Dos pandemias frente a frente: diferencias y semejanzas entre la gripe de 1918 y la covid-19
La gripe espa?ola caus¨® m¨¢s de 50 millones de muertes: el mayor descenso vegetativo del siglo. La mayor¨ªa de los fallecidos eran j¨®venes sanos de entre 20 y 40 a?os
Durante la gripe espa?ola, la pandemia de 1918-1919, murieron m¨¢s de 50 millones de personas en el mundo. Los muertos en Espa?a fueron alrededor de 260.000, causando, en 1918, el mayor descenso del crecimiento vegetativo del siglo. En los tiempos de la covid-19 se ha rememorado frecuentemente esta pandemia, una de las mayores cat¨¢strofes epid¨¦micas de la historia. ?Qu¨¦ similitudes y diferencias existen entre la pandemia que se vivi¨® hace 100 a?os y la que nos azota actualmente?
Va por delante que los virus son diferentes, uno es un virus de la influenza A y el otro un coronavirus de la familia del que provoca el resfriado, pero tambi¨¦n otras afecciones respiratorias muy graves. Sin embargo, tienen algo muy importante en com¨²n: son virus nuevos, frente a los cuales la poblaci¨®n carece de defensas. Esta es la causa de su enorme capacidad de transmisibilidad. Aunque en 1918 las comunicaciones no eran tan r¨¢pidas como ahora, la Primera Guerra Mundial facilit¨® la diseminaci¨®n del virus. Desde Kansas, en el centro de Estados Unidos, la infecci¨®n fue trasladada por soldados americanos hasta los escenarios de la guerra en Europa y Asia, afectando de paso a Espa?a, pa¨ªs no beligerante, que encima carg¨® con el sambenito del nombre.
La covid-19, a su vez, se ha extendido a 148 pa¨ªses en poco m¨¢s de tres meses, a pesar de las f¨¦rreas condiciones de aislamiento que se impusieron en China, origen de la pandemia. Seg¨²n los expertos, el factor o n¨²mero de reproducci¨®n (R0) del virus refleja que un enfermo contamina a 2-3 personas, aproximadamente la misma capacidad de contagio o R0 que se estima tuvo la pandemia de 1918-1919.
El virus de la gripe H1N1 produjo entre 1918 y 1919 tres olas epid¨¦micas. La primera, en la primavera, pas¨® sin ser detectada. All¨ª donde se registraron datos, caus¨® un aumento moderado de la mortalidad general. En Espa?a, Madrid fue la ciudad m¨¢s golpeada durante esta ola, causando absentismo, cierre de locales, enfermedad de gobernantes, pero no hubo p¨¢nico. Parec¨ªa una gripe m¨¢s. Tres meses m¨¢s tarde, a finales de agosto, reapareci¨® la pandemia en Espa?a, al mismo tiempo que en lugares tan apartados como Boston, Brest o Sierra Leona. Desde el primer momento se apreci¨® la extrema gravedad del brote. En octubre, el mundo entero, excepto Australia, padec¨ªa esta ola epid¨¦mica de inusitada letalidad. La causa de este cambio de comportamiento del virus sigue siendo un misterio. Hubo una tercera ola en el invierno de 1919, m¨¢s difuminada y con menos mortalidad. El virus volvi¨® en 1920, pero entonces se encontr¨® con una poblaci¨®n mundial inmunizada y recogi¨® sus v¨ªctimas entre los ni?os nacidos en los dos a?os anteriores. Actualmente, el virus H1N1 sigue recorriendo el mundo, causando epidemias estacionales sin mayor gravedad.
La opini¨®n de la mayor parte de los expertos es que debemos esperar que la covid-19 tenga una evoluci¨®n parecida. La estrategia actual en la mayor¨ªa de los pa¨ªses afectados es confinar a la poblaci¨®n, evitando que tenga posibilidad de contagiarse. Al volver a la actividad, los individuos confinados que no han enfermado ir¨¢n poco a poco contagi¨¢ndose con un virus que sigue presente. Padeceremos rebrotes de la infecci¨®n y posiblemente otra ola epid¨¦mica, quiz¨¢s una tercera, hasta que hayamos alcanzado la inmunidad suficiente para romper la cadena epidemiol¨®gica (R=-1). O esto, o la vacuna.
Comparar la mortalidad que caus¨® la gripe espa?ola y la que est¨¢ causando la covid-19 es dif¨ªcil. Los expertos consideran que la gripe de 1918-1919 tuvo una tasa de letalidad (n¨²mero de muertes por casos) de aproximadamente 2%-3%. Si como fue el caso, cerca del 60%-70% de la poblaci¨®n enferm¨®, el 2% de muertes es una enorme cantidad. Hubo variaciones en la mortalidad, mientras en Europa rond¨® el 2%, en algunas comunidades m¨¢s aisladas, como la Polinesia o regiones del ?rtico, perdieron hasta el 20% de su poblaci¨®n. En toda cat¨¢strofe natural se cumple una regla inexorable, los pueblos m¨¢s pobres, los que menos organizaci¨®n social tienen, son los que m¨¢s sufren. Actualmente estamos viendo un baile de cifras cuando se habla de tasa de letalidad de la covid-19 porque no conocemos el n¨²mero de casos, es decir, el denominador. Pero es probable que las tasas de letalidad de las dos pandemias se acaben igualando.
Existe no obstante una gran diferencia entre la gripe espa?ola y la covid-19: la incidencia por edades de la mortalidad. La singularidad de la pandemia de 1918 fue que caus¨® m¨¢s muertes entre los j¨®venes sanos de 20 a 40 a?os que en cualquier otro grupo de edad. Nunca antes ni despu¨¦s se ha observado este comportamiento en una epidemia de gripe. Los grupos de riesgo en la gripe, como tambi¨¦n los de la covid-19, son los enfermos cr¨®nicos y los mayores.
Aun si se considera que los dos virus tienen una virulencia parecida, hay que tener en cuenta que el mundo ha avanzado mucho en materia m¨¦dica y sanitaria. En 1918-1919 no se pudo aislar el virus y se luchaba a ciegas contra un enemigo desconocido. Por el contrario, a las pocas semanas de que se dieran los primeros casos de la covid-19, ya se conoc¨ªa el genoma del coronavirus que lo causa. Contamos con un personal m¨¦dico y sanitario muy preparado y con avances terap¨¦uticos que salvan vidas. En 1918, el 45% de los enfermos de neumon¨ªa mor¨ªa.
Comparemos ahora las medidas para controlar el contagio. Al comienzo del oto?o de 1918, las autoridades espa?olas comenzaron desinfecciones masivas y medidas de distanciamiento social. Cerraron las fronteras e impusieron cordones sanitarios mar¨ªtimos. Pero la declaraci¨®n de emergencia epidemiol¨®gica se llev¨® a cabo tarde. Se esper¨® a que pasaran las fiestas locales; se permitieron manifestaciones religiosas. La pandemia de gripe era ya incontrolable. En ese oto?o ocurri¨® el 75% de las muertes.
La declaraci¨®n de emergencia epidemiol¨®gica se llev¨® a cabo tarde. Se esper¨® a que pasaran las fiestas locales
Igual que hace 100 a?os, las autoridades de la mayor parte de los pa¨ªses afectados han vacilado antes de tomar una decisi¨®n que producir¨ªa un enorme perjuicio econ¨®mico. Se perdi¨® un tiempo costoso en vidas. Desde 2005, la OMS ha alertado sobre la necesidad de prepararse para la llegada de una pandemia de gripe, advirtiendo que una infecci¨®n de esa magnitud podr¨ªa paralizar sistemas sanitarios y econom¨ªas.
No hay duda de que llegar¨¢n otras pandemias. En un mundo tan globalizado, donde la humanidad ha roto el equilibrio ecol¨®gico, es una realidad incontestable. ¡°Busquen sus carpinteros y p¨®ngalos a hacer ata¨²des¡±, advert¨ªan a las autoridades sanitarias de San Francisco en 1918. Esa realidad tan cruda es la que hemos vivido cuando hemos visto c¨®mo nuestros centros de recreaci¨®n se convert¨ªan en morgues y nuestros centros de convenciones en hospitales. Para los Gobiernos es dif¨ªcil justificar el gasto que supone prepararse para una futura pandemia, pero vendr¨¢ y las dilaciones se pagan con muertos. Si las lecciones que nos dio la gripe espa?ola se perdieron con el tiempo, esperamos que no sea as¨ª con la covid-19.
Beatriz Echeverri D¨¢vila es investigadora independiente, autora de ¡®La gripe espa?ola, la pandemia de 1918-1919¡¯ (Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas, 1993).
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