Mikel Erentxun: ¡°Disfrut¨¦ aquel mundo de sexo, drogas y rock. Alucino con que no se me fuera la cabeza¡±
El l¨ªder de Duncan Dhu celebra 35 a?os de carrera recordando la gloria juvenil, el exceso de los ochenta, el confinamiento y el problema en el coraz¨®n que le cambi¨® la vida.
En el a?o 2013, Mikel Erentxun (Caracas, 1965) sufri¨® un problema en el coraz¨®n. No era grave, pero ¨¦l pens¨® que iba a morir. Reconoce que suena a t¨®pico, pero aquello le cambi¨® la vida. En la UCI, intubado, se hizo varias promesas a s¨ª mismo si sal¨ªa de aquella. Lo consigui¨® y ha cumplido algunas de las que se pueden contar: ir a casa de Elvis, viajar a Jap¨®n, pasar m¨¢s tiempo con sus hijos, mejorar como persona. Dej¨® su mala vida en la mesa de operaciones. Mantiene una dieta saludable ¡°infinitamente m¨¢s limpia¡±, corre con frecuencia y practica meditaci¨®n. No prueba las drogas ni el tabaco (¡°nunca fum¨¦¡±).
Este mi¨¦rcoles nos lo cont¨® en M¨¢laga con los ojos escondidos tras unas rayban, viste vaqueros, camiseta y zapatillas oscuras. Tambi¨¦n sombrero, porque, como dice Coque Malla, ¡°Mikel luce los mejores sombreros del pop espa?ol¡±. Dicharachero, feliz, animado, confiesa que est¨¢ escribiendo las mejores canciones de su vida. ¡°Creativamente hablando soy mucho m¨¢s completo que antes¡±. No se cansa de furgonetas, carreteras, noches fuera de casa o entrevistas.
¡°Cuando me preguntaban en el colegio qu¨¦ quer¨ªa ser de mayor, siempre respond¨ªa que arquitecto. La m¨²sica estaba ah¨ª, pero nunca la vi como un oficio¡±. Ten¨ªa varios grupos y uno de ellos explot¨® muy por encima de sus expectativas. ¡°Duncan Dhu naci¨® en la Escuela de Arquitectura¡±, recuerda Erentxun. All¨ª hab¨ªa conocido a Diego Vasallo, que dej¨® la carrera en primero. ?l continu¨®. No fue f¨¢cil, le dur¨® casi lo mismo que su m¨ªtico grupo. Con mucho orgullo y la recomendaci¨®n de su madre, termin¨® licenci¨¢ndose 12 a?os despu¨¦s. Su t¨ªtulo brilla en la pared de su estudio junto a varios discos de oro.
Erentxun sonr¨ªe por estar vivo. ¡°Es que pensaba que me iba a morir. Yo soy muy hipocondr¨ªaco, soy Woody Allen. Llegu¨¦ al hospital porque me dol¨ªa el pecho al correr y acab¨¦ tres d¨ªas en la UCI y dos semanas hospitalizado. El susto de mi vida, cambi¨® todo¡±, afirma. Ahora disfruta igual de una tarde de sof¨¢ y televisi¨®n con sus tres hijos (tiene otros dos de su matrimonio anterior, ¡°parezco Julio Iglesias¡±, lleg¨® a decir en Diez Minutos) que en un viaje de mil kil¨®metros en furgoneta hasta Antequera.
La sanidad p¨²blica vasca incluy¨® en su rehabilitaci¨®n visitas al psic¨®logo, varias sesiones de entrenamiento semanal para aprender a respirar y meditaci¨®n. Le recomendaron parar cinco minutos al d¨ªa para escucharse. Antes de cada comida, su familia se detiene tambi¨¦n un minuto. Se miran, sonr¨ªen, congelan el tiempo. ¡°Es muy importante¡±, remacha.
Desde el punto de vista del arquitecto que lleva dentro, opina que el espacio en el que va a tocar no tiene mucho valor. ¡°Pero el entorno es maravilloso¡±, destaca mientras el sol va cayendo, las olas del Mediterr¨¢neo intentan salirse del mar y, sin gaviotas ni ballenas a la vista, las j¨¢begas flotan en el horizonte. ¡°El coronavirus ha tra¨ªdo mucho dolor, pero hay alguna cosa buena. Se hacen conciertos ac¨²sticos en enclaves incre¨ªbles. Estoy tocando en sitios acojonantes. Eso no se hac¨ªa antes. Es todo muy ¨ªntimo y hay poco rock and roll, pero tiene mucho rollo¡±, subraya quien toc¨® frente a m¨¢s de cien mil personas en la plaza Sony de la Expo de Sevilla en 1992. Asegura que el rock and roll es una actitud y que a pesar de tocar solo con su guitarra no se siente Paco Ib¨¢?ez. Tiene, eso s¨ª, ganas de reunir a su banda ¨Clo har¨¢ a finales de octubre¨C para volver, si le dejan, a los grandes conciertos. ¡°El otro d¨ªa toqu¨¦ en la plaza de toros de Aranjuez ante 600 personas sentadas y con mascarilla. Cada vez que alguien se ven¨ªa arriba y bailaba, ten¨ªa que decir que por favor se sentaran. Es lo m¨¢s lejano a un concierto de rock¡±, a?ade.
Erentxun no reh¨²ye recordar la d¨¦cada de los ochenta: ¡°Viv¨ª aquello y estoy encantado¡±. Dice que hoy parece una caricatura, pero que entonces llegar con 19 a?os a Madrid desde San Sebasti¨¢n era hacerlo a la modernidad elevada al cubo. ¡°La primera vez que paseamos por Malasa?a vimos a Alaska o Gabinete Caligari. Estaba Almod¨®var, el cine se mezclaba con la pintura, la arquitectura o la m¨²sica. Muchas artes remaban en la misma direcci¨®n¡±, afirma. ¡°Los ochenta fueron muy locos, pero tambi¨¦n mucha gente se qued¨® en el camino. El cantante de Los Secretos ¨CEnrique Urquijo¨C sin ir m¨¢s lejos¡±, apunta Erentxun. La hero¨ªna se expandi¨® por Madrid, igual que en Euskadi hab¨ªa ¡°mucho tripi y speed¡±.
¡°Vivir en San Sebasti¨¢n nos vino muy bien¡±, a?ade el cantante. Estudiar, tambi¨¦n. Cada fin de semana tocaba ante miles de fans, su escenario se llenaba de sujetadores. Con 20 a?os ten¨ªa chicas, drogas, dinero. De lunes a viernes, en cambio, cog¨ªa la carpeta para acudir a la escuela de arquitectura. ¡°Ahora alucino con que no se me fuera la cabeza en los ochenta. Los estudios y que mis padres fuesen muy estrictos, ayudaron, aunque la verdad es que siempre estuvo todo muy controlado¡±. ¡°Disfrut¨¦ un huevo aquel mundo de sexo, drogas y rock and roll a la espa?ola. Estuvo muy bien mientras dur¨®. Ahora¡ solo queda el rock and roll¡±, se?ala. De aquellos cien conciertos al a?o ha pasado a la treintena: ¡°No podr¨ªa viajar tanto, echar¨ªa mucho de menos a mis hijos¡±. Adem¨¢s de a la familia, su tiempo libre lo dedica a leer libros. En su mesilla de noche tiene ahora Bull Mountain, de Brian Panowich, que le tiene enganchado. Desde el confinamiento, tambi¨¦n las series. ¡°Me di de alta en Netflix, HBO, todo. Hay muchas cosas que me han gustado¡±. Ah¨ª entran Juego de Tronos, Chernobyl o las ocho temporadas de Blacklist. M¨¢s recientemente, Gambito de Dama, The Mandalorian. ¡°Y de Ozark estoy esperando ya la cuarta temporada, es apasionante¡±, recomienda.
El tiempo de encierro signific¨® para el m¨²sico un ¡°descanso total¡± que le sirvi¨® para conocer mejor a su familia, hacer cosas juntos que antes no hac¨ªan. ¡°Me vino muy bien. No hab¨ªa parado desde el 85. Ha tenido que ser de manera obligatoria y sin cargo de conciencia, sin tener que tomar yo la decisi¨®n. Y eso est¨¢ muy bien¡±, asegura. Al contrario que a muchos otros artistas, el confinamiento no le inspir¨®. Baj¨® alguna vez al estudio, pero no escribi¨® ni una canci¨®n. No hay huella de esa etapa en Amigos de Guardia, disco con el que celebra en 2021 sus 36 a?os de carrera musical. Se publicar¨¢ en septiembre, aunque fue grabado en junio de 2020. La pandemia ha ido retrasando la salida a la luz de un trabajo que re¨²ne 20 canciones y 24 colaboraciones.
La idea de celebrar 35 a?os de carrera naci¨® como un gran concierto, la pandemia oblig¨® a repensarlo como uno peque?o y, finalmente, a convertirlo en disco un a?o m¨¢s tarde de la cuenta. ¡°Hice una lista de diez o doce personas pensando que la mayor¨ªa no querr¨ªan o no podr¨ªan y se quedar¨ªa en tres o cuatro invitados. Al final dijeron todos que s¨ª y otros me fueron llamando porque quer¨ªan estar. Ten¨ªamos 20 invitados y 20 canciones, pero luego se sumaron m¨¢s. Son muchos amigos, es una maravilla¡±, afirma Erentxun. Ya han salido cinco adelantos -en los que canta junto a Diego Vasallo, Amaia Romero, Anni B. Sweet, Coque Malla e Iv¨¢n Ferreiro- y a¨²n quedan otros tres durante el verano. La grabaci¨®n fue compleja porque en el estudio no pod¨ªa haber m¨¢s de seis personas y viajar a Madrid no era f¨¢cil. Algunos de los participantes, de hecho, no pudieron hacerlo. Santi Balmes cant¨® en Barcelona, Enrique Bunbury en Los ?ngeles y Andr¨¦s Calamaro en Buenos Aires.
La producci¨®n la firma Ricky Falkner, una de las grandes novedades tras tres discos con Paco Loco. ¡°He grabado 27 discos en mi carrera, pero si alguien no conociera mi m¨²sica, le dar¨ªa esos tres: son los mejores¡±, subraya el donostiarra, que se considera fan de muchos de los compa?eros que participan en Amigos de guardia. Habla del nuevo EP de ?ngel Stanich, del pr¨®ximo trabajo de Quique Gonz¨¢lez, de los ¨²ltimos discos de Sidonie y Maika Makovski. Cree que la forma de dar a conocer la m¨²sica ha ¡°ido a peor¡± en sus 36 a?os de carrera musical. Reconoce que a C. Tangana le va muy bien con la nueva forma de presentar su trabajo porque ¨¦l y sus fans han nacido en un tiempo donde el consumo musical es diferente. ¡°Mi p¨²blico tiene mi edad o poco menos, es m¨¢s de ir a la tienda de discos. A m¨ª me quedan lejos estos m¨¦todos actuales, incluso las redes sociales. Est¨¢n bien como herramienta, pero vivir¨ªa sin ellas¡±, destaca. Deja caer que Instagram -donde tiene casi 40.000 seguidores- le atrae un poco porque ¡°tiene un punto m¨¢s art¨ªstico¡±.
Amigos de Guardia saldr¨¢ en vinilo y a punto ha estado de hacerlo en cintas de cassette. ¡°Lo intent¨¦, pero no ha podido ser. Hace poco ense?¨¦ a mis hijos lo que eran y fliparon. Ellos saben lo que es un tocadiscos de milagro. Al menos eso s¨ª ha vuelto, con puertos USB, pero se pueden escuchar vinilos. Eso s¨ª, la mayor¨ªa de los que vendo jam¨¢s se sacan del pl¨¢stico, quiz¨¢s se compran m¨¢s por el objeto en s¨ª¡±, afirma Erentxun. Se queja de que hoy se escuche la m¨²sica desde el tel¨¦fono de m¨®vil, ¡°que es una mierda, porque suena mal¡±. ¡°Es mucho tiempo, trabajo, dedicaci¨®n y dinero para que las cosas suenen bien y la gente lo escucha ah¨ª, con esos altavoces chungos. Es lo que hay¡±, sentencia cuando le piden que se vaya preparando para el photocall.
Aprovecha el momento para llamar a su mujer y su hija, para saludar a los amigos, quitarse el sombrero, atusarse el pelo y volver a pon¨¦rselo. Se confiesa enamorado de las playas de C¨¢diz y quiere conocer las de Huelva, m¨¢s salvajes. ¡°Es como M¨¢laga, pero sin gente y sin torre¡±, dice se?alando al puerto. Mira de reojo el escenario con cuatro guitarras de Los Secretos ya preparadas, el p¨²blico ubic¨¢ndose. Su turno llegar¨¢ el domingo y el lunes repetir¨¢. Tocar¨¢ para un centenar de personas. Antes pasar¨¢, hoy s¨¢bado, por festival el Mare Nostrum en Fuengirola, junto a M-Clan. Tiene ganas de subirse ya a cantar. ¡°Con 20 a?os pensaba que con 40 ya no har¨ªa rock and roll y que montar¨ªa mi estudio de arquitectura para dedicarme a ello. Cre¨ªa que la m¨²sica ten¨ªa edad, pero gracias a Leonard Cohen, Bob Dylan o Joan Manuel Serrat he entendido que no tiene que ser as¨ª. Ahora me gustar¨ªa morirme en el escenario¡±, asegura. A¨²n le quedan muchas promesas que cumplir.
Puedes seguir ICON en Facebook, Twitter, Instagram,o suscribirte aqu¨ª a la Newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.