Marlene Dietrich, la ¡®femme fatale¡¯ de voz inolvidable en Hollywood
Convertida en mito del S¨¦ptimo Arte, su personalidad arrolladora pero enigm¨¢tica tambi¨¦n la convirti¨® en pionera a la hora de romper de tab¨²es y estereotipos
Considerada uno de los mitos del S¨¦ptimo Arte y la novena mejor actriz femenina?de todos los tiempos, Marlene Dietrich, en el fondo, fue una mujer rodeada de soledad a pesar de sus innumerables conquistas, de su ambig¨¹edad sexual y de su ¨¦xito y glamour. La propia Marlene lo confes¨® al final de su carrera: ¡°Me visto para la?imagen. No para m¨ª, no para el p¨²blico, no por la moda, no para los hombres¡±,?declaraba la actriz en una entrevista en 1960 al diario ¡®The Observer¡¯. Su ¨²nica hija lo refrend¨® con posterioridad con una ¨¢cida cr¨ªtica en la que aseguraba que?su madre ¡°viv¨ªa para, por y dentro de la imagen que se proyectaba en el espejo¡±.
Pero como las productoras de la edad de oro de Hollywood cuidaban tanto la?imagen de sus estrellas, poco trascendi¨® en los medios de comunicaci¨®n de la?¨¦poca sobre su agitada vida personal, su rivalidad con Greta Garbo o sus escarceos?amorosos con estrellas y personajes de ambos sexos. Para la posteridad ha?quedado su ruptura de estereotipos y tab¨²es, su personalidad interpretativa y?alguna de las pel¨ªculas que protagoniz¨®, consideradas obras maestras del cine.
Marie Magdalene Dietrich naci¨® el 27 de diciembre de 1901 en la localidad de?Sch?neberg, que en 1920 fue anexionada a Berl¨ªn, en una familia de clase media?acomodada. Tuvo una hermana mayor llamada Elisabeth, con quien se distanci¨® al?saber de su cercan¨ªa con militares y funcionarios del r¨¦gimen nazi.
En su infancia ambas hermanas recibieron una educaci¨®n esmerada y estricta que,?por ejemplo, inclu¨ªa aprender franc¨¦s. La peque?a Marie Magdalene demostr¨® su?inter¨¦s por la fama y el espect¨¢culo desde ni?a y con apenas 11 a?os ya se hac¨ªa?llamar Marlene, que es el resultado de la fusi¨®n del inicio del primer nombre y el?final del segundo. En su adolescencia tambi¨¦n se interes¨® por la poes¨ªa y el teatro y?hasta aprendi¨® a tocar el viol¨ªn, aunque no pudo dedicarse a ello por una lesi¨®n de?mu?eca.
Su formaci¨®n acad¨¦mica y sus aptitudes musicales le permitieron introducirse en el?mundo del cine como miembro de peque?as orquestas que acompa?aban a las?proyecciones de cine mudo, aunque fue despedida a las pocas semanas.?
Con 19 a?os Marlene Dietrich fue rechazada por el director teatral Max Reinhard?cuando intent¨® entrar en la Deutsche Theaterschule, aunque dos a?os m¨¢s tarde lo?consigui¨® y pudo compaginar sus clases con breves apariciones en otros?espect¨¢culos y algunas pel¨ªculas dirigidas por Georg Jacoby, como ¡®Los hombres?son como esto¡¯ (1922), o William Dieterle, como ¡®Un hombre al borde del camino¡¯?(1923).
En el rodaje de una de esas pel¨ªculas, ¡®Tragedia de amor¡¯ (1923), Dietrich conoci¨®?a Rudolf Sieber, que era ayudante del director y se casaron por lo civil en Berl¨ªn?aunque convivieron poco. Cada uno llev¨® su vida ¨ªntima por separado, aunque?nunca se divorciaron y mantuvieron buena relaci¨®n. En diciembre de 1924 la pareja tuvo una hija, Maria Elisabeth, aunque conocida por el nombre de casada, Maria Riva, que fue su ¨²nica descendiente y que la acompa?¨® en su madurez. En esos a?os Marlene comenz¨® a ser reclamada para diversos papeles.
Sin embargo, el momento m¨¢s importante de su carrera tuvo lugar cuando Joseph?von Sternberg la llam¨® para interpretar el papel de Lola-Lola en ¡®El ¨¢ngel?azul¡¯ (1930), una de las pel¨ªculas m¨¢s importantes de ambos y de la historia del?cine, que aborda la decadencia humana en la que Marlene, encarnando a su?personaje, demuestra una pasi¨®n encendida hacia todos los que se mueven a su?alrededor.
El ¨¦xito y la popularidad que logr¨® la joven Marlene tras el estreno de la pel¨ªcula la?llevaron a Hollywood, en donde la Paramount la contrat¨® para intervenir en?¡®Marruecos¡¯ (1930), al lado de Gary Cooper, el gal¨¢n de la productora y del?momento, y tambi¨¦n dirigida por Sternberg, que la tuvo a sus ¨®rdenes en otras?cinco pel¨ªculas m¨¢s.
El t¨¢ndem Dietrich-Sternberg destapaba en cada pel¨ªcula nuevos matices de la?actriz que deslumbraban al p¨²blico por su m¨¢gica expresi¨®n. Como la propia?Marlene escribir¨¢ a?os despu¨¦s en sus memorias se?alando su doble nacimiento -primero en 1901 bajo el cielo berlin¨¦s, y el segundo en 1930, bajo la c¨¢mara de?Josef von Sternberg-, entre las pel¨ªculas ¡®Marruecos¡¯ (1930) y ¡®El diablo era?mujer¡¯ (1935) la actriz fij¨® su icono de mujer ¡®vamp¡¯, s¨ªmbolo de glamur y misterio.
Su personaje de Amy Jolly en ¡®Marruecos¡¯ vestida con esmoquin dando un beso a?otra mujer en un cabaret inmortaliza su perfil transgresor, aunque tambi¨¦n ha?quedado para la historia el de Shanghai Lily en ¡®El expreso de Shanghai¡¯ (1932).?Sternberg estuvo dispuesto a convertir a la joven Marlene en un mito er¨®tico y lo?consigui¨®: la transform¨® en la ¡®femme fatale¡¯ por antonomasia y la model¨® a su?gusto haci¨¦ndole perder peso, ense?¨¢ndola a maquillarse e iluminando su rostro?para disimular su ancha nariz y marcar sus p¨®mulos. Pero tambi¨¦n le cambi¨® el?peinado y hasta la personalidad, haciendo de su mirada y de sus piernas un arma?de seducci¨®n y deseo. En el ocaso de su vida Dietrich reconoci¨® que nunca le?agradeci¨® lo suficiente lo que hab¨ªa hecho por ella.
Tras etapa brillante etapa, con las pel¨ªculas m¨¢s taquilleras de la historia, director y?actriz pusieron fin a su relaci¨®n art¨ªstica y Marlene inici¨® una nueva en la que?trabaj¨® con directores como Frank Borzage, Ernst Lubitsch y Richard Boleslawski,?con quien cobr¨®, por la pel¨ªcula ¡®El jard¨ªn de Al¨¢¡¯ (1936), uno de los salarios m¨¢s?altos del momento.
A lo largo de los a?os 40 Marlene Dietrich trabaj¨® en todo tipo de producciones,?especialmente en westerns como ¡®Arizona¡¯ (1939), de George Marshall, o ¡®Los?usurpadores¡¯ (1942), de Ray Enright, junto a James Stewart y John Wayne.?Tambi¨¦n lo hizo con el resto de actores y actrices del momento, como Tyron Power,?Spencer Tracy, Burt Lancaster, Montgomery Clift, Maximilian Schell, Vittorio de?Sica, Cantinflas, David Niven, Shirley MacLaine William Holden y Audrey Hepburn.
Antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Marlene Dietrich obtuvo la?nacionalidad estadounidense y particip¨® de forma activa en espect¨¢culos para los?soldados en el frente durante la contienda. Durante los a?os 50 sus apariciones?comenzaron a ser m¨¢s espor¨¢dicas, lo que pareci¨® demostrar la inseguridad que?con la madurez su brillo no era el mismo que cuando la belleza era su carta de?presentaci¨®n ante los espectadores.
En los primeros a?os de la d¨¦cada de los 60 decidi¨® abandonar pr¨¢cticamente el?mundo del cine,? aunque se reinvent¨® dedic¨¢ndose con intensidad a la m¨²sica y al baile, actuando en directo y grabando numerosos discos tanto en Europa como en Estados Unidos.
Debido a su lujoso nivel de vida Marlene Dietrich?necesitaba mucho dinero y por?ello prolong¨® su carrera musical hasta m¨¢s all¨¢ de los 70 a?os. Super¨® un c¨¢ncer?en 1965 pero solo los dos accidentes que sufri¨® al caer al foso del escenario en?1973 y romperse una pierna en Sydney al inicio de otro espect¨¢culo la retiraron?definitivamente.
Marlene pas¨® la ¨²ltima d¨¦cada de su vida recluida en reposo en su apartamento de?la avenida Montaigne de Par¨ªs, a buen seguro que porque no quer¨ªa que la vejez?empa?ase la imagen de mito que ten¨ªa. En esta etapa fue muy aficionada a escribir?cartas, poemas de amor y a llamar de por tel¨¦fono a diversos continentes, algo que?acentu¨® sus desorbitados gastos.
Dietrich falleci¨® en Par¨ªs el 6 de mayo de 1992, a los 90 a?os. Su cuerpo, cubierto?con una bandera de los Estados Unidos, fue enviado a Berl¨ªn donde fue enterrada?en el cementerio municipal de Berl¨ªn-Sch?neberg, su lugar de nacimiento, junto a?su madre por expreso deseo de ella.
Marlene Dietrich, uno de los mitos del cine, fue una actriz con gran variedad de?registros expresivos y que destac¨® tambi¨¦n por sus canciones y actuaciones?musicales y de baile. Si bien fue descrita como una mujer fatal por su arrolladora?personalidad que traspas¨® la pantalla para instalarse en su vida privada, lo cierto es?que sus piernas y su caracter¨ªstica voz ronca han quedado como iconos de una?trayectoria dif¨ªcilmente superable.
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