¡°Un hombre no debe llevar nunca pantalones cortos¡±: (?o ha llegado el momento de ense?ar las piernas?)
Hay algo subversivo en un hombre adulto en pantal¨®n corto: demasiado sexy, demasiado infantil, demasiado deportivo. Y, sin embargo, Paul Mescal, Jacob Elordi y Pedro Pascal, entre otros, demuestran que estamos en la edad dorada de los ¡®shorts¡¯
La moda es mundo repleto de reglas no escritas, pero alguna s¨ª ha quedado registrada en papel. En su libro ABC of Men¡¯s Fashion, el dise?ador brit¨¢nico Hardy Amies ¡ªel que fuera modista oficial de la reina Isabel II y uno de los m¨¢ximos representantes del estilo sartorial de Savile Row¡ª, dict¨® sentencia: ¡°Un hombre no debe llevar nunca pantalones cortos, excepto cuando est¨¦ en la playa o durante una...
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La moda es mundo repleto de reglas no escritas, pero alguna s¨ª ha quedado registrada en papel. En su libro ABC of Men¡¯s Fashion, el dise?ador brit¨¢nico Hardy Amies ¡ªel que fuera modista oficial de la reina Isabel II y uno de los m¨¢ximos representantes del estilo sartorial de Savile Row¡ª, dict¨® sentencia: ¡°Un hombre no debe llevar nunca pantalones cortos, excepto cuando est¨¦ en la playa o durante una caminata¡±. As¨ª, se pon¨ªa negro sobre blanco una creencia que surgi¨® mucho antes y que todav¨ªa perdura: los pantalones cortos no son admisibles en el estilo masculino m¨¢s all¨¢ de algunas contadas y sudorosas ocasiones. ¡°El deseo natural de relajaci¨®n es, a menudo, el origen del abandono de los est¨¢ndares de estilo¡±, escribi¨® Amies en el mismo libro. Dicho de otro modo, llevarlos fuera de algunos momentos muy determinados equivale a ser considerado una persona dejada y carente del menor sentido de la elegancia.
Pero la moda, por otro lado, es tambi¨¦n un mundo donde ninguna regla est¨¢ libre de ser hecha pedazos. En los ¨²ltimos tiempos hemos visto c¨®mo algunos hombres se han atrevido a mostrar sus piernas en situaciones que habr¨ªan provocado una mirada de desaprobaci¨®n de Amies o de Tom Ford, que en 2011 manifest¨® en una entrevista que los pantalones cortos solo eran admisibles ¡°en la pista de tenis o en la playa¡±. Lo hizo Pedro Pascal en la Met Gala del a?o pasado, vestido de rojo Valentino, o Jacob Elordi en la semana de la moda de Mil¨¢n de este a?o, en negro y combinado con chaqueta de cuero, tambi¨¦n obra de Pierpaolo Piccioli. Pharrell Williams, que ya los hab¨ªa utilizado en versi¨®n sastrer¨ªa, los ha incluido en distintas formas y largos en su colecci¨®n m¨¢s reciente para Louis Vuitton, y un icono de la moda urbana como A$AP Rocky es experto en combinarlo con blazer y zapatos con calcetines altos. Por no hablar de la elevaci¨®n del short deportivo y la reivindicaci¨®n de la pierna masculina que logra Paul Mescal cada vez que sale a la calle. La pregunta, por tanto, es pertinente: ?se ha levantado por fin el veto al pantal¨®n corto?
Para entender por qu¨¦ los pantalones cortos se asocian con el mal gusto hay que adentrarse en una mezcla de puritanismo, choque de clases y casualidad. Hasta la Revoluci¨®n francesa, la prenda masculina de las clases altas era el calz¨®n, que se completaba con medias, mientras que el uso de pantalones largos estaba limitado a las clases bajas, lo que dio origen al t¨¦rmino sans-culotte. A partir de entonces, con el ascenso de la burgues¨ªa, se instala el pantal¨®n hasta el tobillo como prenda por defecto salvo contados supuestos. Los militares brit¨¢nicos de las colonias adoptaron la bermuda de algod¨®n beis como parte de su uniforme para resistir las altas temperaturas y la humedad. El otro ¨¢mbito en el que el pantal¨®n corto era aceptado era otro uniforme, esta vez el escolar. De nuevo, la influencia brit¨¢nica fue crucial para identificar esta prenda como un reducto infantil, a trav¨¦s de los colegios privados que lo adoptaron como parte de su indumentaria. Llevar las rodillas al aire, sin importar la ¨¦poca del a?o, estaba reservado a los ni?os, exentos de las reglas adultas del decoro, convirtiendo el momento de a?adir tela a las piernas en un rito de iniciaci¨®n a la madurez. A diferencia del calz¨®n, la asociaci¨®n de short e infancia pervive hasta hoy. Tiene sentido, por tanto, su capacidad contestataria: el uniforme de muchas bandas de rock, heredado de deportes t¨ªpicamente adolescentes como el skate, pasa por pantalones ca¨ªdos y cortados. Y los grupos heavies de los ochenta ten¨ªan en com¨²n con la comunidad gay el uso de los shorts m¨¢s cortos y apretados del mercado.
Carlota Barrera, una de las pocas mujeres dise?adoras de moda masculina en Espa?a, va un poco m¨¢s lejos en su an¨¢lisis: ¡°Por un lado, el pantal¨®n corto nos devuelve un poco al uniforme de colegio, pero creo que a eso tambi¨¦n se une esa parte de la masculinidad tradicional de no mostrar piel, algo que se relaciona m¨¢s con las mujeres¡±. Barrera dise?a shorts en distintas versiones, desde dise?os ¡°muy cortos, muy instalados en los a?os setenta y m¨¢s asociados al mundo femenino, a otros en lana a la altura de la rodilla para hacer un juego de sastrer¨ªa¡±. Otro dise?ador que ha reivindicado el uso del pantal¨®n corto en sus colecciones es Archie Alled-Mart¨ªnez. ¡°Yo empec¨¦ a usar la versi¨®n m¨¢s deportiva como un icono de la comunidad queer, y me gustaba que fuera una afirmaci¨®n, es decir, que fuese lo corto que tiene que ser. Mi confeccionista, de hecho, los llama braguitas¡±, r¨ªe. Su perspectiva sobre los pantalones cortos y su uso est¨¢ libre de prejuicios: ¡°Creo que hay que celebrar la diversidad, no solamente de cuerpos, sino tambi¨¦n a la hora de no hablar tanto de las decisiones de los dem¨¢s¡±.
La moda rompe los estereotipos y las estrellas del cine y la m¨²sica se atreven a llevar el pantal¨®n corto a contextos tradicionalmente vetados, ?pero qu¨¦ sucede en el mundo real? Llevar las rodillas al aire en el trabajo o en un evento social todav¨ªa puede provocar, respectivamente, una llamada de recursos humanos o ser objeto de burlas. Ese t¨®pico, sin embargo, est¨¢ cambiando poco a poco. ¡°Yo creo que s¨ª est¨¢ cambiando, porque la gente que provoca los cambios en todos los ¨¢mbitos son las personas creativas¡±, apunta Carlota Barrera. Alled-Mart¨ªnez se atreve a so?ar: ¡°Como ahora baja el uso del coche y sube el de la bici, a lo mejor la gente empieza a ir en shortcitos al trabajo¡±. De momento, ¨¦l nos aconseja una manera menos arriesgada de vestirlo: ¡°Yo coger¨ªa el t¨ªpico pantal¨®n formal que te haga buen culo y le pegar¨ªa un tijeretazo, pero literal. Adem¨¢s, que se vea deshilachado. As¨ª te lo haces al largo que te guste, y punto¡±. Barrera apuesta por jugar mezcl¨¢ndolo con elementos m¨¢s formales. ¡°Creo que es divertido combinarlo con algo muy arreglado y elevado, que parezca que no tiene cabida en ese contexto. Con una chaqueta sastrera, una camisa arreglada, o quiz¨¢ incluso una camisa de esmoquin. Eso y unos zapatos elegantes. Llevar el resto del look a algo muy arreglado hace que esa prenda, tradicionalmente m¨¢s informal, se eleve y funcione¡±.
El cielo es el l¨ªmite. Pero si aun as¨ª no puede o no se atreve, no se preocupe: siempre nos quedar¨¢n las vacaciones.
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