La democracia realmente existente
El dilema es compensar la vida, la salud, el confinamiento con las libertades ciudadanas
Como ciudadano es natural sentirse insatisfecho con la democracia realmente existente en cada pa¨ªs e interesarse por su mejor¨ªa o por sus marchas atr¨¢s. En ese momento de la reflexi¨®n resulta ¨²til aplicar la m¨¢xima de san Agust¨ªn: si me contemplo, soy un pecador, pero, si me comparo, soy un santo. Por ejemplo, si mi pa¨ªs no es una democracia plena, ?qu¨¦ pa¨ªs del mundo lo es?, ?o todos son, en el mejor de los casos, democracias defectuosas? Los cient¨ªficos sociales suelen distinguir entre ¡°democracias plenas¡±, ¡°democracias defectuosas¡±, ¡°reg¨ªmenes h¨ªbridos¡± o ¡°pa¨ªses con reg¨ªmenes autoritarios¡± (The Economist) o ¡°pa¨ªses libres¡±, ¡°parcialmente libres¡± y ¡°pa¨ªses no libres¡± (Freedom House).
?En qu¨¦ basarse para sostener esas calificaciones? Aunque sea ilusorio considerar que la informaci¨®n num¨¦rica puede zanjar, o sustituir, a la discusi¨®n cualitativa sobre la calidad de la democracia, los datos cuantitativos constituyen un complemento esencial para esa discusi¨®n. Pasar de las percepciones a los hechos. Freedom House, una organizaci¨®n no gubernamental con sede en ?Washington, mide desde principios de los a?os setenta del siglo pasado el estado de los derechos pol¨ªticos y libertades civiles en todos los pa¨ªses del mundo. La unidad de inteligencia del semanario brit¨¢nico The Economist valora ¡ªy cuantifica¡ª desde el a?o 2006 el nivel de democracia existente en la mayor parte de los Estados (la clasificaci¨®n la encabezan tres pa¨ªses n¨®rdicos eu?ropeos: Noruega, Islandia y Suecia). El m¨¢s joven de estos ¨ªndices, y el que est¨¢ ganando m¨¢s aceptaci¨®n entre los cient¨ªficos sociales, es el Varieties of Democracy (V-Dem) de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) y del instituto norteamericano Kellogg.
Desde el a?o 2008, el Informe sobre la Democracia en Espa?a (IDE), de la Fundaci¨®n Alternativas, estudia la calidad democr¨¢tica de nuestro pa¨ªs bas¨¢ndose en cinco cap¨ªtulos (ciudadan¨ªa, leyes y derecho; representaci¨®n pol¨ªtica; gobernabilidad y rendici¨®n de cuentas; sociedad civil ¡ªaqu¨ª se incluye el papel de los medios de comunicaci¨®n¡ª y participaci¨®n, e internacional). Dirigida la encuesta por el profesor Modesto Escobar, de la Universidad de Salamanca, el IDE sigue la metodolog¨ªa inspirada en el proyecto Auditor¨ªa Democr¨¢tica, realizado en el seno del Human ?Rights Centre en la Universidad de Essex, y es bastante parecido al V-Dem: un grupo de varios centenares de expertos responden a una serie de cuestiones relacionadas con el tema y dan a la democracia espa?ola una valoraci¨®n entre el 0 y el 10. La correspondiente a 2019, ¨²ltimo a?o publicado, es un aprobado medio (6,1), nota bastante an¨¢loga a la del resto de los ¨ªndices citados. La mayor debilidad de nuestra democracia (se repite a?o tras a?o) es la corrupci¨®n, y a continuaci¨®n es mayoritaria la idea de que ni los representantes pol¨ªticos ni los medios de comunicaci¨®n parecen estar a la altura de las circunstancias. La principal fortaleza es la limpieza de los procesos electorales (recu¨¦rdese que en 2019 hubo que repetir dos veces unas elecciones generales), ejerciendo los ciudadanos el derecho al voto con total libertad, sin coacciones ni intimidaciones. En todas estas mediciones, Espa?a puede considerarse una ¡°democracia plena¡± a pesar de sus imperfecciones.
Son muy significativas las reflexiones generales sobre la situaci¨®n de la calidad democr¨¢tica en el mundo que hace The Economist: en 2020 ha habido una ca¨ªda generalizada de los ¨ªndices democr¨¢ticos, siendo las medidas contra la pandemia el mayor retroceso en las libertades individuales jam¨¢s emprendido por los Gobiernos en tiempos de paz (y quiz¨¢, incluso, en algunos tiempos de guerra). El mayor dilema ha sido el de compensar la vida, la muerte, la salud, los confinamientos y las libertades ciudadanas. Prevenir la catastr¨®fica p¨¦rdida de la vida est¨¢ justificando una p¨¦rdida temporal de libertades.
Una limitaci¨®n de todos estos ¨ªndices es que apenas contemplan los derechos sociales y econ¨®micos para sus clasificaciones, de modo que aspectos como el paro, las desigualdades, la precariedad, la igualdad de oportunidades, etc¨¦tera, no han sido incluidos o desarrollados con la misma magnitud que los derechos pol¨ªticos (la libertad de elegir o ser elegido) y civiles (las libertades cl¨¢sicas, expresi¨®n, reuni¨®n, religiosa¡).
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