Am¨¦n... y ¡®a women¡¯
A veces, cierta polic¨ªa inclusiva que campa por las tribunas ve marcas de g¨¦nero donde no las hay
El Congreso de EE UU ya tiene su portavoces y portavozas o su miembros y miembras. El dem¨®crata Emanuel Cleaver termin¨® el rezo inaugural del pasado 4 de enero con la palabra ¡°am¨¦n¡± (en ingl¨¦s amen, sin tilde y pronunciado ¡°eimen¡±), a la que a?adi¨® sorprendentemente: ¡°... and awoman¡±.
Como se sabe, men significa ¡°hombres¡± en ingl¨¦s; y woman, ¡°mujer¡±. As¨ª que Cleaver convirti¨® amen (una palabra sin marca de g¨¦nero, lo mismo que ¡°portavoz¡± o ¡°miembro¡±) en un vocablo masculino: amen frente a awoman. A partir de ese desliz ling¨¹¨ªstico, la analog¨ªa estaba servida: no hay que decir menstruation (¡°menstruaci¨®n¡±), sino womenstruation.
Realmente, asombra la sucesi¨®n de desprop¨®sitos que se produjo en torno a esa intervenci¨®n. El primero de ellos es que la sesi¨®n inaugural del Congreso de un pa¨ªs laico comience con una oraci¨®n religiosa, pronunciada por un congresista que ejerce adem¨¢s como pastor de la Iglesia Metodista. As¨ª, el pastor y congresista Cleaver expres¨® sus buenos deseos para el nuevo periodo de sesiones ¡°en nombre de Dios¡±. Pod¨ªa haber dicho, mejor, ¡°en nombre del pueblo¡±, pues est¨¢ claro que ha sido elegido democr¨¢ticamente, mientras que parece m¨¢s discutible su designaci¨®n divina; o al menos, dif¨ªcil de demostrar.
El segundo desprop¨®sito consiste en que viera marca de g¨¦nero en ¡°am¨¦n¡± (amen), que en varios idiomas significa ¡°as¨ª sea¡±. A veces, cierta polic¨ªa inclusiva que campa por las tribunas cree ver marcas de g¨¦nero donde no las hay, como sucede cuando se denuncia que ¡°familia homoparental¡± no significa ¡°familia formada por dos personas del mismo sexo¡±, sino de uno en concreto, porque esa palabra tendr¨ªa que ver con ¡°hombre¡± (por homo) y con ¡°padre¡± (por parental); cuando en verdad se forma a partir del griego homo (¡°igual¡±) y de lat¨ªn parentalis (que a su vez viene de pario, parir).
La tercera sinraz¨®n del caso se relaciona con el singular man y el plural men. Cleaver dedujo en a-men la idea de ¡°un-hombre¡±, cuando a es ah¨ª un art¨ªculo indefinido singular (¡°un¡±) y men es el plural de man. Por tanto, en a-men se deber¨ªa ver la expresi¨®n literal ¡°un-hombres¡±. A la que se habr¨ªa de oponer en simetr¨ªa a-women (¡°una-mujeres¡±), y no a-woman (¡°una-mujer¡±).
El cuarto desatino consiste en que un pastor religioso desconozca el significado y el origen de la palabra ¡°am¨¦n¡±, que habr¨¢ pronunciado miles de veces en su vida. Si lo supiera, ser¨ªa consciente de que dentro de ella no puede haber un elemento en ingl¨¦s.
Y el quinto desprop¨®sito lleg¨® cuando el republicano Guy Reschenthaler afeaba en Twitter a Cleaver su desconocimiento de que amen no es una palabra del ingl¨¦s, sino ¡°del lat¨ªn¡±; cuando en realidad se trata de un vocablo hebreo que significa ¡°con certeza¡±.
En espa?ol decimos adem¨¢s ¡°am¨¦n de¡± porque, al acabar as¨ª los rezos, se convirti¨® en sin¨®nimo de que ya se ha terminado algo (¡°am¨¦n de esto, te dir¨¦ m¨¢s¡±). Y, por la misma raz¨®n, cuando se usa ¡°am¨¦n¡± a secas se est¨¢ indicando ¡°con eso ya se ha dicho todo¡±
No obstante todo lo anterior, en este caso hemos de ver (igual que con ¡°miembras¡± y ¡°portavozas¡±) las dos vertientes de la situaci¨®n. Por un lado, s¨ª, la obsesi¨®n de endosarle al idioma culpas que no tiene. Y, por otro, la virtud de que Cleaver reactivara, queriendo o sin querer, la denuncia de una situaci¨®n que no hay que olvidar. El nuevo Congreso de EE UU re¨²ne esta vez a 144 mujeres (el m¨¢ximo anterior era de 129). Pero tanto en la C¨¢mara de Representantes como en el Senado rondan solamente el 25%; y en 17 de los 50 Estados no se ha elegido jam¨¢s una senadora. Am¨¦n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.