El absurdo es la nueva sinceridad: dentro del magn¨ªfico troleo de la hija de Sofia Coppola en TikTok
La joven de 16 a?os public¨®, durante unos minutos, un v¨ªdeo que demuestra hasta qu¨¦ punto se ha refinado el sentido del humor de la red social china, en contraposici¨®n al perfeccionismo de Instagram
No hay desperdicio en el v¨ªdeo viral que protagoniz¨® Romy Coppola a finales del mes pasado. En el TikTok de 49 segundos la hija de Sofia, y por tanto nieta de Francis, de 16 a?os, cuenta que est¨¢ castigada por tratar de contratar, con la tarjeta de cr¨¦dito de su padre, un helic¨®ptero con el que volar de Nueva York a Maryland (350 kil¨®metros) para cenar con una amiga. Pero el v¨ªdeo no tiene nada que ver con eso. Romy pretende amenizar el castigo en la cocina haciendo pasta al vodka. Pero el v¨ªdeo no ...
No hay desperdicio en el v¨ªdeo viral que protagoniz¨® Romy Coppola a finales del mes pasado. En el TikTok de 49 segundos la hija de Sofia, y por tanto nieta de Francis, de 16 a?os, cuenta que est¨¢ castigada por tratar de contratar, con la tarjeta de cr¨¦dito de su padre, un helic¨®ptero con el que volar de Nueva York a Maryland (350 kil¨®metros) para cenar con una amiga. Pero el v¨ªdeo no tiene nada que ver con eso. Romy pretende amenizar el castigo en la cocina haciendo pasta al vodka. Pero el v¨ªdeo no tiene nada que ver con eso. Antes de ponerse a cocinar, Romy comenta que ha tenido que buscar en Google qu¨¦ era un ajo y qu¨¦ era una cebolla; intenta usar el Grammy de su padre, Thomas Mars, como utensilio y le da voz a Ari, un hombre que, se supone, es el novio de su canguro. ?Qu¨¦ opina Ari del fiasco del helic¨®ptero? ¡°Prefiero fiasca, porque es un fiasco femenino¡±. Romy: ¡°Bueno, es el mes de la mujer, as¨ª que¡¡±. Fin. Sofia Coppola ha dedicado su filmograf¨ªa a retratar la vida interior de afortunadas mujeres en jaulas de oro. Su hija le ha tomado, asimilado y parodiado el testigo en menos de un minuto. Es una obra maestra Coppola ca¨ªda del cielo.
Nada de esto es verdad. El v¨ªdeo explota la po¨¦tica del absurdo, el ¨²nico g¨¦nero propiamente original de TikTok y, apurando, de nuestros tiempos: posiblemente sea la mina creativa m¨¢s valiosa de esta juventud. O quiz¨¢ exagere con esto ¨²ltimo. A los criados en los dosmiles y en la distancia ir¨®nica hipster propia de aquella era, la creciente exhibici¨®n y rentabilizaci¨®n de las emociones tan en las redes sociales nos suelen desorientar un poco. El sindi¨®s de TikTok, mucho m¨¢s accesible, ofrece un impagable refugio para sentirnos conectados con los tiempos que corren. No hay nada m¨¢s democr¨¢tico que el caos.
Pero si pienso en creadores de TikTok, a cu¨¢ntos conozco realmente de nombre (Nicholas Flannery, Tyler Gaca y...) o ¨Clo que me hace sentir peor¨C a cu¨¢ntos he dejado de seguir y olvidado porque me cans¨¦ de su est¨¦tica, a la cual, por las reglas de las redes sociales, nunca se les permiti¨® cambiar mucho de todas formas, acabo pensando en langostas chinas (esto tendr¨¢ sentido luego, lo juro). Las redes son una trituradora que recompensa la novedad y condena a la repetici¨®n: quienes la nutren de contenido genial aparecen y desaparecen al minuto. Este v¨ªdeo no destacar¨ªa especialmente si no tuviera el apellido Coppola firmando algo tan contempor¨¢neo, tan bien hecho. Me recuerda a cuando Francesca Scorsese, hija de Martin, despunt¨® como la tiktoker m¨¢s dada¨ªsta del viejo Hollywood. Sasha Spielberg se sum¨® al juego de la c¨¦lebre irreverencia poco despu¨¦s, sobre todo con un podcast con su amiga Alana Haim, y cerr¨® la trilog¨ªa imaginaria (?por qu¨¦ ser¨¢ que los hijos varones de los directores de ¨¦xito no hacen comedia en redes, sino el cine y la televisi¨®n m¨¢s pl¨²mbeos de la actualidad?). Es una sensaci¨®n de familiaridad impagable. Es irracional usar los apellidos de una vieja camarilla de cineastas que ya ha dicho lo que ten¨ªa que decir como carta de navegaci¨®n por los nuevos tiempos. Pero tambi¨¦n es irracional fingir que no hay cierto encanto en la idea. La alternativa es un continuo en perpetua ebullici¨®n de nombres nuevos y viejos, la manifestaci¨®n digital del fin de las grandes instituciones en el que llevamos enfrascados unos 15 a?os.
Por eso pienso en langostas chinas. En 1958, en los tiempos del Gran Salto Adelante, Pek¨ªn decidi¨® erradicar sus cuatro mayores plagas: moscas, mosquitos, ratas¡ y gorriones. Se pensaba que estos ¨²ltimos se com¨ªan las cosechas y solo cuando estaban pr¨¢cticamente extintos se vio que el gorri¨®n es en realidad el principal depredador de la langosta. El pa¨ªs qued¨® cubierto de ellas. En las calles, en las camas, en los tejados y en los huertos. Millones de personas murieron de hambre. Fue una tragedia humanitaria tal que China acab¨® compr¨¢ndole 250.000 gorriones a la Uni¨®n Sovi¨¦tica para resolver el destrozo. El furor por cargarse lo viejo est¨¢ muy bien. Est¨¢ mejor cuando se piensa un poco en qu¨¦ ocupar¨¢ su lugar.
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