Patria o muerte
La pol¨ªtica ?espa?ola tiene ?enormes dificultades para atender las nuevas necesidades de sus ciudadanos
Entramos en el en¨¦simo par¨¦ntesis en la vida pol¨ªtica institucional espa?ola, a la espera del resultado de las elecciones en la Comunidad de Madrid (si los tribunales respaldan finalmente la convocatoria y rechazan las mociones de censura). Sea como sea, toda la actividad pol¨ªtica girar¨¢ hasta mayo-junio en torno a Madrid, una plaza electoral lo suficientemente importante como para que de ella dependan bastantes cosas, sobre todo en la derecha espa?ola, que ha dado un paso arriesgado de la mano de Pablo Casado e Isabel D¨ªaz Ayuso, pero no solo en ella.
Las elecciones tendr¨¢n, sin duda, efectos secundarios en el resto de Espa?a, porque la campa?a y sus eventuales resultados van a ser capaces de distraer y paralizar cualquier otro debate pol¨ªtico, algunos de los que angustiosamente se van ya acumulando y otros que surgen nuevos y a los que es imposible prestar la atenci¨®n necesaria porque los focos est¨¢n, una vez m¨¢s, agotadoramente dirigidos a lo que les pasa a los propios pol¨ªticos y no a los ciudadanos. Imposible avanzar en el dialogo en Catalu?a (aunque la elecci¨®n de Laura Borr¨¤s como presidenta del Parlament tampoco animar¨¢ mucho a ello), pero imposible tambi¨¦n prestar m¨¢s de dos minutos a la incre¨ªble brecha en la seguridad nacional que supone que un ataque cibern¨¦tico haya sido capaz de hundir durante d¨ªas el SEPE, servicio de prestaciones sociales. ?Qu¨¦ ha sido eso? ?Pedir¨¢ alguien cuentas?
Se mire como se mire, las elecciones anticipadas en la Comunidad de Madrid no tienen nada que ver con las necesidades inmediatas de sus ciudadanos, sino con las de su presidenta, Isabel D¨ªaz Ayuso, y el Partido Popular. Arrastrados por ellos, pr¨¢cticamente toda la pol¨ªtica madrile?a parece haberse convertido en una estructura met¨¢lica que sobrevuela la cabeza de sus habitantes y en la que se mueven con m¨¢s o menos agilidad, a grandes saltos o peque?os empujones, peque?os grupitos de pol¨ªticos, mientras que los ciudadanos, abajo, se dedican a lo suyo, se angustian por unas cifras de muertos que aturden, a la espera de unas vacunas que, digan lo que digan, no les llegan a¨²n a los mayores, y se convierten a ojos de quienes saltan por arriba en caricaturas de electores.
La pol¨ªtica espa?ola ¡ªno solo la nacional, sino tambi¨¦n la madrile?a o la catalana, por ejemplo¡ª tiene enormes dificultades para experimentar peque?os giros, en el lenguaje y en los hechos, que permitan ir adapt¨¢ndose a las circunstancias y atender progresivamente las nuevas necesidades de sus ciudadanos. Desde hace a?os, los giros son brutales o no son. La ¡°absolutizaci¨®n¡± de lo relativo es algo muy peligroso porque es la esencia de los totalitarismos, como muy bien defini¨® en su d¨ªa Benedicto XVI. ¡°Socialismo o libertad¡±, el lema de D¨ªaz Ayuso en Madrid, puede parecer rid¨ªculo, pero tiene sus ra¨ªces en el ¡°Patria o muerte¡± cubano o el ¡°Sangre o suelo¡± de los estandartes alemanes en la II Guerra Mundial. Malas cosas porque la ¡°absolutizaci¨®n¡± precisa, finalmente, de violencia.
El tremendo movimiento desencadenado por D¨ªaz Ayuso en Madrid, con el acuerdo de Pablo Casado, se presenta como una maniobra defensiva por lo ocurrido en Murcia, pero es dif¨ªcil creer que en Madrid fuera a producirse algo semejante. Parece mucho m¨¢s probable que ese movimiento est¨¦ vinculado al deseo de la propia D¨ªaz Ayuso y de sus asesores de escalar su protagonismo tapando al mismo tiempo su absoluta falta de gesti¨®n. La presidenta de la Comunidad lo admiti¨® esta semana: ¡°Me han estado mareando entre unos y otros¡±, dijo tranquilamente sin darse cuenta de lo que implicaba sobre su capacidad de direcci¨®n.
D¨ªaz Ayuso conseguir¨¢ seguramente, si hay elecciones, un buen resultado, pero eso no quiere decir que no pueda perder la Comunidad, a falta de aliados suficientes. En el fondo, hab¨ªa dejado a Pedro S¨¢nchez en condiciones de proponer otro candidato/a socialista, con un perfil m¨¢s combativo y adecuado a la pelea. En el mejor de los casos para ella, la victoria depender¨¢ de un Vox tambi¨¦n reforzado y todav¨ªa m¨¢s ¡°normalizado¡±, algo que deber¨ªa ser una p¨¦sima noticia para el Partido Popular en otras zonas de Espa?a y terminar costando caro pol¨ªticamente a Pablo Casado. Pero ¡°Patria o muerte¡± suena bien.
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