Dave Eggers, el escritor de ¨¦xito que no quiere vender en Amazon: ¡°Espa?a es la sociedad m¨¢s evolucionada del mundo¡±
El autor estadounidense libra una guerra contra las nuevas tecnolog¨ªas a trav¨¦s de sus libros y su estilo de vida: escribe desde un bote, no tiene ¡®smartphone¡¯ e intenta no vender en la plataforma digital
Dave Eggers (Boston, 52 a?os) escribe en una barca. ¡°Es un bote no m¨¢s grande que esta mesa¡±, explica en un hotel de Madrid. ¡°Est¨¢ atracado en un muelle de la bah¨ªa de San Francisco. Voy all¨ª, me siento con mi ordenador, que tiene 20 a?os y nunca ha estado conectado a internet, y escribo¡±, explica. Lo hace desde que tuvo que poner internet en casa por la pandemia. ¡°Tengo dos hijos y ten¨ªan que dar clases y hacer deberes online. No te imaginas lo que cambia una casa una vez que lo haces¡±.
Ha llegado con su hija de 16 a?os. Ella se va a quedar en la ciudad para un campamento de espa?ol. ?l viene a promocionar su nuevo libro, El Todo (Random House), segunda parte de El C¨ªrculo (2013). La primera novela contaba la aterradora historia de una idealista trabajadora de El C¨ªrculo, una empresa imaginaria combinaci¨®n de Facebook, Google y Apple. El Todo es el nombre de El C¨ªrculo tras absorber Amazon y es la empresa m¨¢s grande y m¨¢s poderosa del mundo. Tambi¨¦n la m¨¢s siniestra y la m¨¢s controladora. En el libro, una veintea?era se infiltra en ella para tratar de destruirla desde dentro.
Decir que Eggers odia internet ser¨ªa falso. Por poner un ejemplo: su editorial, McSweeney¡¯s, tiene web. Lo que odia es lo que llama ¡°la perversidad de la red¡±. El hecho de que pasemos 24 horas al d¨ªa conectados o que las grandes corporaciones conozcan cada uno de nuestros pasos. ¡°En Estados Unidos intentamos no vender El Todo en Amazon y es muy dif¨ªcil, porque est¨¢n en todas partes. Son como un pulpo: la impresi¨®n, la distribuci¨®n, los metadatos... todo est¨¢ controlado por Amazon. As¨ª que para evitarlos tienes que ser como un rat¨®n en un laberinto. Y es realmente complicado. Al final conseguimos venderlo a trav¨¦s de mil peque?as librer¨ªas en EE UU. Pero con eso, como mucho, consigues la mitad del dinero del que logras vendiendo tu alma¡±.
De ese tipo de elecciones, de los sacrificios diarios que habr¨ªa que hacer para evitar ser controlados, es de lo que realmente trata El Todo. ¡°Creo que ser¨ªa posible que Amazon se fusionara con Facebook y Apple y que la gente ser¨ªa feliz. Es tan f¨¢cil renunciar a una peque?a parte de tu libertad. Renunciar al control a cambio de comodidad... Y lo que me pregunto es: ?le importar¨ªa a alguien? ?Alguien luchar¨ªa? ?Se resistir¨ªa alguien a la convergencia?¡±.
?l se considera parte de esa resistencia activa: no tiene smartphone, por ejemplo. ¡°No es democr¨¢tico, no es igualitario y no es moral necesitar un aparato de 2.000 d¨®lares para participar en la vida p¨²blica. Y en Estados Unidos es muy dif¨ªcil vivir de forma anal¨®gica. Soy un dinosaurio. Para ir, no s¨¦, a un partido de b¨¦isbol, quieren que tengas la entrada en el m¨®vil. Y si lo quieren, lo consiguen. Si vas con la de papel no saben qu¨¦ hacer. Al menos una vez a la semana sufro alg¨²n momento dif¨ªcil por no tener smartphone¡±, explica. Su sue?o ser¨ªa una refundaci¨®n de internet. ¡°Hacerlo m¨¢s ¨¦tico. S¨¦ que mis libros no son optimistas, pero eso es porque quiero asustar a la gente para que act¨²e. En mi vida personal, soy optimista. Creo que hay una oportunidad. Solo hace falta que la gente la elija¡±.
Cuando Eggers comenz¨® a publicar, en el a?o 2000, se lo incluy¨® en la nueva generaci¨®n de la literatura posmoderna anglosajona. Esa escuela que no se sab¨ªa si era revolucionaria o simplemente juguetona y epatante, liderada por David Foster Wallace, y en la que cab¨ªa pr¨¢cticamente todo, de Chuck Palahniuk a Zadie Smith, pasando por Jennifer Egan, Michael Chabon o Jonathan Lethem. Arranc¨® con el que todav¨ªa es el m¨¢s alabado de sus libros, Una historia conmovedora, asombrosa y genial (2001), un relato autobiogr¨¢fico en el que cuenta c¨®mo, tras la muerte de sus padres, tiene que hacerse cargo de su hermano peque?o, y que fue finalista del Pulitzer y mejor libro del a?o para The New York Times, The Washington Post o la revista Time.
Luego llegar¨ªan Ahora sabr¨¦is lo que es correr (2002), su primera novela de ficci¨®n, de la que edit¨® tres versiones distintas con diferentes t¨ªtulos y narradores y Qu¨¦ es el qu¨¦ (2006), un libro denuncia en forma de biograf¨ªa novelada de Valentino Achack, un sudan¨¦s an¨®nimo v¨ªctima de las guerras civiles de su pa¨ªs. Escrita en primera persona, fue un peque?o fen¨®meno social y editorial en un momento en el que se hablaba de Eggers como el escritor joven m¨¢s influyente de su pa¨ªs. Adem¨¢s, era el editor de dos revistas literarias, McSweeney¡¯s y The Believer, que consiguieron llamar la atenci¨®n en un pa¨ªs con m¨¢s de cien publicaciones literarias de primer nivel. Da la impresi¨®n de que despu¨¦s dej¨® de estar tan de moda. Pero sigui¨® siendo un escritor de ¨¦xito, con libros como Zeitoun (2009), Un holograma para el rey (2012) o El C¨ªrculo.
Con el tiempo, el estilo de Eggers se ha vuelto cada vez m¨¢s tradicional. No hay aventuras formales, pero mantiene su fino humor. ¡°Lo absurdo y lo c¨®mico tienen que estar ah¨ª, aunque haya oscuridad. Mis libros favoritos, de El Quijote a Trampa 22, tienen una superficie c¨®mica y el horror est¨¢ justo debajo. Es la mejor combinaci¨®n, porque as¨ª es el mundo y as¨ª es el d¨ªa a d¨ªa en Estados Unidos: el horror y la belleza est¨¢n juntos en todo momento. Es un lugar hermoso, un gran lugar en muchos sentidos. Pero somos una sociedad b¨¢rbara. Nos vinimos a Espa?a porque es la sociedad m¨¢s evolucionada del mundo¡±.
En 2019 estuvo viviendo unos meses en Canarias con su familia ¡ª¡±intentando alejarnos de [Donald] Trump una temporada¡±¡ª y ahora a?ade: ¡°Cr¨¦eme, aqu¨ª no hay violencia, la democracia es muy tranquila, incluso con partidos como Vox. Hay gente as¨ª en todas partes, pero la vida cotidiana es m¨¢s cuerda y m¨¢s civilizada. Fue un gran alivio. La gente me preguntaba a la vuelta: ¡®?C¨®mo ha sido estar en Espa?a?¡¯. Pues aqu¨ª todo fue racional, mientras que en Estados Unidos no est¨¢n del todo evolucionados. En la escala de la evoluci¨®n social, EE UU est¨¢ por debajo de Francia y por encima de todos est¨¢ Espa?a¡±.
Cuando se le comenta que desde dentro no se percibe lo mismo, que aqu¨ª da la impresi¨®n de que somos una democracia imperfecta, contesta: ¡°Pues yo lo digo todo el tiempo: esto no es Estados Unidos. All¨ª, ahora mismo, no estamos evolucionando, estamos retrocediendo. Nos estamos convirtiendo en una teocracia cristiana. Grupos que parecen talibanes cristianos est¨¢n tomando el control en muchas ciudades del pa¨ªs¡±, responde.
Cuenta un ejemplo para sustentar su teor¨ªa. En mayo descubri¨® que El C¨ªrculo hab¨ªa sido retirado de las listas de lectura de un instituto de Rapid City, una ciudad de 67.000 habitantes en Dakota del Sur. Era uno de los cinco libros ¡ªcuatro novelas y unas memorias¡ª que se consideraban inapropiados para los estudiantes de ¨²ltimo a?o de secundaria. As¨ª que decidi¨® ir para comprobar c¨®mo era posible. ¡°Cuando fui all¨ª descubr¨ª que un grupo de fundamentalistas cristianos se hab¨ªa hecho cargo de la junta escolar, esa era la raz¨®n. Y hab¨ªan prohibido el libro por dos p¨¢ginas de sexo ?Dos p¨¢ginas! Todos esos libros hab¨ªan sido prohibidos porque ten¨ªan unos pocos pasajes en los que se hablaba de sexo. Result¨® que toda la junta era gente salida de la iglesia. Ninguno ten¨ªa hijos all¨ª estudiando. Ni uno. Pero quieren controlar la conversaci¨®n cultural controlando el consejo escolar y diciendo: ¡®Estos libros no son aceptables¡¯. No se puede hablar de temas LGTBI. No se puede hablar de pol¨ªtica local. No se puede hablar del legado de la esclavitud. Vamos a tener una narrativa cristiana blanca. Y esto est¨¢ sucediendo en todo el pa¨ªs. Ahora se proh¨ªben m¨¢s libros que nunca. Mil al a?o en todo el pa¨ªs. Pero creo que tiene soluci¨®n. Creo que podemos salir de esta. Nos hemos librado de Trump, que empez¨® todo esto y nos despert¨® a todos¡±.
Se especula con que El Todo podr¨ªa convertirse en una serie para HBO con guion de Rachel Axler, quien ha trabajado en The Daily Show, C¨®mo conoc¨ª a vuestra madre o Veep. Hasta ahora, solo dos de las novelas de Eggers se han trasladado a la pantalla, Un holograma para el rey (2016) y El C¨ªrculo (2017). En las dos, el protagonista masculino es Tom Hanks. ¡°No es casualidad, estaba haciendo Un holograma para el rey en Marruecos cuando ley¨® El C¨ªrculo. Estuve visitando el plat¨® durante dos d¨ªas y hablamos de ello. Tiene una productora que financi¨® ambas, al menos en parte. Es muy f¨¢cil trabajar con Hanks¡±.
En la versi¨®n filmada, el final de El C¨ªrculo es distinto. Menos siniestro. ¡°Bueno, creo que el final era oscuro. Aunque no tanto como el del libro, es verdad¡±, se revuelve el escritor. ¡°En realidad, intento no involucrarme mucho en las pel¨ªculas. Tardan dos a?os y ya he estado otros dos escribiendo y promocionando el libro. Cuatro a?os con la misma historia es demasiado tiempo. La pel¨ªcula es suya y yo me acerco al rodaje uno o dos d¨ªas. Eso es todo. Del final de El C¨ªrculo solo puedo decir que probaron muchos y ninguno funcionaba. Lo que me parece rar¨ªsimo de hacer una pel¨ªcula es que puedes poner todo de ti en ella y que la gente disfrute haci¨¦ndola, pero luego ves el resultado y no es bueno. Nunca sabes. Es tan dif¨ªcil hacer una buena pel¨ªcula. Mucho m¨¢s de lo que pensamos. Yo prefiero tener una vida tranquila¡±.
Tranquila excepto cuando se ve metido en sainetes como el de la revista The Believer. ¡°Hace unos a?os se la vendimos a la Universidad de Nevada. La llevaba una ONG vinculada a la Universidad. Y en pandemia hubo un peque?o esc¨¢ndalo: un hombre que trabajaba en la revista hizo un Zoom desnudo de cintura para abajo. La universidad decidi¨® vender la revista para restaurar el buen nombre de la instituci¨®n. Y la compr¨® una web de pornograf¨ªa. No ten¨ªa ning¨²n sentido. Todo el mundo estaba molesto. Todos los autores que han publicado all¨ª escribieron al due?o. Hablamos con ¨¦l y nos la devolvi¨®. Ahora tenemos que ponerla otra vez en marcha¡±, dice, como si fuera una labor mastod¨®ntica. ¡°A ver, ser¨¢ divertido, pero hac¨ªa a?os que ya no nos pertenec¨ªa. Es raro retomar algo que llevas tanto tiempo sin hacer. A m¨ª en realidad, lo que me gusta es levantarme cada d¨ªa, dedicar tres horas a leer e irme a escribir a mi bote, rodeado de p¨¢jaros, de pescadores y de leones marinos. Y quiz¨¢s quedarme dormido un rato¡±. Si pasa tanto tiempo en el bote quiz¨¢s deber¨ªa considerar comprarse uno m¨¢s grande. ¡°No, no, este tiene el tama?o perfecto. Solo cabe una persona¡±.
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