Cuando Palomo celebr¨® su propio Orgullo en Wall Street
Palomo Spain abandona el historicismo y el folclore para reinterpretar la sastrer¨ªa y el mundo de la oficina en clave sexual


¡°Es un ejecutivo perverso, que huele a ansias de poder, a coca¨ªna y a sauna¡±. Con esta descripci¨®n que Alejandro Palomo (Posadas, C¨®rdoba, 29 a?os) hace de su ¨²ltima colecci¨®n no cabe p¨¦rdida posible. American Psycho, Armas de Mujer y, por qu¨¦ no, la G¨¹rtel planean sobre un provocador trabajo de sastrer¨ªa con el que el dise?ador andaluz ¨Cc¨®modo en su imagen de enfant terrible de la moda espa?ola¨C cierra una etapa de cinco a?os en la que el historicismo, el folclore y sus m¨¢rgenes definieron Palomo Spain. Del palacete a los rascacielos. Literalmente. Porque el desfile del viernes se celebr¨® en uno de los que dibujan el ¨¢rea financiera de Madrid.
El atardecer se colaba ya por los ventanales de su octava planta cuando aparec¨ªa con casi una hora de retraso el primer modelo. Americana, micropantalones de rayas y calcetines ejecutivos. En una gorra pod¨ªa leerse: Ibex 69. El tono de la colecci¨®n primavera-verano 2022 (estar¨¢ en tiendas casi cuando lea usted estas l¨ªneas) quedaba claro.


Ante la mirada de Pedro Almod¨®var y Bego?a Villac¨ªs, entre otros invitados, el creador despleg¨® ese universo ir¨®nico y sexualizado con el que le gusta trabajar y que, en esta ocasi¨®n, encuentra su h¨¢bitat natural en una oficina que sit¨²a la de El lobo de Wall Street a la altura moral de un kindergarten. Trajes que dejan la espalda ¨Cy donde esta pierde su nombre¨C al descubierto o americanas complementadas (¨²nicamente) con slips a juego. ¡°Pijo por arriba, provocadora por abajo¡±, explica Palomo entre risas.
Lo verdaderamente impactante a estas alturas de la pel¨ªcula no es ver a un hombre con ligueros de cuero ni vestido cual colegial-secretaria (con minifalda incluida), sino contemplar una chaqueta exquisitamente cortada y cosida en un desfile espa?ol. Algo que habla por s¨ª solo de la salud actual de la moda de autor patria. De ah¨ª, precisamente, las enormes ¨Cy muchas veces poco realistas¨C expectativas que se han generado en torno a Palomo. ?l ha sido el clavo ardiendo. Pero de momento no se ha quemado.


Tampoco se ha amedrentado a la hora de cambiar de registro: no m¨¢s bustiers ni vestidos vaporosos. Ahora le toca el turno a las l¨ªneas estructuradas y siluetas sobrias que, por supuesto, descompone para construir arquitect¨®nicas americanas con mangas drapeadas y pantalones con miri?aque ¨Cla cabra tira al monte¨C, pero tambi¨¦n abrigos de marab¨², camisas de corte a?os setenta y polos: prendas, estas ¨²ltimas, aptas para todos los p¨²blicos.
Incluso sus monos con estampados psicod¨¦licos ¨Cdise?ados por el creador¨C resultan realistas en comparaci¨®n con propuestas anteriores, siempre entendiendo que lo que se considera contenido en la escala Palomo puede causar esguinces cervicales por la calle. ¡°Los tejidos nos llevan a esa imagen del gur¨² de Silicon Valley que se mete una microdosis para ir a la oficina y, de repente, ve todo su mundo convertido en algo psicod¨¦lico y triposo¡±, cuenta el dise?ador.


En la colecci¨®n hay tambi¨¦n propuestas aparentemente m¨¢s inofensivas, pero no menos estrat¨¦gicas. La marca present¨® por primera vez prendas de punto y un nuevo modelo de bolso: un minimalet¨ªn cuadrado y coqueto, fabricado en Ubrique y bautizado como Castellana. Tambi¨¦n dej¨® ver su colecci¨®n de gafas para Multi¨®pticas y una l¨ªnea de botines elaborados en Arnedo (La Rioja) que, como confirma Palomo, se venden con alegr¨ªa y rapidez.
¡°Si eres un hombre y buscas algo con tac¨®n tienes muy poca oferta de calidad en el mercado¡±. Sobre la pasarela desfilaron adem¨¢s un par de piezas que confirman una colaboraci¨®n con Puma: unos castellanos con suela deportiva y una bolsa de est¨¦tica retro. Aunque de momento Palomo Spain solo vende online y a trav¨¦s de la tienda Wow en la Gran V¨ªa madrile?a, el creador asegura que la marca se encuentra en un momento ¡°estable¡±. Porque ¨Cversionando la famosa frase de Armas de Mujer¨C para triunfar en la moda hay que tener una colecci¨®n para el deseo y una mente para los negocios.
Puedes seguir ICON en Facebook, Twitter, Instagram,o suscribirte aqu¨ª a la Newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.