¡°?Es el mercado, amigo!¡±
Una buena pol¨ªtica puede evitar las respuestas impulsadas por el p¨¢nico
Las pol¨ªticas de est¨ªmulo a una econom¨ªa mundial completamente desfalleciente suman cantidades ingentes de dinero p¨²blico ¡ªbillones y billones de euros¡ª en cap¨ªtulos heterog¨¦neos: dinero fresco, avales, garant¨ªas, compras de deuda p¨²blica y privada, etc¨¦tera. Como en ning¨²n otro momento de la historia. Solo falla, lamentablemente, Europa. Ya se puso la venda delante de los ojos, premonitoriamente, el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, en una de sus intervenciones sobre las consecuencias de la pandemia: ¡°Europa sabe que no puede volver a cometer errores pasados que acaban lastrando nuestras econom¨ªas. Europa ya sabe que en medio de un ataque no hay que reducir las defensas y los recursos, sino reforzar las defensas y los recursos¡±.
Al contrario que en la Gran Recesi¨®n, esta vez no hay desavenencias en este asunto entre las distintas partes geogr¨¢ficas del globo (entonces EE UU tiraba hacia adelante mientras Europa practicaba la llamada ¡°austeridad expansiva¡± que tanto da?o hizo). Como en el pasado dijeron el presidente republicano Richard Nixon o el gur¨² del monetarismo Milton Friedman, ¡°hoy todos somos keynesianos¡±, y parece despejarse esa gran inc¨®gnita que merodeaba durante la anterior crisis: es posible un keynesianismo global. (Lo que es m¨¢s dif¨ªcil es el keynesianismo en un solo pa¨ªs). Se est¨¢ probando la eficacia de una intervenci¨®n p¨²blica selectiva, tanto en materia monetaria como fiscal. Para el sabio de Cambridge, el intervencionismo del Estado est¨¢ limitado a una ¨²nica circunstancia: asegurar un nivel de demanda suficiente que se plasme en el pleno empleo. El paro es el resultado de una ca¨ªda de la demanda efectiva y, por tanto, para lograr el pleno empleo es imprescindible reactivar el sistema econ¨®mico con dosis (que hoy ser¨¢n ingentes) de inversi¨®n p¨²blica.
Bajo estas premisas, los diferentes Gobiernos han de elaborar presupuestos de reconstrucci¨®n en los que la garant¨ªa de la recuperaci¨®n econ¨®mica se medir¨¢ en los costes que emerjan en materia de d¨¦ficit y deuda p¨²blica. El orden de prioridades (despu¨¦s de vencer a la pandemia) ser¨¢ evitar una depresi¨®n econ¨®mica formidable y luego preocuparse por el nivel de deuda. Es oportuno recordar que para Keynes este era un camino de ida y vuelta. Escribi¨®: ¡°Debemos ahorrar cuando el gasto goza de buena salud y debemos gastar cuando el ahorro goza de buena salud¡±.
Su bi¨®grafo can¨®nico, Robert Skidelsky, al analizar la vuelta de Keynes a la actualidad, escrib¨ªa que ante la recesi¨®n en la que estaba inmersa la econom¨ªa global, los paquetes de medidas de est¨ªmulo constitu¨ªan de nuevo el ¨²ltimo grito; pero lo importante de Keynes no estribaba en su condici¨®n de progenitor de esas pol¨ªticas de est¨ªmulo, ya que muchos Gobiernos han sabido c¨®mo ¡°estimular¡± econom¨ªas enfermizas, muchas veces a trav¨¦s de la guerra; la importancia de Keynes radica en el hecho de que pudo proporcionar una ¡°teor¨ªa general¡± que explicaba c¨®mo las econom¨ªas caen en los agujeros e indicaba las pol¨ªticas e instituciones necesarias para mantenerse fuera de ellas (El regreso de Keynes, Cr¨ªtica).
Siguiendo ese modo de pensar se podr¨ªa afirmar que en la actual situaci¨®n de frenazo global una buena teor¨ªa puede ayudar a los ciudadanos a evitar las respuestas impulsadas por el p¨¢nico y darles una percepci¨®n de las limitaciones de los mercados y los Gobiernos. En su texto Las posibilidades econ¨®micas de nuestros nietos (Taurus), tan actual, escribe Keynes: ¡°Los dos errores opuestos del pesimismo se demostrar¨¢n equivocados en nuestro propio tiempo: el pesimismo de los revolucionarios, que creen que las cosas est¨¢n tan mal que no nos puede salvar m¨¢s que un cambio violento, y el pesimismo de los reaccionarios, que consideran tan precario el equilibrio de nuestra vida econ¨®mica y social que piensan que no debemos correr el riesgo de experimentar¡±.
Ahora nos convoca a todos la eficacia del Estado. Qu¨¦ lejos quedan los tiempos en los que para defenderse de las acusaciones de irregularidades en Bankia, Rodrigo Rato espet¨® en el Congreso de los Diputados: ¡°?Es eso saqueo? No, esto es el mercado, amigo¡±. Era enero de 2018.
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