tardado poco en extinguirse o, peor, convertirse en chiste. Dylan, muy c¨®modo en el papel de identidad quebradiza hecha persona, poema o canci¨®n, dijo hace 38 a?os en una rueda de prensa: ¡°?Qui¨¦n es Bob Dylan? Yo s¨®lo soy Bob Dylan cuando tengo que ser Bob Dylan. La mayor parte del tiempo puedo ser simplemente yo mismo¡±. Si de verdad es un troll, tal vez est¨¦ disfrutando con los memes de Chalamet ¨Ce incluso difundiendo alguno desde una cuenta secreta¨C mientras con la otra mano firma un cheque por los derechos de su imagen.
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