Milena Busquets: ¡°La escritura es, sobre todo, un proceso solitario¡±
La escritora comenz¨® a escribir su nuevo libro con la esperanza de que la ayudara a superar una ruptura, pero el proceso la llev¨® a enfrentarse a la sombra de su madre ausente y a recordar tambi¨¦n los veranos de su infancia en Cadaqu¨¦s
Milena Busquets, nacida en Barcelona hace 52 a?os, escribe ¡°casi todos los d¨ªas¡± desde el amanecer: ¡°Enciendo el ordenador y me enfrento a mis textos¡±. Es tanto una compulsi¨®n irresistible como una disciplina adquirida en cuanto asumi¨®, ¡°por fin¡±, que la vida ¡°va muy en serio¡±.
Sentada en una cafeter¨ªa del barrio barcelon¨¦s de El Putxet, Busquets cuenta que disfruta de ese primer remanso de calma que precede a las tormentas cotidianas. Es perfeccionista y met¨®dica. Se deja guiar por la intuici¨®n, pero se exten¨²a en cada recodo del camino persiguiendo la palabra exacta. Intenta, en cada ocasi¨®n, dejar escrita al menos ¡°una frase que valga la pena¡±. Pero no resulta f¨¢cil: ¡°A los escritores se les valora por los resultados, porque, en ¨²ltima instancia, la gente solo puede leer lo que publicamos. Pero no hay que perder de vista que la escritura es, sobre todo, un proceso solitario, a menudo ingrato, y que los resultados de ese esfuerzo son casi siempre provisionales¡±.
Hija de la editora y escritora Esther Tusquets y de Esteban Busquets, Milena creci¨® en un hogar literario en el que resistirse a escribir ni siquiera parec¨ªa una opci¨®n. Tard¨®, eso s¨ª, en decidirse a publicar el fruto de sus esfuerzos solitarios. Tras una novela de aprendizaje que ahora recuerda como ¡°fallida¡±, Hoy he conocido a alguien, dio en la diana en 2015 con Tambi¨¦n esto pasar¨¢, exploraci¨®n honesta e inmisericorde del profundo cr¨¢ter emocional que la muerte de su madre dej¨® en su vida. Desde entonces, Busquets tiene lectores, un tesoro ins¨®lito en un pa¨ªs en el que, seg¨²n intuye ella misma, ¡°se publican cada vez m¨¢s libros y se lee cada vez menos¡±.
Su nuevo libro, Ensayo general, viene a ser un cruce entre el diario ¨ªntimo, ¡°la autoficci¨®n m¨¢s narcisista¡± y una columna de opini¨®n imaginaria. A la escritora le divierte que, segundos antes de encontrarnos con ella, nos hayamos dirigido por error a otras dos mujeres rubias, elegantes y de mediana edad para preguntarles si eran Milena Busquets: ¡°?C¨®mo has podido confundirme con otra? Tengo un aspecto bastante peculiar, ?no crees?¡±. Y concluye, con la indulgencia emp¨¢tica que, al parecer, la caracteriza, que ser ¡°buen fisonomista¡± tampoco le parece ¡°una cualidad tan importante¡±.
Busquets quiere arrancar nuestra charla con una confesi¨®n: ¡°No odio las entrevistas, pero tampoco me entusiasman. Siento que he hecho ya como un centenar de ellas y no recuerdo haber disfrutado con ninguna. Adem¨¢s, conf¨ªo en que mis libros se defiendan solos, ni siquiera estoy segura de ser su mejor embajadora. Me siento torpe exponiendo argumentos de venta y posando para las fotos¡±. Pese a todo, reconoce que s¨ª que disfruta hablando de s¨ª misma, de los libros y de la vida: ¡°Me sentir¨ªa mucho m¨¢s c¨®moda si convirti¨¦semos esto en una conversaci¨®n. Hagamos eso. Conversemos¡±.
La conversaci¨®n arranca, por su parte, con un muy sentido elogio de la vieja Europa, ¡°de la cortes¨ªa, el di¨¢logo constructivo, el respeto y los buenos modales¡± que est¨¢ tambi¨¦n en Ensayo general: ¡°Es uno de los temas recurrentes, junto con mi tendencia natural a reevaluar mi pasado o la relaci¨®n tan intensa y dif¨ªcil que tengo con la escritura. Es curioso como los libros se apoderan de ti y acaban conduci¨¦ndote en direcciones inesperadas. Yo empec¨¦ a escribir Ensayo general para superar una ruptura amorosa que me dej¨® emocionalmente exhausta. El t¨ªtulo hace referencia a eso, a la sensaci¨®n de que en la vida te sorprendes empezando de nuevo una y otra vez, a los 18, los 30, los 40 o los 50, que casi todo es ef¨ªmero, que nunca dejan de cerrarse cap¨ªtulos y abrirse otros nuevos¡±. Esa idea est¨¢ en el libro, pero, seg¨²n su autora, ¡°se fue diluyendo de manera paulatina: de alguna manera, mientras intentaba procesar esa dolorosa ruptura con otro de los hombres de mi vida, todo sigui¨® su curso natural y empezaron a ocurrirme cosas distintas¡±. As¨ª, en Ensayo general conviven tanto la sombra de la madre ausente como el recuerdo de los veranos de infancia en Cadaqu¨¦s, las incursiones espor¨¢dicas en la escena literaria barcelonesa (¡°estoy hecha para la fiesta, pero no para las fiestas¡±, escribe Busquets) o incluso pretextos de actualidad como la muerte de Javier Mar¨ªas o un partido de cuartos de la Copa del Mundo de f¨²tbol de Qatar resuelto en la tanda de penaltis, esa met¨¢fora del v¨¦rtigo azaroso de la vida.
¡°Ensayo general deja constancia de lo que supone estar en mi piel a d¨ªa de hoy, qu¨¦ implica ser una escritora de mediana edad, madre de dos hijos y perpleja por lo raro que se ha vuelto el mundo en este primer tercio del siglo XXI¡±. Es un compendio de estupefacciones y dolores tenues que tal vez se volver¨ªan lacerantes si Busquets no pudiese escribir sobre ellos. En uno de los momentos cumbre de este ejercicio de introspecci¨®n sin coartadas, la autora narra el encuentro con un amigo de juventud, escritor tambi¨¦n, que parece haber perdido tanto la belleza como el talento, esa cualidad que ¡°no se ve, pero tambi¨¦n caduca¡±. Cuando est¨¢n a punto de despedirse, ¨¦l deja caer un discreto dardo: ¡°Le¨ª tu libro. No era gran cosa, ?verdad que no?¡±. ¡°Era mucho mejor que cualquiera de los tuyos¡±, responde ella dedic¨¢ndole una sonrisa radiante. ¡°Por supuesto que me he sentido tratada con condescendencia¡±, confirma Milena. ¡°Se me menosprecia por ser mujer, por ser burguesa, pija y se supone que melodram¨¢tica, por escribir sobre m¨ª misma, como si el resto de escritores no se nutriesen de su propia experiencia¡±. No existe un ant¨ªdoto infalible para el desd¨¦n. Pero s¨ª muy buenos paliativos: ¡°El privilegio de dedicarme a algo que me entusiasma. La confianza de mis editores. Esa frase redonda y certera, al menos para m¨ª, que consigo escribir de vez en cuando. El cari?o de gran parte de la gente que me lee¡±. Escribir puede convertirse, en ocasiones, en un tormento, pero tambi¨¦n proporciona su dosis de ¨¦xtasis. ¡°Adem¨¢s¡±, remata Busquets mientras da un ¨²ltimo sorbo a su zumo de frutas, ¡°mi hijo H¨¦ctor, que me acompa?¨® a la Feria del Libro de Madrid, dice que a mis lectoras se las reconoce porque son las m¨¢s guapas. ?Qu¨¦ m¨¢s se puede pedir?¡±.
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