Rob Lowe, el eterno retorno de la estrella que super¨® el estigma de la belleza y el esc¨¢ndalo
El actor destinado a ser un astro de los ochenta vio c¨®mo un controvertido v¨ªdeo lo hund¨ªa a finales de aquella d¨¦cada, pero a la vez le hizo dejar el alcohol y encontrar el amor
En el segundo cap¨ªtulo de 911: Lone Star, Rob Lowe (Charlottesville, 57 a?os) lanza un oda a la Finasterida, el f¨¢rmaco estrella para tratar la p¨¦rdida de cabello. Un discurso extra?o en una estaci¨®n de bomberos, pero que encaja a la perfecci¨®n con el actor que hay tras el personaje. En 2019, Lowe estuvo a un tuit de quedar definitivamente cancelado tras burlarse de la calvicie del heredero al trono brit¨¢nico. ¡°Una de las experiencias m¨¢s traum¨¢ticas de mi vida fue ver c¨®mo el pr¨ªncipe Guillermo se quedaba calvo¡±, declar¨® al diario brit¨¢nico The Telegraph. ¡°?Va a ser el maldito rey de Inglaterra! ?Hay pastillas! Tras el primer indicio de que un solo pelo m¨ªo se iba a caer, ya me estaba metiendo esos productos en vena. Y eso es lo que he estado haciendo durante los ¨²ltimos 30 a?os¡±. El rapapolvo redes no se hizo esperar.
Este diciembre se ver¨¢ a Lowe en otro registro: como protagonista de Wild Bill, la serie brit¨¢nica de seis episodios que grab¨® en 2019 y que AXN estrena en Espa?a el 14. Poco despu¨¦s en enero, llega la tercera temporada 911: Lone Star. La serie, en¨¦sima muestra del buen ojo del actor eligiendo proyectos televisivos, cuenta la historia de Owen Strand, un bombero de Nueva York y h¨¦roe del 11-S que se traslada a Texas con su hijo, abiertamente gay y adicto a los opi¨¢ceos, y su equipo, formado por una mujer musulmana y hombre trans. Casi es innecesario a?adir que es una serie de Ryan Murphy. El nombre del creador de Glee fue esencial para que aceptase participar en 911. Es m¨¢s, todav¨ªa lamenta que sus agentes no le hiciesen llegar en su momento el gui¨®n de Nip/Tuck (2003-2010), la primera serie de Murphy, porque pensaron que era una estrella demasiado grande para el proyecto de un autor entonces desconocido. A principios de siglo, probablemente solo Rob Lowe y su entorno cre¨ªan que era una gran estrella cinematogr¨¢fica. Si alguna vez hubo una posibilidad de que lo fuese, qued¨® dinamitada en 1988.
En el verano de ese a?o, el actor formaba parte del grupo de celebridades que apoyaban a Michael Dukakis durante la convenci¨®n dem¨®crata que se celebraba en Atlanta. Tras una fiesta en casa del magnate de los medios Ted Turner, Lowe se fue a su hotel con dos mujeres a las que acababa de conocer. Intimaron, les pregunt¨® si pod¨ªa poner la c¨¢mara a grabar y aceptaron. ¡°Fue solo una de esas cosas extravagantes, un poco traviesas, un poco salvajes, ya sabes, cosas que la gente hace a veces cuando est¨¢ borracha¡±, resumi¨® ¨¦l a?os despu¨¦s. Mientras ¨¦l estaba en el cuarto de ba?o, las mujeres robaron la cinta y el dinero que hab¨ªa en su cartera y se largaron. Durante meses hubo un runr¨²n en Hollywood sobre lo que hab¨ªa pasado aquella noche, hasta que un a?o despu¨¦s estall¨® el esc¨¢ndalo.
Una de las mujeres, Jan Parsons, ten¨ªa entonces 16 a?os, algo que Lowe ignoraba ya que se hab¨ªan conocido en un bar, lo que en Estados Unidos implica mostrar una identificaci¨®n. ¡°De ninguna manera hubiera pensado que alguien en el club ser¨ªa menor de edad¡±, declar¨®. Parsons ten¨ªa la edad legal para mantener relaciones sexuales, pero no para ser grabada. Su madre lanz¨® toda su artiller¨ªa contra Lowe, al que acus¨® de ¡°usar su estatus de celebridad como incentivo para que las mujeres se involucraran en relaciones sexuales con el fin de hacer pel¨ªculas pornogr¨¢ficas de estas actividades¡±. El caso se resolvi¨® fuera de los tribunales por una cantidad no desvelada.
La peor parte lleg¨® cuando el v¨ªdeo se filtr¨® a la prensa. Adem¨¢s de las im¨¢genes grabadas aquella noche, en la cinta hab¨ªa otra grabaci¨®n anterior en la que se ve¨ªa a Rob y su amigo Justin Moritt junto a una mujer en un hotel de Par¨ªs. Esas fueron las im¨¢genes que cubrieron las portadas de medio mundo. En Espa?a el pene erecto de Rob Lowe pudo verse en el extinto Nuevo Vale por 60 pesetas. El rey del porno Al Goldstein, famoso porque su revista Screw hab¨ªa publicado fotos de Jackie Kennedy desnuda, emiti¨® una parte en su programa y tras comercializarlo lo convirti¨® en el primer v¨ªdeo sexual de una celebridad que pod¨ªa adquirirse legalmente. ¡°A veces, ser un pionero est¨¢ sobrevalorado¡±, brome¨® Lowe a?os despu¨¦s con Oprah Winfrey.
La inocencia de Lowe era irrelevante. Para la prensa, fue la mejor noticia del a?o. No tard¨® en descubrir que no era la justicia quien dictaba la inocencia o culpabilidad. La revista Teen, cuya portada iba a protagonizar, lo sustituy¨® en el ¨²ltimo momento por River Phoenix. Y los que antes se peleaban por estar a su lado desaparecieron. ¡°Solo dos personas me llamaron despu¨¦s del v¨ªdeo. Jodie Foster y Don Simpson ¡ªel productor de ¨¦xitos como Flashdance y Top Gun¡ª. Ah, y Hugh Hefner una vez me dijo: ¡®Ten¨ªas que hacerlo. La tecnolog¨ªa est¨¢ para algo¡±.
Todo Hollywood se preguntaba si aquello da?ar¨ªa su carrera. O no todo. ¡°?Qu¨¦ tipo de carrera tiene realmente para da?ar?¡±, inquiri¨® an¨®nimamente un ejecutivo publicitario de Hollywood. ¡°No es una estrella importante. Creo que el hecho de que est¨¦ recibiendo esta atenci¨®n har¨¢ que la gente lo conozca mejor. Si hubiera sido una pel¨ªcula gay, ese s¨ª habr¨ªa sido el final de su carrera¡±. Aunque ese ejecutivo que hablaba en Los Angeles Times no lo considerase una estrella de primera l¨ªnea, Hollywood s¨ª lo ve¨ªa as¨ª.
Un par de meses antes de la convenci¨®n dem¨®crata, Lowe hab¨ªa encabezado el aterrizaje de rostros j¨®venes en la Academia. Harta de que se la considerase un cementerio de hombres blancos, quiso rejuvenecerse y mont¨® un espect¨¢culo con futuras estrellas ¨Do las que, inconcebiblemente cre¨ªan en 1989 que iban a ser estrellas¨D como Patrick Dempsey, Corey Feldman o Blair Underwood. Lowe interpretaba a pr¨ªncipe de una Blancanieves de voz chillona fue demasiado largo y demasiado cursi y se convirti¨® en la comidilla de una gala en que la legendaria Cyd Charisse bail¨® un tango, porque en aquella gala tambi¨¦n pasaron cosas positivas, incluso para Lowe. ¡°Lucille Ball me dijo que no sab¨ªa que era tan buen cantante, me hizo sentarme a su lado, tom¨® mi mano y vimos juntos la gala. Ese termin¨® siendo mi recuerdo favorito de todos los tiempos. A mucha gente no le gust¨®, pero a Lucille s¨ª.¡±
El ni?o que quiso ser Oliver Twist y acab¨® en rebelde
Lowe hab¨ªa llegado a aquel escenario tras enamorarse de la actuaci¨®n viendo el musical Oliver! cuando era un ni?o. A los ocho a?os se subi¨® por primera vez al escenario y ya no se volver¨ªa a bajar. En Malib¨², donde se traslad¨® tras el divorcio de sus padres con su madre y su hermano, el tambi¨¦n actor Chad Lowe, pasaba las tardes en casa de Martin Sheen y sus hijos Charlie Sheen y Emilio Est¨¦vez, escuchando historias sobre Apocalipsis Now y grabando pel¨ªculas en Super8 con Chris Penn, hermano de Sean, y Johnny Depp.
Su gran oportunidad le lleg¨® a los 19 a?os cuando Francis Ford Coppola lo seleccion¨® para participar en el hito cultural ochentero Rebeldes (1983), la adaptaci¨®n del best seller juvenil de Susan E. Hinton que reuni¨® a las estrellas adolescentes del momento: el futuro Karate Kid Ralph Macchio, C. Thomas Howell, Emilio Est¨¦vez, Matt Dillon, Patrick Swayze y Tom Cruise. Tras aquel rodaje se empez¨® a formar el germen de lo que The New York Magazine llam¨® brat pack, o sea, atajo de mocosos, inspir¨¢ndose en el rat pack, el atajo de ratas de Sinatra y Dean Martin. Si aquellos hab¨ªan tenido ¡°la voz¡±, los nuevos mocosos ten¨ªan al ¡°rostro m¨¢s bello¡±. Ese era Rob Lowe.
Las revistas para adolescentes se encandilaron de aquellos ojos azules y mand¨ªbula cincelada y le prestaron la atenci¨®n que la cr¨ªtica le negaba. Junto a sus compa?eros de generaci¨®n protagoniz¨® cl¨¢sicos adolescentes como St Elmo, punto de encuentro (1985) o ?Qu¨¦ pas¨® anoche? (1986). La primera le hizo ganar el Razzie al peor actor secundario, pero tambi¨¦n empapelar las carpetas de medio mundo. Era el rey indiscutible del cine juvenil. Hasta aquella noche.
Una desgracia y una bendici¨®n
A?os despu¨¦s reconoci¨® que aquel esc¨¢ndalo hab¨ªa sido una bendici¨®n, porque en aquel momento hab¨ªa tocado fondo. Llevaba bebiendo desde que a los cinco a?os su padre le hab¨ªa dado su primera cerveza. ¡°Termin¨® siendo lo m¨¢s grande que me ha pasado porque aceler¨® mi adicci¨®n al alcohol hasta que finalmente consegu¨ª estar sobrio¡±. Dej¨® el alcohol, las drogas y los devaneos. El hombre que hab¨ªa estado vinculado sentimentalmente con Melissa Gilbert, la Laura Ingalls de La casa de la pradera, y la princesa Estefan¨ªa de M¨®naco, se enamor¨® en 1991 de la maquilladora Sheryl Berkoff, exnovia de su mejor amigo, Emilio Est¨¦vez, y permanecen juntos desde entonces.
Puede que encontrar el amor fuese lo ¨²nico positivo de una d¨¦cada que para ¨¦l fue un erial art¨ªsticamente. Su nombre solo aparec¨ªa en noticias relacionadas con su escandaloso v¨ªdeo o en situaciones tan absurdas como tener que desmentir que aquel tal Michael Lowe que se paseaba por los plat¨®s de Telecinco intentando sacar tajada fuese su hermano. En los noventa tan solo su cameo en la comedia Wayne¡¯s World (1992) hizo avanzar su carrera. El p¨²blico descubri¨® que Lowe segu¨ªa siendo el m¨¢s guapo, pero adem¨¢s era divertido.
La siguiente d¨¦cada fue la de su consolidaci¨®n televisiva. Ya no era la estrella que promet¨ªa su despegue, pero encabez¨® series hist¨®ricas como El ala oeste de la Casa Blanca (1999-2006) donde se reencontr¨® con su viejo amigo Martin Sheen. ¡°Nos dej¨® boquiabiertos¡± declar¨® Aaron Sorkin sobre su audici¨®n. Abandonar la serie por desacuerdos art¨ªsticos y econ¨®micos fue uno de sus grandes errores ¨Dlaborales¨D, junto a rechazar el papel de Derek Shepherd en Anatom¨ªa de Grey. Pero su sonrisa era lo suficientemente luminosa como para recibir nuevas oportunidades. Fue la pareja de Calista Flockhart en Cinco hermanos (2006-2011), el entusiasta bur¨®crata Chris Traeger en Parks and Recreation (2009-2015), y protagoniz¨® momentos desternillantes en Californication (2007-2014) donde su Eddie Nero, una nada disimulada copia de Brad Pitt, estaba permanentemente drogado y ansiando defecar sobre alguien.
Que es la estrella con m¨¢s sentido del humor de Hollywood lo corrobora el Roast of Rob Lowe de Comedy Central en el que permiti¨® y alent¨® que se burlasen del peor momento de su vida. Al igual que ¨¦l mismo hizo en Sex tape, algo pasa en la nube (2014) donde una pareja sufre la filtraci¨®n de su v¨ªdeo porno casero. ¡°?Podr¨ªa existir esta trama si no fuera por ti?¡±, le pregunt¨® The New York Times durante la promoci¨®n. Respondi¨® Lowe: ¡°Teniendo en cuenta que fui pionero en el campo, ya es hora de que realmente gane algo de dinero en ¨¦l¡±.
A sus 57 a?os, el actor al que The Guardian defini¨® como ¡°insoportablemente guapo¡± acumula proyectos en la pantalla y tras ella. Y sabe adaptarse a los tiempos. En 2017 protagoniz¨® su propio reality con sus dos hijos, Matthew y Jon Owen, The Lowe Files; mantiene un podcast muy activo Literally! with Rob Lowe, en el que entrevista a compa?eros del brat pack como Molly Ringwald y estrellas como Jennifer Aniston o Chris Pratt, ha publicado dos libros de memorias y desarrollado su propia marca de cosm¨¦tica masculina centrada en productos antienvejecimiento. El hombre que ha confesado que no imagina nada peor que quedarse calvo y se ti?e desde los 24 a?os es la mejor prueba de que se puede vencer al paso del tiempo, sobre todo si te ayudan la gen¨¦tica, una gran cuenta corriente y que esa sea la mayor preocupaci¨®n de tu vida. Al pr¨ªncipe Guillermo le faltan dos de esos tres puntos.
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