Natalia Lafourcade: ¡°Un novio me dijo que nunca podr¨ªa grabar un disco sola. No he vuelto a tener una relaci¨®n as¨ª de destructiva¡±
La cantante y compositora cierra un ciclo con los dos vol¨²menes de ¡®Un canto por M¨¦xico¡¯. Ha sido un largo tiempo de prospecci¨®n folcl¨®rica. Ahora piensa retomar, si se puede, los directos, pero ser¨¢ en 2023
Natalia Lafourcade (Ciudad de M¨¦xico, 37 a?os) prueba el sonido de su ordenador. Dice que est¨¢ aprendiendo de este nuevo mundo tecnol¨®gico: ¡°Soy una abuelita. Estoy muy joven para la edad que verdaderamente tengo¡±, cuenta ri¨¦ndose desde su casa de Veracruz. Descendiente de Cuauht¨¦moc y mexicana por fortuna, como dice la letra de El hijo del pueblo (Jos¨¦ Alfredo Jim¨¦nez), Lafourcade se siente muy afortunada de ser mexicana. ¡°Con todo, porque todo tiene sus contrastes en la vida¡±, matiza. Le gusta su gente, su pueblo, donde vive, donde creci¨®, que es Veracruz. ¡°Soy fan de verdad de mi pueblo y su comida, de la naturaleza que tengo alrededor de mi casa. Vivo entre bamb¨²s, pl¨¢tanos, cafetales, ¨¢rboles... Es una belleza¡±. No es nuevo este amor por la naturaleza en ella. Cuando era ni?a, la casa en la que viv¨ªa con su madre estaba en medio del campo y delante ten¨ªan un ¨¢rbol de guayaba. Con ¨¦l, su madre sac¨® a la familia adelante.
?C¨®mo la recuerda? Como una guerrera total, una mujer muy talentosa. Estudi¨® la carrera de pianista y despu¨¦s se convirti¨® en pedagoga musical. Me ense?¨® que las cosas se ganan, que hay que trabajar para que sucedan, que la disciplina es muy importante. Nunca me dio nada sin que yo tuviera que trabajar a cambio, y lo agradezco mucho; desde muy peque?a se fue forjando mi car¨¢cter, a veces soy muy terca. Mi madre me ense?¨® a ser sensible, amorosa, agradecida y a amar la naturaleza. Cuando hab¨ªa tormentas, me sacaba a una terracita que ten¨ªamos en la casa y ah¨ª me abrazaba y me dec¨ªa: ¡°No tengas miedo, mira qu¨¦ belleza¡±. Donde viv¨ªamos, si mirabas de frente, hab¨ªa un campo lleno de vacas, y con los rayos en el cielo las ve¨ªas a medianoche comiendo su pastito. Luego me confes¨® que en realidad s¨ª se estaba muriendo de miedo.
?Y a su padre? Mi padre es un personaje hermoso con una personalidad y un temperamento muy fuertes. Tambi¨¦n es amante de la m¨²sica, apasionado de la poes¨ªa y de los barcos, que es otro de los hobbies que lo mantienen vivo. Tiene muchos y todos los ha hecho ¨¦l. Son barcos de madera de todos los tama?os, con detalle y precisi¨®n. Pero claro, es que construye clavecines desde cero. En casa tengo el primer clavec¨ªn que hizo, que me lo regal¨® cuando cumpl¨ª los 20 o los 21 a?os. Para m¨ª ha sido muy sorprendente ver c¨®mo sigue dando clases y ver que tiene un alma de ni?o a sus 86 a?os. Otra de sus pasiones es volar papalotes (cometas). Mete uno en el coche, se va, lo vuela y es feliz. Con el tiempo he aprendido a entender su forma de ser y a amar su pasi¨®n por su mundo y su vida y por las cosas que le encantan.
A estas alturas de conversaci¨®n la entrevista se detiene en las ra¨ªces musicales de Natalia Lafourcade, que ya supo desde joven lo que era actuar en cantinas con mariachis a las espaldas. Muchos a?os despu¨¦s, tras aquel tributo a Agust¨ªn Lara titulado Mujer divina (Sony, 2012), la artista mexicana continu¨® desarrollando unos trabajos m¨¢s pr¨®ximos al folclore: Hasta la ra¨ªz (Sony, 2015) y Musas. Un homenaje al folclore latinoamericano en manos de Los Macorinos (Sony, 2017). El a?o pasado, con la publicaci¨®n del primer volumen de Un canto por M¨¦xico (Sony, 2020), Lafourcade ya avisaba de que aquella iba a ser la ¨²ltima entrega de esta serie de ¨¢lbumes folcl¨®ricos.
La segunda parte, publicada en 2021, cierra el c¨ªrculo, con la reconstrucci¨®n del Centro de Documentaci¨®n del Son Jorocho, en J¨¢ltipan de Morelos, Veracruz, que sufri¨® los da?os del terremoto del 19 de septiembre de 2017. Natalia se encontraba en Madrid presentando Musas cuando aquello sucedi¨®. ¡°La pandemia detuvo por un tiempito la construcci¨®n, pero el mes pasado hicimos tres visitas cada semana¡±, explica contenta. Si todo sale bien, cree que pueden entregarles el espacio en diciembre. ¡°Si eso sucede, vamos a hacer un fandango enorme para celebrarlo¡±.
¡°Creo que el lugar de donde venimos, la familia, donde crecimos o la gente que nos rodea, son parte de muchas m¨¢s cosas que somos, que entrelazadas determinan nuestra forma de ir por la vida¡±, contin¨²a Lafourcade. ¡°Somos muchas otras cosas que no necesariamente tienen que venir de nuestra familia. Es importante lo que nuestra familia nos deja y c¨®mo nos educaron, ?no? Porque siento que hay un per¨ªodo de la infancia que se queda impregnado en nuestra forma de ser, que despu¨¦s es muy dif¨ªcil, cuando crecemos, sacud¨ªrnoslo. Yo tengo memoria de mi mam¨¢ diciendo ¡°no tengas miedo¡±, y ahora no le tengo miedo a la oscuridad.
?Hay que ser una hija del pueblo para cantarle a M¨¦xico? No. Hay que cantar con tu verdad, con amor, conectando con el sentimiento y el coraz¨®n. Y no tienes que haber nacido en M¨¦xico para cantarle. Mira Chavela Vargas. Ella no naci¨® en esta tierra y, sin embargo, esta tierra la recibi¨®. Hay artistas como ella que, al llegar ac¨¢, nos hicieron valorar lo que tenemos. Yo podr¨ªa cantar en franc¨¦s. Me encanta Francia, me encanta Edith Piaf, me emociono cada vez que voy a Par¨ªs... Y tal vez, solo por eso, podr¨ªa alg¨²n d¨ªa cantar en franc¨¦s, porque lo har¨ªa con verdad y con amor.
En el disco canta La trenza con Mon Laferte, chilena, que compuso sobre su abuela. Cuando pensamos en Mon Laferte, no quer¨ªamos que cantara ninguna canci¨®n tradicional mexicana ni ninguna canci¨®n de Natalia Lafourcade; ella tiene que cantar una canci¨®n de Mon Laferte. Escogimos La trenza por ser una canci¨®n de amor, pero no de amor t¨ªpico, sino el amor de la abuela con la nieta. Me emociono cuando la escucho; me identifico tanto que me hace pensar en aquel momento de mi infancia donde mi mam¨¢ sal¨ªa a trabajar y yo me quedaba en casa de la t¨ªa abuela. Todos hemos tenido ese momento. Y Mon es una artista que lleg¨® desde Chile a M¨¦xico y ahora para nosotros es mexicana.
El 14 de noviembre de 2019, el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas acog¨ªa la vig¨¦sima gala de los Grammy latinos. Mon Laferte estaba nominada al Mejor ¨¢lbum de m¨²sica alternativa con Norma (Universal, 2018) y su paso por la alfombra fue la v¨ªa para mostrar un mensaje de protesta escrito en sus pechos, que mostr¨® desnudos a las c¨¢maras: ¡°En Chile torturan, violan y matan¡±. Natalia Lafourcade lo extrapola al resto del mundo: ¡°Da mucho coraje pensar que en nuestro mundo a¨²n hay gente sufriendo y tantas cosas que no se arreglan y que no se atienden¡±. Y aplaude el gesto de su compa?era: ¡°Qu¨¦ valiente ella [Mon Laferte] por haber tomado esa postura en medio de una celebraci¨®n a la m¨²sica. Tambi¨¦n te hace cuestionar hasta qu¨¦ punto seguimos un poco la vida normal, como si nada pasara al mismo tiempo que en otros lugares est¨¢n pasando cosas terribles¡±.
Rub¨¦n Blades figura en T¨² s¨ª que sabes quererme, una canci¨®n que Natalia escribi¨® en la ¨¦poca de Musas y que habla del amor en libertad si es bien correspondido. Tambi¨¦n est¨¢ Mare Advertencia Lirika, del mundo del hip-hop o, como dice Lafourcade, de la ¡°palabra de protesta¡±. La labor que Mare est¨¢ haciendo, contin¨²a la mexicana, es muy importante, porque al mismo tiempo que ella est¨¢ hablando de sus temas personales, tambi¨¦n lo hace de los temas de tantas mujeres y gente alrededor que antes no se hab¨ªan sacado a la luz. ¡°Comparte lo que ella va aprendiendo, lo que sabe lo va compartiendo con otras personas. Tiene un esp¨ªritu hermoso. Es una mujer que posee una fuerza, una ternura con tanta seguridad... Esas son las cosas que podemos ir haciendo¡±.
?C¨®mo ve una ni?a de 10 a?os el mundo cuando va actuando por las cantinas? [Antes de responder, Natalia busca una fotograf¨ªa que tiene a mano. Es ella con un poncho cantando canciones de Juan Gabriel y Jos¨¦ Alfredo Jim¨¦nez acompa?ada de un mariachi]. ?Yo no sab¨ªa que iba a tener tras de m¨ª a un mariachi!
?Esa es la primera vez que pis¨® un escenario? S¨ª. Estaba que me mor¨ªa de los nervios. Me temblaban las rodillas, salivaba... Me quer¨ªa morir. Pero no hab¨ªa m¨¢s: la gente estaba enfrente y yo ten¨ªa el micr¨®fono en la mano con el mariachi atr¨¢s. Empec¨¦ a cantar y a la mitad de la canci¨®n me dije: ¡°?QU?-ES-ES-TO? D¨¦jenme aqu¨ª toda la noche, porque no me bajo¡±. Y ese d¨ªa supe que aquel era mi lugar. Le empec¨¦ a pedir a mi mam¨¢ que todos los s¨¢bados me llevara a las cantinas donde hab¨ªa mariachi. Pero yo ten¨ªa 10 a?os. En un punto, mi mam¨¢ se empez¨® a espantar, porque iba, cantaba y, aparte, nos iba bien. La gente se pon¨ªa contenta. Por suerte para ella y para m¨ª tambi¨¦n, un d¨ªa, una se?ora que cantaba con el mariachi de una de las cantinas, en el ba?o nos agarr¨® y nos dijo: ¡°Mira, se?orita, aunque a todo el mundo le encanta tu voz y le encanta c¨®mo interpretas la canci¨®n, te voy a decir una cosa que tal vez no te va a gustar: si t¨² sigues cantando como vas, en un a?o no vas a tener voz, te la vas a acabar, porque aunque cantas muy bonito, no sabes cantar. No puedes cantar m¨¢s de dos o tres canciones, porque te quedas af¨®nica, porque est¨¢s cantando con la garganta y tienes que aprender a cantar. Tienes que aprender t¨¦cnica, calentamiento de voz, a cantar con tu diafragma...¡±. Me ech¨® un ¡°choro¡± de menos de un minuto. Lo odio, pero tiene raz¨®n. Ah¨ª empec¨¦ a tomar clases de canto y mi mam¨¢ descans¨® tantito.
?Qui¨¦n le dijo que sola no iba a ser capaz de actuar, de grabar...? Una pareja que tuve. ?ramos muy j¨®venes. Creo que a algunos nos toca en la vida pasar por estas relaciones oscuras, que son de verdad, de da?o heavy. Uno la pasa tan mal que dice que nunca en la vida se va a volver a poner en una situaci¨®n como esa y nunca va a permitir que sus relaciones lleguen a este grado de autodestrucci¨®n. Y eso fue lo que aprend¨ª. Y nunca volv¨ª a tener una relaci¨®n as¨ª de destructiva. No me arrepiento de nada, al contrario; creo que esa persona fue un maestro para m¨ª y yo seguramente para ¨¦l tambi¨¦n. Yo no era una palomita blanca, ?eh? Era tremenda tambi¨¦n. Entonces fue mutuo. Esta persona me dec¨ªa que yo no pod¨ªa meterme a grabar un disco sola, pero aquello me fortaleci¨®.
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