Invertir en capacitaci¨®n digital para no perder el futuro
Hacen falta al menos dos d¨¦cadas para que los j¨®venes que se incorporan al mercado laboral en Espa?a lo hagan con el nivel educativo de las sociedades m¨¢s pr¨®speras
Especial: El nuevo contrato social
Nos encontramos ante un momento de importancia capital para Europa pero muy especialmente para nuestro pa¨ªs: esta pandemia ha dejado severamente da?ada a nuestra sociedad y muy particularmente nuestra econom¨ªa. Por eso, creo que podemos afirmar que, sin Europa y sin los fondos de recuperaci¨®n, Espa?a caer¨ªa a unos niveles de consecuencias catastr¨®ficas.
Ya nadie cuestiona que la pandemia ha acelerado a marchas forzadas la digitalizaci¨®n de nuestra sociedad y en pocos meses se ha avanzado m¨¢s que en los ¨²ltimos cinco a?os. La necesidad de consolidar todos los beneficios que esta brinda se hace ahora m¨¢s evidentes que nunca. Por eso, es absolutamente imperativo utilizar esos fondos con un claro foco reformista, para transformar, por fin, el tan nombrado ¡°modelo productivo¡±.
?Pero por d¨®nde empezar?, ?d¨®nde poner el foco de estos fondos para que tengan impacto?
A todos nos vienen a la cabeza necesidades claras: apoyo a la digitalizaci¨®n de las pymes, ciberseguridad para dar confianza en la utilizaci¨®n de Internet, digitalizaci¨®n de las Administraciones p¨²blicas para fomentar un Estado m¨¢s eficiente, incentivar el uso digital en los ciudadanos o la construcci¨®n de una infraestructura de datos que permita aprovechar los avances en inteligencia artificial. Pero si tengo que elegir qu¨¦ me parece m¨¢s importante y d¨®nde creo que hay que dedicar m¨¢s recursos, sin duda, mencionar¨ªa la capacitaci¨®n digital de la sociedad, como ciudadanos y como trabajadores.
Diversos estudios confirman que hacen falta al menos dos d¨¦cadas para que los j¨®venes que se incorporan al mercado laboral lo hagan con el nivel educativo de las sociedades m¨¢s pr¨®speras y otras dos d¨¦cadas para renovar la mitad de la poblaci¨®n activa. En una sociedad en la que la digitalizaci¨®n crece de forma imparable, la falta de capacitaci¨®n o una capacitaci¨®n err¨®nea puede llegar a convertirse en un factor de exclusi¨®n social, al nivel de la propia formaci¨®n acad¨¦mica. Esta situaci¨®n se agrava si tenemos en cuenta su relaci¨®n directa con la empleabilidad de las personas.
La aparici¨®n de Internet supuso un progreso enorme para el desarrollo de nuestras capacidades y habilidades como individuos. Nos trajo sobre todo conocimiento que era inaccesible para nosotros, nos abri¨® el mundo y nos permiti¨® tener otras miradas y as¨ª tener una sociedad m¨¢s formada, m¨¢s innovadora, que puede crear nuevos modelos econ¨®micos.
Si queremos igualarnos a los pa¨ªses m¨¢s avanzados de Europa y del mundo, con econom¨ªas claramente m¨¢s resistentes a tenor de los ¨²ltimos datos del FMI, el primer paso es crear un sistema educativo que estimule los conocimientos digitales, que muestre a los ciudadanos del futuro todo su potencial y que ense?e a valorar todas las oportunidades que existen y que pueden existir.
Invertir en educaci¨®n nos lleva a salvar otro de los grandes escollos en nuestro pa¨ªs, el de la transferencia academia-empresa, el de la investigaci¨®n, la innovaci¨®n y el emprendimiento. Tenemos la obligaci¨®n de crear un entorno motivador y de apoyar aquellas actividades y sectores que nos permiten progresar como pa¨ªs, que renuevan las industrias tractoras de nuestra econom¨ªa y pueden situarnos a la cabeza como l¨ªderes en innovaci¨®n. M¨¢s inversi¨®n en innovaci¨®n es otra de las claves.
El actual contexto de incertidumbre marca un antes y un despu¨¦s. Podemos esperar a que pase esta partida y seguir la estela de los pa¨ªses que la lideraron o poner, por fin, todas las fichas sobre la mesa para crear un pa¨ªs digital, moderno y preparado para el futuro. Un pa¨ªs con una sociedad independiente, con pensamiento cr¨ªtico, con capacidad de decidir por s¨ª misma, y no una sociedad dependiente y con una formaci¨®n anticuada que no le permite construir un futuro m¨¢s pr¨®spero.
Es fundamental aprovechar los fondos europeos para la digitalizaci¨®n para la construcci¨®n de una buena base, planificando tanto a corto como a largo plazo, para poder adaptarnos al mundo poscovid. Un mundo, no nos enga?emos, que, esta vez, no nos va a esperar. O corremos, o no formaremos parte de ¨¦l.
Carina Szpilka es presidenta de la Asociaci¨®n Espa?ola de la Econom¨ªa Digital (ADigital)
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