Cuando los Oscar premiaron a una mujer por interpretar a un hombre chino
Linda Hunt interpretaba hace 40 a?os el papel de su vida gracias a ¡®El a?o que vivimos peligrosamente¡¯, en un giro dif¨ªcil de imaginar hoy. Su director, el australiano Peter Weir, mantiene que lo volver¨ªa a hacer
La pen¨²ltima pol¨¦mica cinematogr¨¢fica de Hollywood ha llegado de la mano de Javier Bardem y la inconveniencia ¡ªpara algunos¡ª de que siendo espa?ol interprete a Desi Arnaz, un actor de origen cubano, en Ser los Ricardo, la historia de la c¨®mica Lucille Ball y su marido y coprotagonista en la comedia I love Lucy. En una entrevista con The Hollywood Reporter, Bardem ha intentado zanjar el tema. ¡°Soy actor y eso es lo que hago para ganarme la vida: tratar de ser personas que no soy¡±. En esa charla tambi¨¦n se?ala como foco del problema ¡°los acentos¡±, o sea, que esta situaci¨®n solo la provoquen los actores no anglosajones. ¡°?D¨®nde est¨¢ esa conversaci¨®n con personas de habla inglesa haciendo cosas como El ¨²ltimo duelo, cuando se supon¨ªa que eran franceses en la Edad Media?¡±. (El pueblo franc¨¦s, por cierto, todav¨ªa no ha protestado por su representaci¨®n en el cine estadounidense).
En la entrevista, Bardem bromeaba sobre lo fino que se est¨¢ hilando ¨²ltimamente con el tema de la representatividad y los repartos: ¡°?Deber¨ªamos empezar a no permitir que nadie interprete a Hamlet a menos que haya nacido en Dinamarca!¡±. La pol¨¦mica se recuerda especialmente en plena temporada de premios ¡ªel mel¨®n de la diversidad ha llevado a la casi desaparici¨®n de los Globos de Oro¨D, cuando se eval¨²an las grandes apuestas recientes y por venir. Se ha hablado estos d¨ªas tambi¨¦n de los argumentos que llevaron al director israel¨ª Guy Nattiv a seleccionar a Helen Mirren para protagonizar Golda, la biograf¨ªa de la primera ministra de Israel Golda Meir. La elecci¨®n fue censurada hace unas semanas por la actriz jud¨ªa Maureen Lipman, que se?al¨® el error que supon¨ªa que la oscarizada Mirren, no jud¨ªa, interpretase un papel tan definido, ¡°porque el car¨¢cter jud¨ªo del personaje es muy integral¡±. ¡°Mi opini¨®n es que si la raza, el credo o el g¨¦nero del personaje impulsan o definen la representaci¨®n, entonces la etnicidad correcta deber¨ªa ser una prioridad¡±, a?adi¨® la actriz de El pianista en declaraciones recogidas por Variety.
Quedan lejos los tiempos en los que un director ten¨ªa el recurso de saltarse las normas de la correcci¨®n pol¨ªtica y cambiar no solo de raza, sino de sexo al int¨¦rprete sin pesta?ear. Eso fue lo que sucedi¨® en 1982 cuando el australiano Peter Weir, director de El club de los poetas muertos (1989) y El show de Truman (1998), preparaba el rodaje de El a?o que vivimos peligrosamente, una historia de romance y denuncia pol¨ªtica en medio de la insurrecci¨®n contra el presidente indonesio Sukarno.
Asignados los personajes principales a Mel Gibson y Sigourney Weaver, el problema lleg¨® a la hora de encontrar al actor adecuado para interpretar al fot¨®grafo Billy Kwan, carism¨¢tico personaje que serv¨ªa como br¨²jula moral de la historia. Weir hab¨ªa elegido para el papel al bailar¨ªn australiano David Atkins, pero sus roces con Gibson antes del rodaje le hicieron abandonar el proyecto cuando la producci¨®n ya hab¨ªa comenzado. Fue entonces cuando desde el departamento de casting alguien sugiri¨® a Linda Hunt.
¡°Se estaban construyendo escenarios en Manila, y el tiempo apremiaba¡±, record¨® Peter Weir en The New York Times en 2019. ¡°El agente de casting dijo que ten¨ªa un posible Billy Kwan llamado L. Hunt. Luego revel¨® que era una mujer. Est¨¢bamos desesperados, le dimos una oportunidad y fue genial¡±. Hunt, que por entonces ten¨ªa una s¨®lida carrera teatral, pero era una desconocida para el p¨²blico, fue la m¨¢s sorprendida por la decisi¨®n. ¡°No entend¨ªa muy bien para qu¨¦ estaba all¨ª. Habl¨¦ con el director de casting al respecto y simplemente dijo: ¡®Este ser¨ªa un papel que interpretar¨ªas como hombre¡¯. Dije ¡®?Mierda!¡¯ y me re¨ª¡±. declar¨® a The Daily Beast la actriz, que ahora goza de una gran popularidad gracias a su papel en NCIS: Los ?ngeles.
Por supuesto, intent¨® torcer la voluntad del director, pero sin ¨¦xito. ¡°?Podr¨ªas reescribirlo para una mujer?¡±, recuerda Weir que le sugiri¨® Hunt. ¡°Dije que eso cambiar¨ªa toda la historia y hubo un silencio. ¡®?Podr¨ªas interpretar a un hombre?¡¯, le pregunt¨¦. Entonces hubo un silencio m¨¢s largo. ¡®Solo si crees en m¨ª', respondi¨®¡±.
Cuando Hunt iba a hacer la primera prueba de pantalla le pusieron un peluqu¨ªn, un bigote y unas piezas de goma encima de los ojos para que pareciera oriental. La actriz se mir¨® al espejo y dijo: ¡°Vamos a quitarnos toda esta mierda y dejar que lo haga yo¡±. ¡°No intent¨¦ hacerme pasar por un hombre; la pel¨ªcula no trata de eso¡±, revel¨® a New Straits Times en 2016. Pero ten¨ªa que hacer creer al p¨²blico en ella como hombre. Para lograrlo se cort¨® y ti?¨® el pelo y se afeit¨® las cejas. El resultado fue tan convincente que, seg¨²n recuerda, los camareros se dirig¨ªan a ella como ¡°se?or¡± incluso llevando vestido.
Hunt, quien, a pesar de interpretar a un euroasi¨¢tico, es blanca y nacida en New Jersey en 1945, padece enanismo hipofisario (apenas mide un metro cuarenta y cinco) lo que le hizo pasar un infierno en su juventud. ¡°Cuando estaba creciendo, particularmente durante la pubertad, me sent¨ªa muy miserable porque era objeto de las burlas y mezquindad de mis compa?eros adolescentes¡±. Seg¨²n ha confesado, sinti¨® la llamada de la interpretaci¨®n en una representaci¨®n de Peter Pan ¡ªpapel tradicionalmente interpretado por mujeres en teatro¡ª, pero debido al rechazo que provocaba su f¨ªsico entre los productores, se plante¨® dedicarse a la direcci¨®n. ¡°Hasta que llegu¨¦ a Nueva York y fui consciente de la estupidez de la idea. Si es dif¨ªcil entrar en la actuaci¨®n, ?c¨®mo es para una mujer convertirse en directora?¡±, rememoraba en The Daily Beast.
El del El a?o que vivimos peligrosamente fue su primer papel relevante en el cine tras su debut en Popeye, la pel¨ªcula de Robert Altman que se gan¨® cr¨ªticas desastrosas. Por eso en 1982 el talento de Linda Hunt era un secreto para todos los ajenos a Broadway. No volvi¨® a serlo nunca m¨¢s. Los espectadores esperaban a los t¨ªtulos de cr¨¦dito para averiguar qui¨¦n era aquel espl¨¦ndido actor que interpretaba a Billy Kwant y la sorpresa llegaba cuando descubr¨ªan que era una mujer. ¡°Linda Hunt, una actriz de teatro de Nueva York que asume el papel tan plenamente que nunca se nos ocurre que no es un hombre. Esto es lo que es la gran actuaci¨®n, una transformaci¨®n m¨¢gica de una persona en otra¡± escribi¨® el cr¨ªtico del Chicago Sun Times Roger Ebert. Unas palabras que recuerdan a las de Bardem en The Hollywood Reporter.
La interpretaci¨®n de Kwan no es una de las cimas del whitewashing, como cuando un actor blanco interprete un personaje de otra raza ¡ªJohn Wayne como Gengis Kan en El conquistador de Mongolia (1956) o Mickey Rooney dando vida a un chino en Desayuno con diamantes (1961)¡ª. Pero en 2018 hubo quienes avergonzaron a la Academia por mostrar una imagen de Linda Hunt en El a?o que vivimos peligrosamente durante el segmento correspondiente al Oscar a la mejor actriz secundaria precisamente durante una gala m¨¢s combativa que nunca con la representaci¨®n de las minor¨ªas, por ejemplo este art¨ªculo en la concienciada Teen Vogue.
A pesar de ello, unos meses despu¨¦s de aquella gala, Peter Weir se reafirm¨® en su decisi¨®n en The New York Times: ¡°El casting es fundamental y no debe estar influenciado por ninguna tendencia de moda¡±, afirm¨®. D¨ªgaselo a los Globos de Oro.
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