Ni escenas de sexo, ni redes sociales, ni fiestas de Hollywood: c¨®mo Denzel Washington consigui¨® ser el actor m¨¢s respetado de la industria
El actor est¨¢ a punto de alcanzar los 70 haciendo lo que m¨¢s le gusta, alternar proyectos de acci¨®n con pel¨ªculas sesudas, y sin hacer nada de lo que no le gusta: comportarse como una estrella
Tras el penoso incidente de Will Smith en los Oscars de 2022, Denzel Washington (Nueva York, 69 a?os) fue su primer apoyo. ¡°En tus mayores victorias, ten cuidado, ah¨ª es cuando el diablo viene por ti¡±, le dijo entre bambalinas. Smith lo cont¨® ese mismo d¨ªa porque sab¨ªa que si Washington perdonaba su actitud, Hollywood le perdonar¨ªa tambi¨¦n. El protagonista de Malcom X es un referente moral en la industria y no s¨®lo para los actores negros, porque ¨¦l no siente que la raza sea el eje de su carrera: ¡°Estoy muy orgulloso de ser negro, pero negro no es todo lo que soy¡±. A pesar de que en sus inicios fue inevitablemente comparado con Sidney Poitier, es consciente de que ya ha superado a su ¨ªdolo. ¡°?l es nuestro Brando, es Nicholson, es Olivier¡±, afirm¨® entusiasmado Tom Hanks. Su larga lista de premios que incluye dos Oscar, un Tony, dos Globos de Oro, el premio Cecil B. DeMille, el AFI Life Achievement Award y dos nominaciones a los Emmy, deja claro que las palabras de Hanks no son una exageraci¨®n.
La aplastante seguridad con la que maneja su carrera queda clara al ver sus dos ¨²ltimos trabajos: La tragedia de Macbeth y la tercera parte de The Equalizer, la adrenal¨ªnica saga de Antoine Fuqua reci¨¦n llegada en Espa?a a Movistar+. Washington puede combinar a Shakespeare y al justiciero Robert McCall, uno de los h¨¦roes favoritos de lo que se ha llamado ¡°cine de padres¡± y su carrera no se resiente: ha logrado un a priori dificil¨ªsimo equilibrio entre los actores de Oscar y las estrellas de acci¨®n, quiz¨¢s porque en su capacidad para entregarse al cine m¨¢s desprejuiciado hay m¨¢s de explorar nuevos territorios interpretativos que de engordar su bolsillo.
Si su af¨¢n fuera el mero lucro le habr¨ªamos visto en las abundantes sagas de superh¨¦roes y las secuelas y precuelas de ¨¦xitos del pasado, el g¨¦nero favorito de Hollywood, pero ¨¦l tiene claro que no quiere ser parte de un reparto de caras conocidas a mayor gloria de la taquilla. ?l quiere ser la estrella absoluta. ¡°Mi carrera se basa en decir no¡±. Ojo, no dice ¡°no¡± a todo: formar¨¢ parte de la esperada segunda parte de Gladiator en la que, seg¨²n ha filtrado su director Ridley Scott, interpretar¨¢ a un antiguo esclavo convertido en un hombre muy poderoso.
El que seg¨²n The New York Times es el mejor actor del siglo XXI pudo haber tenido una vida muy distinta sin la intervenci¨®n de su madre. Washington creci¨® en Mount Vernon, un suburbio de Nueva York. Su padres, un predicador y una peluquera, se divorciaron cuando ten¨ªa 14 a?os y el adolescente Denzel se qued¨® al cargo de su madre. Cuando ella detect¨® que su hijo frecuentaba m¨¢s las malas compa?¨ªas que las aulas lo envi¨® a una estricta academia militar. Un gesto que considera determinante en su carrera. ¡±Dos de esos amigos cumplieron condena en la c¨¢rcel y el otro perdi¨® los dientes. Eso fue hace ya unos cuantos a?os. Le consegu¨ª unos buenos dientes, pero no lo he visto mucho ¨²ltimamente¡±, cont¨® a The Times.
Hoy en d¨ªa, Washington, el exchico malo, tiene una escuela primaria en Nueva York que lleva su nombre y ha ayudado a impulsar la carrera de otros que estuvieron en su situaci¨®n, como el llorado protagonista de Black Panther, Chadwick Boseman. En los noventa un grupo de j¨®venes negros entre los que se encontraba la futura estrella de Marvel intentaba entrar un prestigioso programa de verano de Oxford y la actriz de El show de Bill Cosby, Phylicia Rashad, ¡°hizo presi¨®n¡± por ellos. ¡°B¨¢sicamente, consigui¨® que algunos amigos famosos pagaran para que pudi¨¦semos ir¡±, revel¨® Boseman a Rolling Stone. Entre esos actores estaba Denzel Washington, que no lo supo hasta que Boseman ya era una estrella.
La academia militar trajo consigo campamentos de verano en los que se impart¨ªan clases de interpretaci¨®n y finalmente el teatro, una pasi¨®n que a¨²n mantiene. Pero no fue un camino sencillo. En el Conservatorio Americano conoci¨® al actor Delroy Lindo (The Good Fight) ¡°No ten¨ªamos mucho dinero. Ten¨ªamos pan, unos litros de leche, mantequilla de cacahuete y un tarro de miel, y de eso viv¨ªamos una semana¡±, relataba tambi¨¦n en The Times. Y entonces lleg¨® la televisi¨®n.
Gracias a St Elsewhere (1982-1988), la primera serie de los futuros responsables de Doctor en Alaska, se convirti¨® en el m¨¦dico m¨¢s deseado de la televisi¨®n. Es la ¨²nica serie de una carrera que no tard¨® en ser mete¨®rica. En Grita libertad,(1987), un producto a medida de Kevin Kline, fue ¨¦l quien se llev¨® una nominaci¨®n al Oscar por interpretar al activista antiapartheid Steve Biko. Consigui¨® la estatuilla a la segunda, gracias al joven soldado de Tiempos de gloria (1989), y todo el mundo dio por sentado que su interpretaci¨®n de Malcom X en la pel¨ªcula de Spike Lee (1992) le otorgar¨ªa la estatuilla en la categor¨ªa principal, pero se cruz¨® Pacino con la endeble (por no decir risible) Esencia de mujer y Hollywood consider¨® que deb¨ªa saldar una deuda hist¨®rica.
Para muchos es uno de los grandes robos de la historia del Oscar. No para ¨¦l, que reconoce haber votado a Al Pacino. Tampoco vio en ello el racismo que siempre se le ha achacado a la Academ¨ªa. ¡°Para ¨¦l era su s¨¦ptima candidatura, yo ya hab¨ªa ganado uno. Entonces, ?Al Pacino no hab¨ªa ganado nada porque era italo-americano? Si a m¨ª me hubieran nominado siete veces y no me hubieran dado ning¨²n Oscar, alguien habr¨ªa dicho que era por ser negro. Hay prejuicios y racismo en Hollywood, pero como en todo tipo de trabajos. Hay que tener mucho cuidado con todo eso y no utilizar nunca el racismo como excusa¡±, declar¨® a EL PA?S cuando present¨® en Madrid Asalto al tren Pelham 123.(2009). No lo encaj¨® tan bien cuando a?os despu¨¦s la estatuilla para la que era favorito por Fences acab¨® en manos de Casey Affleck.
Washington nunca ha consentido que la raza determine los papeles que interpreta. La columna vertebral de su carrera no estaba pensada para ¡°hombres negros¡±. Julia Roberts breg¨® para que se convirtiese en su partenaire en El informe pel¨ªcano (1993), el thriller pol¨ªtico de Alan J. Pakula. Seg¨²n los rumores, en contra de la voluntad de John Grisham, autor de la novela. Cuando finalmente Washington se hizo con el papel, suprimi¨® motu proprio las secuencias sensuales que hab¨ªa entre su personaje y el de Roberts. ¡°Por supuesto que quer¨ªa besar a Denzel. Fue idea suya eliminar las malditas escenas¡±, asegur¨® la actriz.
El actor no quer¨ªa ofender al que consideraba su p¨²blico objetivo. ¡°Las mujeres negras no suelen ser vistas como objetos de deseo en las pel¨ªculas y siempre han sido mi audiencia principal¡±, declar¨® a Newsweek. Desde entonces ha sido poco frecuente verle involucrado en pantalla en relaciones interraciales y tampoco se destaca por rodar escenas subidas de tono. Tan s¨®lo en El vuelo, donde interpretaba a un piloto con problemas de adicciones, pudimos ver algo de su anatom¨ªa. Forma parte de una lista, bastante corta, de actores que limitan el contacto ¨ªntimo a sus parejas reales. Washington conoci¨® a su mujer Pauletta antes de ser famoso y se cas¨® con ella en 1983. Tienen cuatro hijos, todos vinculados a la interpretaci¨®n. El m¨¢s famoso de ellos es John David Washington, protagonista de Tenet de Christopher Nolan (que Washington ha confesado no haber entendido). Son una familia unida y alejada de los titulares y una de las pocas parejas longevas que se mantienen en Hollywood.
Tampoco estaba escrito que fuese un hombre negro quien interpretase al abogado de Tom Hanks en Philadelphia (1993). Los productores buscaban un c¨®mico popular, un Robin Williams o un Bill Murray que resultase familiar y ¡°agradable¡± a los espectadores. Pero durante un vuelo coincidi¨® con el coproductor de Jonathan Demme, Edward Saxon, que por entonces estaba trabajando en el guion. El actor le pidi¨® que le dejase echar un vistazo a lo que estaba leyendo y supo que deb¨ªa ser Joe Miller, el abogado que pasa de hom¨®fobo a ¨ªntimo amigo del personaje protagonista.
Demme no estaba convencido: incluir a Washington como protagonista implicaba que una pel¨ªcula destinada al gran p¨²blico estar¨ªa protagonizada por un homosexual y un miembro de una minor¨ªa racial (o dos, que tambi¨¦n estaba all¨ª Antonio Banderas), pero eso supon¨ªa decir no a una de las grandes estrellas de Hollywood. Se escud¨® en que el personaje de Miller ten¨ªa que ser divertido. ¡°Dije: ¡®Hay un gran problema... est¨¢ destinado a un actor con un don para la comedia¡±, recordar¨ªa el ya fallecido Demme. Y Washington respondi¨®: ¡°Puedo ser gracioso¡±. No hubo nada m¨¢s que decir.
¡°Elegir a Washington como protagonista garantiz¨® a la pel¨ªcula la audiencia negra que de otro modo no habr¨ªa tenido mucho inter¨¦s en los problemas de un homosexual blanco rico con sida¡±, sentenci¨® Sight & Sound. Ya estaba oficialmente en la lista A y ¨¦xitos como Marea roja (1995), El coleccionista de huesos (1999, uno de esos thrillers nacidos a la sombra de Seven en el que compart¨ªa pantalla, pero ni un beso casto, con Angelina Jolie) y Hurac¨¢n Carter (1999), que le proporcion¨® una nueva nominaci¨®n al Oscar, corroboraron su estatus.
Y entonces lleg¨® D¨ªa de entrenamiento (2001). Su primera colaboraci¨®n con Fuqua le permiti¨® distanciarse definitivamente de su ¨ªdolo Poitier, porque el protagonista de Los lirios del valle nunca pudo permitirse interpretar a personajes amorales porque entonces ¡°los negros ni siquiera eran considerados del todo humanos¡±. Deb¨ªa ser un representante inmaculado del hombre negro, sin tacha. Afortunadamente, los tiempos cambiaron y Washington pudo interpretar al detective corrupto Alonzo Harris, uno de los grandes personajes de su carrera y el que, parad¨®jicamente, le permiti¨® igualar a Poitier como el segundo actor negro en conseguir el Oscar en la categor¨ªa principal.
Seg¨²n ha revelado, improvis¨® la mayor parte del papel. Para su coprotagonista, Ethan Hawke, aquel rodaje fue la mejor escuela de interpretaci¨®n. ¡°Era como tocar con Miles Davis o jugar al b¨¦isbol con Babe Ruth¡±, declar¨®. ¡°Denzel cambi¨® mi vida. ?Tener 30 a?os y empezar a trabajar con uno de los grandes de todos los tiempos? Nunca he visto a nadie ser mejor narrador. ?l sabe lo que piensa la audiencia. ?l sabe sorprender¡±.
La d¨¦cada de los 2000 fue cuando se convirti¨® en un h¨¦roe de acci¨®n, bien de la mano de Fuqua o de Tony Scott, a quien todav¨ªa llora. Con ¨¦l rod¨® thrillers tan fascinantes como El fuego de la venganza (2004) o Imparable (2010). Tambi¨¦n tuvo tiempo para trabajar de nuevo junto a Jonathan Demme en la infravalorada versi¨®n de El mensajero del miedo (2004), donde comparti¨® pantalla con Meryl Streep.
Streep se sinti¨® fascinada por la versatilidad y entrega del actor, algo com¨²n a todos sus compa?eros de rodaje. Sin embargo, todos recalcan que su relaci¨®n se circunscribe al trabajo. ¡±No intent¨¦ ser su amigo, ni asistir a un partido de los Lakers ni ir a fiestas de cumplea?os¡±, afirma Hawke. Washington valora much¨ªsimo la privacidad y no participa del juego de Hollywood ni expone su vida en las redes sociales. ¡°Si te ven gratis toda la semana, no pagar¨¢n por verte el fin de semana¡±, afirma. ¡°No tuiteo. No tengo Instagram¡±.
A punto de cumplir los 70, afirma encontrarse en su oto?o interpretativo y quiere dedicarlo a trabajar con los mejores. Cuando Paul Thomas Anderson declar¨® que era uno de sus actores favoritos, le llam¨®. ¡°Fui a su casa¡± confes¨® a The Times, ¡°quiero estar con los mejores cineastas, porque no voy a hacer muchas m¨¢s pel¨ªculas, lo s¨¦. Por eso quiero trabajar con los mejores¡±. Ya ha trabajado con Joel Coen y tambi¨¦n ha contactado con Alfonso Cuar¨®n y Steve McQueen. ¡°Quiero trabajar con los grandes¡±. Puede que sienta que su carrera est¨¢ llegando a su final, pero eso no implica que est¨¦ en decadencia.
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