¡°El MP3 es el peor formato para escuchar m¨²sica¡±: un debate sobre si las canciones suenan hoy peor que antes
Escuchamos m¨¢s m¨²sica que nunca, ?pero con peor calidad que nunca? Productores y artistas explican si las canciones se escuchan hoy peor que cuando se hac¨ªa en vinilo o ced¨¦ y qu¨¦ est¨¢n haciendo las plataformas de ¡®streaming¡¯ para solucionarlo
Parec¨ªa una preocupaci¨®n de sibaritas, algo que solo quitar¨ªa el sue?o a aficionados capaces de discutir durante horas sobre cables o altavoces, un tema sin inter¨¦s. ?El sonido? Habr¨¢ ido mejorando, como todo, gracias a la tecnolog¨ªa. Tenemos la certeza, al fin y al cabo, de que los dispositivos sobre nuestro escritorio o en nuestros bolsillos son cada vez m¨¢s potentes, ¨²tiles y sofisticados.
Hace ya m¨¢s de una d¨¦cada (el primer iPod aparece en 2001) que casi nadie desea tener en casa uno de esos enormes equipos de alta fidelidad ¡ªaquellos amplificadores Pioneer, aquellos platos Technics¡ª con los que los adolescentes nacidos en los cincuenta y sesenta so?aban y que, con los primeros sueldos, invad¨ªan el sal¨®n de los hogares de la generaci¨®n boomer (hoy las estanter¨ªas especialmente dise?adas para albergar los m¨®dulos de aquellas ¡°cadenas¡± se acumulan en los trasteros y los m¨¢s optimistas anuncian los aparatos en Wallapop).
Ahora, aunque los coleccionistas conservan sus ced¨¦s esperando su retorno como objeto de culto y los vinilos, tan fetichizados, vuelven a estar de moda, se consume la mayor parte de la m¨²sica a trav¨¦s de plataformas digitales ¨Dla m¨¢s conocida es Spotify¨D o, directamente, desde Youtube. Podemos acceder a cat¨¢logos enormes de una manera muy c¨®moda (convenient, dicen en ingl¨¦s, indicando que es la m¨¢s f¨¢cil pero no la ¨²nica o la mejor) pero, a cambio, entre las grabaciones y nuestros o¨ªdos, hemos colocado, adem¨¢s de todo tipo de aparatos (del micr¨®fono del estudio hasta nuestros auriculares), unos c¨®decs o algoritmos que comprimen las canciones para hacerlas m¨¢s manejables (as¨ª ocupan menos al ser transmitidas por internet o al almacenarse en nuestros discos duros). Hay quien cree que esta p¨¦rdida de informaci¨®n auditiva, inevitable cuando se debe reducir el tama?o de un archivo, resulta inapreciable. Y hay quien piensa, como Neil Young, que la m¨²sica comprimida ¡°es una basura que est¨¢ arruinando nuestros cerebros¡±. En cualquier caso, la industria discogr¨¢fica ha puesto ¨²ltimamente sobre la mes la cuesti¨®n de la calidad.
¡°El descenso es notable¡±, explica el m¨²sico y productor Guille Mostaza, parte del d¨²o Ellos y con a?os de experiencia en la sala de control de ?lamo Shock Estudios. ¡°Cuando sali¨® el CD mucha gente dec¨ªa que se escuchaba mal porque era digital, pero lo digital actualmente es excelente. El problema es precisamente el algoritmo de compresi¨®n, que convierte una canci¨®n que pesa 200 megas en un archivo de tres.¡±
Demasiado caro, demasiado pronto
¡°El audio digital tiene m¨¢s resoluci¨®n que un vinilo. Otra cosa es que el color y el sonido del vinilo nos resulten m¨¢s agradables¡± confirma Antonio Ill¨¢n, de MIA Studio y t¨¦cnico de bandas como Second o Varry Brava. ¡°Quiz¨¢ la alta definici¨®n podr¨ªa empezar a funcionar ahora que las conexiones son mucho m¨¢s r¨¢pidas y tenemos m¨¢s espacio de almacenamiento en nuestros m¨®viles¡±, a?ade Ill¨¢n.
Hasta el momento, todos los intentos de que la alta definici¨®n alcance al gran p¨²blico han fracasado. Tidal, la plataforma de la que Jay-Z fue propietario hasta hace unos meses (este servicio cuenta con el apoyo de Beyonc¨¦, Madonna o Chris Martin, y presume de pagar cuatro veces m¨¢s que el resto a los artistas) es la ¨²nica que lleva a?os ofreciendo sonido sin codificar o sin p¨¦rdida a sus usuarios. No obstante, nunca ha terminado de despegar: el mundo recbi¨® aquella plataforma apadrinada por m¨²sicos millonarios como el capricho de unos ricos que quer¨ªan ser a¨²n m¨¢s ricos. El precio de su oferta en alta calidad era de 19,99 euros, el doble que el resto de plataformas disponibles. Por su parte, Spotify anuncia una calidad equivalente a 320 kbps para suscriptores Premium; ¡°la m¨ªnima con la que me siento satisfecho. Todo lo que est¨¦ por encima, ser¨¢ bienvenido¡±, apunta Ill¨¢n.
Apple Music acaba de dar un paso adelante con el audio espacial, ya disponible en una gran variedad de t¨ªtulos de su cat¨¢logo y sin la subida de precio que mat¨® a Tidal. ¡°Con el audio espacial, los m¨²sicos, los t¨¦cnicos y los productores tienen en sus manos una nueva herramienta que les permite ofrecer una nueva experiencia en 3D a millones de personas¡±, explic¨® Zane Lowe, de Apple Music, en una nota de prensa de la compa?¨ªa que explica que esta tecnolog¨ªa sustituir¨¢ al est¨¦reo del mismo modo que el este sustituy¨® al mono. ¡°Va a ser muy emocionante. Muy pronto tendremos artistas que habr¨¢n nacido en el mundo del audio espacial, al igual que yo nac¨ª en el mundo del est¨¦reo. Puede que los artistas del futuro ni se planteen grabar un disco en est¨¦reo porque solo habr¨¢n conocido el audio espacial¡±.
¡°Una vez entregado el trabajo, el artista lo sube a YouTube con una calidad baj¨ªsima¡±
¡°Cuando grabo, intento que suene lo mejor posible, conociendo el equipo que tengo y, m¨¢s o menos, sabiendo hasta d¨®nde puedo llegar. Pienso en un ideal y siempre s¨¦ que podr¨ªa sonar mejor.¡± La reflexi¨®n es de Javier Carrasco, un veterano de la escena independiente (miembro de Templeton y de Rusos Blancos, es tambi¨¦n conocido por su proyecto en solitario, Betacam). Javier contin¨²a: ¡°El audio digital de buena calidad es perfectamente aceptable. Que tampoco se ponga estupendo Neil Young porque la gente de los cincuenta y sesenta creci¨® con tocadiscos muy rudimentarios (pickups bananeros que sonar¨ªan a rayos), seguramente peores que un smartphone actual. Dependes de una cadena tecnol¨®gica tan amplia (altavoces, auriculares, tarjeta de sonido, amplificador, reproductor, etc¨¦tera) que cada experiencia musical es un mundo.¡±
Entonces, ?el problema no es tan grave? ?no se est¨¢ grabando o masterizando con m¨¢s descuido porque, al final de la cadena, la distribuci¨®n en plataformas podr¨ªa arruinar un trabajo minucioso? Seg¨²n Ill¨¢n, no hay que alarmarse. Se sigue produciendo lo mejor posible: ¡°Los ingenieros masterizan con la mayor atenci¨®n. Lo que ha cambiado es que en mi caso (y creo que en el de casi todo el mundo que se dedica a esto) siempre hay un momento en el que chequeo la mezcla en el m¨®vil.¡± Mostaza coincide: ¡°Cuando mezclo me vuelvo loqu¨ªsimo pensando en que lo tiene que disfrutar todo el mundo, en todos los formatos y reproductores, desde un m¨®vil a un equipo hi-fi o una tele¡±. ¡°Eso s¨ª ¡ªmatiza Ill¨¢n¡ª, algo que me suele pasar es que, una vez entregado el trabajo, el artista lo sube a YouTube con una compresi¨®n muy fuerte. Hay que estar muy encima porque eso lo desvirt¨²a much¨ªsimo¡±.
Chico Blanco, m¨²sico granadino, es autor de WTF is in my cup, uno de lo temas (junto, por ejemplo, a los de Bad Gyal) que m¨¢s sonaron en altavoces Bluetooth o, directamente, en los tel¨¦fonos m¨®viles durante las pocas reuniones de j¨®venes y adolescentes que se pudieron ver en los parques el pasado verano. No le preocupa demasiado c¨®mo se escuchen sus canciones: ¡°hoy en d¨ªa la gente reproduce la m¨²sica donde pilla, y gracias a eso artistas peque?os como yo sobrevivimos.¡±
Pablo Cobo (Chico Blanco) es, de hecho, optimista: ¡°Existen muchos intervalos de calidad. Antes solo hab¨ªa equipos anal¨®gicos que ten¨ªan limites. Ahora puedes fusionar lo mejor de esos equipos con sistemas digitales¡ Tambi¨¦n te puedes grabar con un micro USB y subirlo a internet¡ hay m¨¢s escalas que antes. Adem¨¢s, much¨ªsima m¨²sica lofi est¨¢ muy bien justo por sonar con poca definici¨®n. Tambi¨¦n los mejores productores buscan samples antiguos que a?aden textura a su sonido aunque sea menos n¨ªtido y consiguen con otros elementos que suene que flipas.¡±
¡°Lo escuchan cuatro gatos¡±
Javi Betacam cree que todas estas novedades tecnol¨®gicas y nuevos modos de escucha empiezan a notarse en las composiciones: ¡°Cantidad de ¨¦xitos contempor¨¢neos consisten, b¨¢sicamente, en una voz en primer plano, unos beats m¨¢s o menos marcados y casi nada entre medias, apenas un colchoncito que da el tono. Esta combinaci¨®n funciona a las mil maravillas en el altavoz de un m¨®vil o un ordenador port¨¢til.¡± Tambi¨¦n supone que, si algunas canciones que terminaron por viralizarse no suenan del todo bien, es porque sus autores prescindieron de la masterizaci¨®n pensando que no merec¨ªa la pena para temas que ¡°iban a ir para YouTube o para un Soundcloud, que oyen cuatro gatos¡±.
As¨ª que, entonces, quiz¨¢ tan solo asistimos al cl¨¢sico proceso de adaptaci¨®n y encaje de la pr¨¢ctica art¨ªstica dentro de los l¨ªmites de la tecnolog¨ªa (y del presupuesto de cada m¨²sico) y puede que las cosas no vayan tan mal como pregona frecuentemente el viejo Neil. Rosa Pacheco, t¨¦cnica en la Sala Apolo de Barcelona ¨Cjunto a Dj Phosky¨C empieza a zanjar la cuesti¨®n: ¡°Las plataformas son lo que son, quieres m¨²sica al instante, la tienes; pero siempre puedes buscar formatos m¨¢s caros y acceder a algo mejor.¡±
Al fin y al cabo, ?es tan importante la calidad con la que nos llega una canci¨®n? ¡°Si para ti la m¨²sica es un hilo musical que pones de fondo en casa, en el coche o el trabajo, pues da un poco igual¡±, opina Betacam; ¡°pero si vives la m¨²sica como algo que te define, querr¨¢s lo mejor que puedas permitirte y sabr¨¢s distinguir algo bueno de algo no tan bueno.¡± Por su lado, Antonio Ill¨¢n, como profesional del sector, le da importancia a la calidad del sonido, pero cree que es muy dif¨ªcil que arruine una canci¨®n: ¡°Todo se puede mejorar, pero cuando la canci¨®n es buena funcionar¨¢ igualmente.¡±
Rosa Pacheco recuerda haber trabajado como t¨¦cnica en conciertos con un sonido decepcionante en los que ¡°por el motivo que fuera no hab¨ªa mucho que hacer¡±, y tambi¨¦n se ha desesperado como pinchadiscos cuando ha tenido que descargar piezas de las que pensaba ¡°no, no puede ser, con lo buena que es y lo mal que suena¡±, o ha pinchado ¡°sudando tinta de calamar por no tener monitores de escucha¡±; y cree que ¡°el mejor sonido, si se escucha con claridad y bien equilibrado, es el del directo que est¨¢ sucediendo ah¨ª mismo¡±.
Guille Mostaza, eso s¨ª, recuerda que ¡°el MP3 es el peor formato para escuchar m¨²sica. Hasta un ced¨¦ suena mil veces mejor¡±. As¨ª que la preocupaci¨®n estar¨ªa justificada, pero Chico Blanco, el m¨¢s joven de los consultados, aunque tiene claro que ¡°con m¨¢s calidad se disfruta m¨¢s¡±, insiste en que lo m¨¢s importante es precisamente eso: disfrutar.
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