Jo?l Dicker, el nuevo rey de la novela negra: ¡°Gran parte de los cr¨ªmenes son cometidos por psic¨®patas, pero podr¨ªamos ser cualquiera¡±
El escritor superventas vuelve al ¡®thriller¡¯ con ¡®Un animal salvaje¡¯, con la que sigue intentando desnudar las mentiras, conflictos y tragedias que se ocultan tras los ordenados chalets de los mejores barrios
¡°Detr¨¢s de toda gran fortuna hay un crimen escondido¡±, escribi¨® Mario Puzo, citando a Balzac, en el pr¨®logo de El padrino, su cl¨¢sico de 1969. Jo?l Dicker (Ginebra, 38 a?os) sugiere una variaci¨®n: la construcci¨®n de una familia feliz se cimenta en oscuros secretos. Eso es lo que piensa este autor de media docena de thrillers, traducidos a 32 idiomas, que ha creado una comunidad de millones de lectores. Su nueva novela, Un animal salvaje (Alfaguara) fue el libro de ficci¨®n m¨¢s vendido en la pasada edici¨®n de Saint Jordi, seg¨²n los datos de la C¨¢mara del Libro de Catalu?a. Adem¨¢s, encabeza los rankings de obras m¨¢s vendidas de varios suplementos culturales nacionales desde que se public¨® en abril. El idilio con Espa?a no es nuevo: Dicker siempre recuerda que este fue uno de los primeros pa¨ªses en traducir su primer ¨¦xito, La verdad sobre el caso Harry Quebert, que en 2013 fue elegido mejor libro del a?o por los lectores de EL PA?S.
Sus historias desenmascaran la vida de lujo de arist¨®cratas, pol¨ªticos, ejecutivos o el sosiego aparente de id¨ªlicos pueblos. Los suyos son personajes moralmente ambiguos que viven en una burbuja que explota cuando un crimen los sacude directa o indirectamente. En su nueva novela, tras un atraco a una joyer¨ªa en Ginebra en el que se ven involucradas una pareja de clase media y otra de clase alta, uno de los personajes explica sus motivaciones: ¡°Son esos atracos los que me hacen ser como soy. La persona que tanto te gusta, la que atrae todas las miradas, existe porque he cometido atracos. Los atracos son parte de m¨ª. Una parte secreta, que se oculta tan hondo como sea posible y de la que no puedo hablar con nadie¡±.
¡°Gran parte de los cr¨ªmenes son cometidos por psic¨®patas, pero podr¨ªa ser cualquiera¡±, profundiza Dicker. ¡°?Qu¨¦ nos detiene m¨¢s all¨¢ de nuestras convicciones morales? Si alguien mata a una persona para robarle el reloj, pero se da cuenta de que esa v¨ªctima se lo hab¨ªa robado a alguien, el crimen cobra otra dimensi¨®n¡±. Desde que se public¨® Un animal salvaje a finales de febrero en franc¨¦s, el autor ha estado inmerso en una fren¨¦tica gira internacional: Francia, Suiza, B¨¦lgica, Italia y ahora Espa?a. ¡°Soy muy consciente de hasta qu¨¦ punto el ¨¦xito es algo valioso y lo respeto y cuido, precisamente, haciendo promoci¨®n y viajando a ver a los periodistas. S¨¦ que todo eso me ofrece la libertad de poder escribir¡±, dice el autor.
Es parad¨®jico que esa persona amable, alta y sonriente sea cronista de la condici¨®n m¨¢s instintiva y animal del ser humano. Esos secretos oscuros que salen a la luz como insectos al levantar una piedra son la base de su narrativa. ¡°Nuestros secretos a menudo comienzan como algo peque?o. Muchas veces nos reconcomen cosas que no decimos, que nos guardamos, que sientes que deber¨ªan salir pero no lo hacen. Eso nos va retorciendo por dentro y se vuelve un secreto. Actuamos frente a nuestros amigos, en el trabajo decimos que est¨¢ todo bien, pero en nuestra vida todo es ca¨®tico¡±.
Dicker es quir¨²rgico a la hora de descifrar el lado oscuro de la naturaleza humana, pero esquivo cuando se le pregunta sobre su vida privada y c¨®mo se proyecta en sus historias. ¡°No hay una parte espec¨ªfica de m¨ª en el libro, sino muchas que est¨¢n esparcidas a lo largo de la historia. Hay algo en cada personaje en el sentido de que soy su creador¡±, responde escuetamente. Cuando estall¨® el ¨¦xito de La verdad sobre el caso Harry Quebert, lectores y periodistas insist¨ªan en comparar al autor con su protagonista, Marcus Goldman, ambos j¨®venes escritores que atravesaban una crisis creativa que no les permit¨ªa publicar. No le gust¨® la comparativa: ¡°No es correcto. Goldman viv¨ªa en Nueva York y yo en Ginebra¡±.
Se cobr¨® una especie de venganza con su quinto libro, El enigma de la habitaci¨®n 622 (2020), el primero cuya historia transcurre en Suiza, llamando al protagonista Jo?l Dicker. ¡°Lo hice para ver c¨®mo reaccionaban los aficionados, y nunca me lo cuestionaron. Creo que siguen m¨¢s preocupados en saber si soy o no Marcus Goldman¡±. De manera directa o indirecta, ha establecido una relaci¨®n con Goldman, que le ha acompa?ado en su ascenso y es la estrella de la trilog¨ªa que se completa con El libro de los Baltimore (2015) y El caso Alaska Sanders (2022). ¡°Fue triste dejarlo porque la primera vez que lo escrib¨ª ten¨ªa 25 y la ¨²ltima 35. No s¨¦ si escribir¨¦ un libro m¨¢s sobre ¨¦l¡±, afirma.
Animal Salvaje es una f¨¢bula sobre las falsas apariencias en la que Dicker introduce una figura in¨¦dita en su narrativa: la femme fatale, al estilo de los cl¨¢sicos noir cinematogr¨¢ficos. Una manipuladora que aprovecha el impacto que causa en los hombres para alcanzar sus objetivos y recuerda a Rita Hayworth en La dama de Shangh¨¢i (1947) o a Ava Gardner en Forajidos (1946). Un personaje de car¨¢cter poli¨¦drico que desquicia a quienes se acercan a ella, exitosa profesional de 40 a?os en la plenitud de su vida. ¡°Era muy importante que Sophie fuera fuerte. El libro empieza y termina con ella. Trabaj¨¦ durante mucho tiempo para que fuera el epicentro de la historia y de las relaciones entre los otros personajes. Piensan que ella es mejor en todo lo que hace¡±, explica.
Este tipo de personaje le emparenta a¨²n m¨¢s con la escena literaria del policial n¨®rdico ¡ªespecialmente Stieg Larsson¡ª, de la que Dicker huye y a la que dice no pertenecer, por mucho que se insista en asociarle a ella. ¡°Lo niego para no decepcionar a sus fan¨¢ticos y que sepan qu¨¦ no encontrar¨¢n en mis libros. En esas historias hay un polic¨ªa divorciado, un tipo duro con una investigaci¨®n compleja, y en mis novelas eso apenas aparece¡±. Nunca han estado claras las fronteras entre una novela negra y el mero thriller, y algunos especialistas prefieren relacionarla con una atm¨®sfera m¨¢s que con una forma de narrar. ¡°El crimen en mis libros es un pretexto para contar historias de vida y de los personajes. Puedes quitar el asesinato en Harry Quebert y todas las historias se mantienen. En Un animal salvaje, sin el atraco todas las historias se sostienen. Habr¨ªa menos suspense, s¨ª, pero la verdadera historia es de los personajes¡±.
Despu¨¦s de ambientar sus novelas en diferentes ciudades de Estados Unidos, en Un animal salvaje el escritor se adentra en su Ginebra natal. ¡°Me gusta escribir sobre lugares que domino. Es importante transmitir una atm¨®sfera cre¨ªble, y no lo lograr¨ªa mirando las localizaciones en Google Maps. Escrib¨ª historias en EE UU porque es un pa¨ªs que siempre visito y conozco bien¡±. Conocer bien es un concepto relativo y Dicker no rechaza la posibilidad de ambientar una historia en Madrid, capital donde ha estado unas cinco veces. ¡°Creo que he logrado captar a la ciudad, y a los madrile?os. No te puedo hablar de los lugares que obligatoriamente hay que visitar, pero s¨ª de la atmosfera¡±.
Dicker escribe sobre la marcha, empieza un texto sin saber por d¨®nde ir¨¢ ni c¨®mo terminar¨¢. Cree que esa incertidumbre, el no saber qu¨¦ suceder¨¢ despu¨¦s, es el motivo por el que los lectores se enganchan a sus obras. ¡°Me ayuda mucho trabajar sin un plan, no tengo ninguna idea de lo que voy a escribir. Tiro del hilo de lo que voy a contar, pero no tengo un esquema de todo lo que pasar¨¢ en el libro¡±. Escribir sin planificaci¨®n es lo que explica los recurrentes saltos temporales y los flashbacks, una constante en su narrativa de la que no escapa Un animal salvaje. ¡°En la vida, explicamos nuestro presente a partir del pasado. En mis libros funciona exactamente de la misma forma¡±. Compara su forma de escribir con correr. ¡°Al principio, empiezas lento, a los 10 minutos piensas en parar, pero cuando tu cuerpo ya est¨¢ caliente, a los 45 minutos de carrera, sientes la adrenalina. En ese ¨²ltimo tercio solo se siente placer y no puedes parar¡±.
Escribe todos los d¨ªas, incluso cuando est¨¢ de gira promocional o de vacaciones. Pueden ser 15 minutos o 10 horas diarias. No puede imaginar su vida sin hacerlo, aunque hasta hace poco m¨¢s de diez a?os las editoriales le rechazaran un manuscrito tras otro. Su historia es digna de cualquier orador motivacional: de la noche a la ma?ana, pas¨® de ser ninguneado a convertirse en un fen¨®meno. Pero ¨¦l nunca decay¨®. ¡°Jam¨¢s me dieron una explicaci¨®n de por qu¨¦ mis manuscritos fueron rechazados, simplemente me contestaban escuetamente diciendo que no iban a poder publicar mis libros. Me provocaba tristeza, claro, pero nunca pens¨¦ en dejarlo. Cada vez que era rechazado pensaba en intentarlo de nuevo¡±.
Lo que vino despu¨¦s fue La verdad sobre el caso Harry Quebert, seis millones de ejemplares vendidos y cuatro premios importantes de literatura, entre ellos el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa. Como sucede con casi cualquier autor de ¨¦xito, su literatura ha sido tildada de vac¨ªa por parte de la cr¨ªtica, y comparada con la de otro superventas: Dan Brown. En 2013, los primeros puestos de las listas mundiales se los peleaban Inferno, del estadounidense, y La verdad sobre el caso Harry Quebert. ¡°Esa similitud la divulgaron las editoriales y las librer¨ªas cuando dijeron que no hab¨ªan visto otro fen¨®meno de ventas desde Dan Brown, pero no s¨¦ hasta qu¨¦ punto es v¨¢lida la comparaci¨®n. No trabajamos en el mismo g¨¦nero¡±. Le interesan m¨¢s los lectores que crea alrededor de su obra. ¡°No estoy aqu¨ª para hacer una demostraci¨®n de mi capacidad o cambiar de g¨¦nero. Siempre nos est¨¢n comparando con los dem¨¢s y a m¨ª lo que me interesa es la comparaci¨®n conmigo mismo¡±.
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