El Kanka: ¡°Estar solo con gente que piensa como t¨² es una catetada¡±
El cantautor anuncia que se toma un descanso en 2022, a?o en el que tambi¨¦n dejar¨¢ las redes sociales. ¡°Es una respuesta al exceso de trabajo de la ¨²ltima d¨¦cada¡±, dice el m¨²sico, que aprovechar¨¢ para grabar nuevo disco durante la pr¨®xima primavera, pero que no lo presentar¨¢ hasta 2023
Juan G¨®mez (M¨¢laga, 39 a?os) suele recibir a sus amigos con cerveza mientras se aplica en los fogones. Lo mismo un gazpachuelo que un risotto o una porra antequerana, siguiendo una receta familiar. Recibe a ICON en su cocina, pero embutido en una bata de S¨²per Mario y desde el otro lado de la pantalla del ordenador. Durante una hora repasa sus inicios en la teter¨ªa El Har¨¦n en su M¨¢laga natal, habla de su paso por Operaci¨®n Triunfo, de c¨®mics o de sus viajes. Pero esta videollamada tiene algo de especial, porque este malague?o a quien todos conocen como El Kanka se ha propuesto evaporarse de la vida p¨²blica durante un a?o. En 2022 no dar¨¢ conciertos y, al menos hasta despu¨¦s del verano, tampoco entrevistas ni publicar¨¢ en redes sociales. ¡°Ni un me gusta en Instagram, nada¡±, asegura. ¡°Esta desaparici¨®n es una respuesta al exceso de presencia y trabajo durante una d¨¦cada. Llevo 10 a?os de gira y toca una desconexi¨®n real¡±, dice el artista, que el pasado s¨¢bado dio un concierto en el auditorio V¨ªctor Villegas de Murcia que retransmiti¨® por su canal de YouTube. Es el ¨²ltimo en mucho tiempo. ¡°No le tengo miedo al silencio¡±, subraya.
Sin discogr¨¢fica y sin sonar en la radio, El Kanka sali¨® de M¨¢laga sin muchas expectativas y ahora no se cree lo que ha conseguido. Ha pasado de cancelar alg¨²n concierto por la total ausencia de p¨²blico a cantar ante 60.000 personas en la plaza Sim¨®n Bol¨ªvar de Bogot¨¢. Vive en el underground y, a la vez, llena el Wizink Center de Madrid. Dice que busca la felicidad pero no acaba de encontrarla del todo y que carece de sentido de la orientaci¨®n. No le gusta el f¨²tbol y se define como ¡°un neur¨®tico de libro, con muchos miedos y un car¨¢cter propenso a la alegr¨ªa¡±. R¨ªe con frecuencia y, a veces, se pone serio para reflexionar. M¨¢s cuando habla de los pr¨®ximos meses. Comienza su nueva etapa haciendo lo que, quiz¨¢, cualquiera deber¨ªa tener derecho a hacer alguna vez en la vida: disfrutar de un a?o sab¨¢tico. O lo que es casi lo mismo: ser otro durante un a?o.
¡°Va a ser rar¨ªsimo. Ni me he planteado lo que voy a hacer, har¨¦ lo que me fluya. Voy a tener hasta vacaciones en verano, pero igual me quedo en casa. Estoy cansad¨ªsimo de viajar¡±, cuenta quien desde que empez¨® la pandemia ha dado ya casi un centenar de conciertos. A ellos se suman los 50 de 2019 ¨Cincluyendo 16 durante 16 d¨ªas seguidos en 16 ciudades diferentes de Latinoam¨¦rica¨C y los 90 de 2018. Los mismos de 2017. ¡°Siempre he sido ambicioso. No a nivel econ¨®mico, pero s¨ª con la idea de que el proyecto funcione cada vez mejor. Empec¨¦ durmiendo en sof¨¢s de los colegas, viajando en autob¨²s y haci¨¦ndolo yo todo. Ahora somos un equipo de 13 personas, vamos en furgoneta y dormimos en hoteles. No son lujos, pero para conseguirlo no hemos parado de trabajar. Es un perfil muy alto que espero cambiar cuando vuelva¡±, afirma el otro Juan G¨®mez de M¨¢laga, hom¨®nimo de aquel gran jugador del Real Madrid, Juanito.
Como todo en su carrera, El Kanka har¨¢ este par¨®n de una manera peculiar. No va a dejar de componer y entre marzo y mayo de 2022 grabar¨¢ un nuevo disco con 12 canciones. Las elegir¨¢ entre la treintena que ya tiene sobre la mesa. Planea que se pueda escuchar alg¨²n adelanto el pr¨®ximo oto?o, cuando empiece a asomar la patita de su reclusi¨®n, cerca de su 40 cumplea?os. La publicaci¨®n del ¨¢lbum no llegar¨¢ hasta 2023. Entonces volver¨¢ a los escenarios. ¡°Tampoco est¨¢ mal que nos echen de menos un poquito¡±, dice quien durante el confinamiento subi¨® a sus redes una canci¨®n diaria. Hubo revisiones de temas propios, versiones o colaboraciones con Mikel Izal y Carmen Boza hasta llegar a 50 temas. ¡°Ha sido mucha exposici¨®n y me apetece parar. Echar¨¦ de menos tocar, pero no me va a dar una depresi¨®n. Estoy deseando ver qu¨¦ pasa, c¨®mo me siento. Pensar¨¦ la m¨²sica desde otro sitio¡±, explica.
El Kanka se considera un privilegiado. Primero, porque muchas partes de su trabajo le encantan, como componer (¡°sigo haci¨¦ndolo pensando m¨¢s en si le gustar¨¢ a mi hermana o mi chica que si entrar¨¢ en un disco¡±) o cantar ante el p¨²blico. Segundo, porque su proyecto funciona y la acumulaci¨®n de conciertos le han permitido ahorros para su excedencia de un a?o. ¡°Es algo que hace falta en cualquier tipo de trabajo. Estoy leyendo el c¨®mic No siento nada (Liv Str?mquist) y, adem¨¢s de hablar de las relaciones, hay un momento en el que se cuenta que los explotadores ahora somos nosotros mismos. El sistema ha conseguido que no hagan falta jefes con l¨¢tigo, sino que nos exijamos nosotros mismos grandes metas y nos sintamos fracasados si no las cumplimos. Es una nueva esclavitud y yo me siento identificado como aut¨®nomo que soy¡±, relata. ¡°Mi padre siempre dec¨ªa que el trabajo era una mierda. Y que la prueba de ello es que te pagan por trabajar cuando, normalmente, para hacer cosas chulas eres t¨² quien paga por ellas¡±, a?ade quien recuerda a su progenitor como un sabio ¡°que dejaba muchas perlitas¡± y al que dedic¨® una canci¨®n, Zambra para mi padre, que cant¨® en su funeral.
La zambra tiene ra¨ªces andaluzas. La variedad musical de sus discos es una de sus se?as de identidad. Es parte de la influencia de su infancia malague?a, que se refleja en temas con dejes flamencos, rumbas y comparsas, ritmos latinos y hasta una nana. El artista tiene la mente abierta incluso para la pol¨ªtica. Se considera de izquierdas, pero evita lanzar dogmas. ¡°Estoy informado y no me considero gilipollas, pero no lo s¨¦ todo ni tengo la posesi¨®n de la verdad¡±. El m¨²sico cree que hay tomarse m¨¢s cervezas con personas de derechas porque ¡°as¨ª nos entender¨ªamos todos m¨¢s¡±. ¡°Estar solo con gente que piensa como t¨² es una catetada¡±.
El cantautor recuerda que lleg¨® a Madrid en 2007 sin m¨¢s expectativas que dedicarse a la m¨²sica. Mientras lo intentaba, se ganaba la vida dando clases de guitarra. Y apurando al m¨¢ximo los 500 euros de su beca S¨¦neca para continuar sus estudios de Filosof¨ªa (que dej¨®, como antes Econ¨®micas). ¡°Aqu¨ª descubr¨ª el underground, gente que tocaba en peque?os garitos. No eran conocidos, pero ten¨ªan un trabajo como un fontanero o un profesor. Yo quer¨ªa ser uno de ellos¡±. Lo que no se imaginaba es lo que vendr¨ªa despu¨¦s. Desde tocar en el Vi?a Rock hasta llenar salas como Joy Eslava, La Riviera o el Wizink Center. ¡°La llegada a mi vida de mi amiga Mar¨ªa Pellicer fue clave. Es la valiente de los dos. Mi m¨¦rito estar¨¢ en las canciones y el show, pero sin ella pinch¨¢ndome, no estar¨ªa aqu¨ª¡±, asegura. ¡°Hazme caso, kankilla¡±, le dice Pellicer cada vez que quiere convencerlo.
Y lo consigue. Como cuando le insisti¨® en no descartar el que se ha convertido en uno de sus mayores ¨¦xitos, S¨ª que puedes, del disco El arte de saltar (2018), cuyo videoclip estren¨® en EL PA?S. O como el d¨ªa que le llamaron para participar en Operaci¨®n Triunfo. ¡°No es mi perfil ni jam¨¢s me presentar¨ªa al casting. Pero tiene todos mis respetos¡±, dice el cantautor, que durante la edici¨®n de 2017 son¨® mucho en la academia porque Amaia le tarareaba constantemente o tocaba sus canciones para librarse de los nervios. ?l la conoc¨ªa de un concierto en Pamplona ¡ªcomo a Ana Guerra de otro en Tenerife¡ª y, aunque le dio pereza, acept¨®: ¡°Mar¨ªa me dijo que si un programa as¨ª se abr¨ªa a algo m¨¢s alternativo como lo m¨ªo, hab¨ªa que ser caballeroso e ir¡±. All¨¢ que fue, con total libertad para cantar y contar lo que le diera la gana. Habl¨® del postureo y la fama, y de su propia carrera. Esa que empez¨® en los inicios del siglo XXI, actuando por primera vez junto al m¨²sico Jes¨²s S¨¢nchez en la teter¨ªa El Har¨¦n, en M¨¢laga. Un espacio en el que tambi¨¦n se iniciaron Dani Rovira, Pablo Albor¨¢n o Vanesa Mart¨ªn, y que acaba de anunciar su cierre.
En aquel escenario se quit¨® los nervios, prob¨® sus primeros temas entre versiones de Tabletom o Extremoduro y se divirti¨® cantando mientras sonaba de fondo la batidora de la cocina. Una vez invit¨® al p¨²blico a ir en pijama y ¨¦l apareci¨® igual, pantuflas incluidas. Entonces su grupo se llamaba Doctor Desastre ¡ªcomo su nick en Messenger¡ª y llegaron a ganar el concurso de M¨¢lagaCrea Rock. Su marcha a Madrid ¡ªpor amor, pero tambi¨¦n por buscarse hueco en la m¨²sica¡ª le hizo cambiarse el nombre a El Kanka ¡ªsu apellido¡ª y se llev¨® varios premios como cantautor. En 2008 conquist¨® el certamen Cantigas de Mayo, en Ceut¨ª (Murcia), y en 2013 sac¨® su primer disco, Lo mal que estoy y lo poco que me quejo, que tomaba el nombre de una canci¨®n inspirada en su pareja de entonces. Desde entonces ha sacado otros tres discos y ha colaborado con artistas y bandas como La Pegatina, Rozal¨¦n, Macaco, Zenet o Jorge Drexler, al que escribi¨® por WhatsApp con una d¨¦cima ¡ªdiez versos octos¨ªlabos¡ª para invitarle a cantar el tema Por tu olor. El uruguayo acept¨®. Lo bord¨®.
El Kanka tiene desde hoy la agenda vac¨ªa para llenarla con eso que tanto le gusta: cocinar un arroz a sus amigos, ejercer de anfitri¨®n. ¡°Nos encanta tener gente en casa, mucho m¨¢s que ir a la de otros¡±, se?ala. Vive cerca del mercado de San Ant¨®n (Chueca), donde compra ingredientes con los que cocina, preferiblemente, una receta a la que nunca se haya enfrentado. Es de esas personas que disfruta m¨¢s en los fogones que comiendo. Y ah¨ª se notan tambi¨¦n sus ra¨ªces sure?as. M¨¢s all¨¢ del gazpachuelo, la porra antequerana o el potaje gitano, disfruta con los camperos en el restaurante Camperos Malague?os, frente a la sala Galileo Galilei. Eso s¨ª, echa en falta el pitufo mixto para desayunar, que no perdona cuando baja a M¨¢laga. Tiempo tendr¨¢ para dejarse caer en este 2022 sab¨¢tico, en el que, quiz¨¢, nos reciba ¡ªesta vez s¨ª¡ª con un arroz cuando vuelva a la vida p¨²blica. Hasta entonces, buen provecho.
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