Alain Touraine, soci¨®logo: ¡°Esta crisis va a empujar hacia arriba a los cuidadores¡±
El soci¨®logo franc¨¦s es uno de los ¨²ltimos supervivientes de una generaci¨®n que marc¨® el pensamiento Occidental. Dice que ahora siente un gran vac¨ªo
Alain Touraine (Hermanville-sur-Mer, 1925) es uno de los ¨²ltimos supervivientes de una generaci¨®n brillante que marc¨® las ciencias sociales y el pensamiento occidental desde mediados del siglo XX hasta el inicio del XXI. Como soci¨®logo, su campo de estudio ha abarcado desde las f¨¢bricas que en la posguerra levantaron el pa¨ªs a la sociedad postindustrial, y desde los movimientos sociales a la crisis de la modernidad. Con sus intervenciones en el debate p¨²blico ¡ªen Francia, pero tambi¨¦n en otros pa¨ªses europeos como Espa?a y en Am¨¦rica Latina¡ª, Touraine se convirti¨® en un referente de lo que en su pa¨ªs llaman la segunda izquierda ¡ªde car¨¢cter socialdem¨®crata y netamente antitotalitaria¡ª. El soci¨®logo, premio Pr¨ªncipe de Asturias de Comunicaci¨®n y Humanidades en 2010, convers¨® con Ideas por tel¨¦fono desde su confinamiento en Par¨ªs.
PREGUNTA. Estamos en guerra, dicen Emmanuel Macron, Pedro S¨¢nchez, Donald Trump. ?Es correcto?
RESPUESTA. T¨¦cnicamente la guerra enfrenta a un ej¨¦rcito A que invade el territorio del pa¨ªs B. Hacen falta al menos dos y ocurre entre humanos. Aqu¨ª, en cambio, lo que vemos es lo humano contra lo no humano. No critico el empleo de la palabra guerra pero ser¨ªa una guerra sin combatientes. No hay un estratega: el virus no es un jefe de Gobierno. Y, del lado de lo humano, creo que vivimos en un mundo sin actores.
P.?Sin actores?
R. Nunca hab¨ªa visto un presidente de Estados Unidos tan raro como Donald Trump, tan poco presidencial, un personaje tan fuera de las normas y fuera de su papel. Y no es casualidad: Estados Unidos ha abandonado el papel de l¨ªder mundial. Hoy ya no hay nada. Y en Europa, si se fija en los pa¨ªses m¨¢s poderosos, nadie responde. No hay nadie en lo alto de la tabla.
P. ?Y abajo?
R. No existe un movimiento populista, lo que hay es un derrumbe de lo que, en la sociedad industrial, creaba un sentido: el movimiento obrero. Es decir, hoy no hay ni actores sociales, ni pol¨ªticos, ni mundiales ni nacionales ni de clase. Por eso, lo que ocurre es todo lo contrario de una guerra, con una m¨¢quina biol¨®gica de un lado y, del otro, personas y grupos sin ideas, sin direcci¨®n, sin programa, sin estrategia, sin lenguaje. Es el silencio.
P. ?Recuerda un momento similar en su vida?
R. Quiz¨¢ existi¨® la misma sensaci¨®n durante la crisis del 29, yo hab¨ªa nacido un poco antes: todo desaparec¨ªa y no hab¨ªa nadie, ni en la izquierda ni en los Gobiernos. Pero es verdad que el vac¨ªo fue r¨¢pidamente llenado por el se?or Hitler. Lo que m¨¢s me impresiona ahora, en tanto que soci¨®logo o historiador del presente, es que hac¨ªa mucho tiempo que no sent¨ªa un tal vac¨ªo. Hay una ausencia de actores, de sentido, de ideas, de inter¨¦s incluso: la ¨²nica preferencia del virus es hacia los viejos. Tampoco hay remedio ni vacuna. No tenemos armas, vamos con las manos desnudas, estamos encerrados solos y aislados, abandonados. No hay que estar en contacto y hay que encerrarse en casa. ?Esto no es la guerra!
¡°Nuestros pa¨ªses europeos se definen hoy por su actitud ante los migrantes¡±
P. Usted ten¨ªa 14 a?os en 1940, al inicio de la verdadera guerra, la Segunda Guerra Mundial. ?Le recuerda a aquel momento?
R. No. En aquel momento, para un chico franc¨¦s de mi edad en aquella ¨¦poca, no hab¨ªa nada m¨¢s banal que una guerra franco-alemana. Aquello ya se hab¨ªa jugado varias veces. La ocupaci¨®n, despu¨¦s, s¨ª marc¨® toda mi juventud. Ahora es otra cosa: estamos en el vac¨ªo, reducidos a la nada. No hablamos, no debemos movernos, ni comprender.
P. ?C¨®mo hemos llegado aqu¨ª?
R. Hemos vivido dos buenos siglos en la sociedad industrial, en un mundo dominado por Occidente durante unos 500 a?os. Hoy hemos cre¨ªdo, y fue el caso en los ¨²ltimos 50 a?os, que viv¨ªamos en un mundo americano. Ahora quiz¨¢ viviremos en un mundo chino, pero tampoco estoy en absoluto seguro. Am¨¦rica se hunde y China est¨¢ en una situaci¨®n contradictoria, que no puede durar eternamente: quiere practicar el totalitarismo mao¨ªsta para gestionar el sistema mundial capitalista. Nos encontramos en ning¨²n lugar, en una transici¨®n brutal que no ha sido preparada ni pensada.
P. ?Habla de hoy mismo, en pleno confinamiento, o de nuestra ¨¦poca en general?
R. De ambos. Pero me gustar¨ªa dar el punto de vista de alguien encerrado. Yo mismo me encuentro en ning¨²n lugar, puesto que no tengo derecho a salir a la calle.
P. ?Le angustia esta situaci¨®n?
R. No, porque mi vida consiste en estar en casa trabajando. Me siento, de alguna manera, protegido en las mismas condiciones que todos los d¨ªas.
¡°Hay posibilidades de que un choque econ¨®mico produzca reacciones de tipo fascista¡±
P. ?D¨®nde est¨¢ Europa?
R. ?Usted ha escuchado muchos mensajes europeos estos d¨ªas? Yo no. Soy muy europe¨ªsta, probablemente demasiado. La marcha de Reino Unido no es poca cosa. El ascenso de los iliberales como Matteo Salvini en Italia tampoco. Esta epidemia tiene lugar en un periodo en el que no sabemos ni c¨®mo ni por qu¨¦. Es demasiado pronto para saber qu¨¦ hacer econ¨®micamente, y pol¨ªticamente no se nos pide otra cosa que quedarnos encerrados en casa. Estamos en el no-sentido, y creo que mucha gente se volver¨¢ loca por la ausencia de sentido.
P. ?Habr¨¢ un regreso del nacionalismo y el populismo?
R. Pero esto ya estaba aqu¨ª. Ahora hay dos decisiones fundamentales para Europa. Primero, la liberaci¨®n por medio de las mujeres. Es decir, el derrumbamiento de la raz¨®n en el centro de la personalidad y la recomposici¨®n de los afectos en torno a la raz¨®n y la comunicaci¨®n, una sociedad del care [en ingl¨¦s, cuidados]. Y segundo, la acogida de los migrantes, que considero un problema de peso. Nuestros pa¨ªses europeo se definen hoy por su actitud ante los migrantes.
P. ?El virus no lo cambia todo? Las consecuencias econ¨®micas, nuevas costumbres sociales con m¨¢s distancia, otras prioridades¡
R. No lo creo. Habr¨¢ otras cat¨¢strofes. Me extra?ar¨ªa mucho que en los diez a?os que vienen no hubiese cat¨¢strofes ecol¨®gicas importantes, y los diez ¨²ltimos a?os se han perdido. Atenci¨®n, las epidemias no lo son todo. Y creo que entramos en un nuevo tipo sociedad: una sociedad de servicios, como dec¨ªan los economistas, pero de servicios entre humanos. Esta crisis empujar¨¢ hacia arriba la categor¨ªa de los cuidadores: no pueden seguir estando mal pagados. Al mismo tiempo, con estas crisis hay posibilidades de que un choque econ¨®mico produzca reacciones que llamo de tipo fascista. Pero no me gustar¨ªa hablar demasiado del futuro, prefiero centrarme en el presente.
P. Hoy nos gobierna el virus.
R. No el virus, sino nuestra impotencia para combatirlo, pero se acabar¨¢ encontrando una vacuna.
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