Erika Hilton, una activista negra y trans en las ant¨ªpodas de Bolsonaro
La mujer m¨¢s votada en las ¨²ltimas elecciones de S?o Paulo recibe amenazas y ataques tr¨¢nsfobos
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Cuando, de ni?a, a Erika Hilton (Franco da Rocha, Estado de S?o Paulo, 28 a?os) le preguntaban qu¨¦ quer¨ªa ser de mayor, ten¨ªa la respuesta preparada: presidenta de Brasil. Un sue?o ya de por s¨ª complicado que se hace casi imposible para personas transg¨¦nero, como ella, cuya expectativa de vida en ese pa¨ªs es de 35 a?os ¡ªpor la cantidad de asesinatos de estas personas que all¨ª se producen¡ª. Desafiando las estad¨ªsticas, se convirti¨® en la primera concejala trans y negra de S?o Paulo en las municipales de noviembre de 2020, y en la mujer m¨¢s votada de Brasil en esos comicios, con 50.508 votos¡ª cifra abultada en un pa¨ªs en que se eligen muchos concejales por ciudad¡ª. ¡°Espero que mi cuerpo abra caminos para que otras como yo lleguen a esos espacios de poder¡±, celebra. El martes, fue nombrada presidenta de la Comisi¨®n de Derechos Humanos de la C¨¢mara de Concejales de S?o Paulo, la mayor ciudad de Brasil.
Hilton fue la primera persona de su familia en ingresar en una universidad ¡ªestudi¨® Pedagog¨ªa y Gerontolog¨ªa, aunque no se gradu¨®¡ª y atribuye su esp¨ªritu de liderazgo a ser Sagitario. Como muchos brasile?os, creci¨® en un hogar sin la figura paterna y fue educada por su madre, sus abuelas y dos t¨ªas, mujeres que hoy le sirven de espejo. Recuerda sentirse una ni?a muy querida y protegida, pero aun as¨ª fue expulsada de casa en la adolescencia al asumir su transexualidad. Con solo 14 a?os empez¨® a prostituirse en las calles. ¡°Cuando me encontr¨¦ en esa situaci¨®n de desamparo y deshumanizaci¨®n me di cuenta de que un cuerpo como el m¨ªo solo era visto para ser violado, comprado, humillado. Percib¨ª todo lo que est¨¢ mal en nuestra sociedad¡±, cuenta. Brasil es el pa¨ªs que m¨¢s transexuales y travestis mata en el mundo, seg¨²n datos de Human Rights Watch y otras organizaciones internacionales. El 90% de esta poblaci¨®n tiene que prostituirse para sobrevivir.
Su militancia empez¨® a?os m¨¢s tarde, ya reconciliada con su madre y estudiando en la Universidad. En 2015 se enfrent¨® en los tribunales a una empresa de transporte p¨²blico que se negaba a permitir el uso de su nombre en su abono. Gan¨® el pleito, sum¨® m¨¢s de 100.000 firmas en una petici¨®n por internet y, as¨ª, llam¨® la atenci¨®n del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), que la invit¨® a sumarse a sus listas. Poco despu¨¦s, Erika cre¨® un curso de ingreso preuniversitario en la Universidad Federal de S?o Carlos para personas trans. Su teor¨ªa es firme: hay que ocupar las instituciones. ¡°El pueblo brasile?o no es la minor¨ªa blanca, rica, cisg¨¦nero [que se identifican con el mismo g¨¦nero que les fue asignado al nacer] y heterosexual¡±.
La presencia de alguien como Erika Hilton en la pol¨ªtica brasile?a tiene mucho de simb¨®lico. El Gobierno de Jair Bolsonaro est¨¢ abiertamente en contra de los derechos LGTBI y refleja as¨ª una ¡°ola fascista¡± que se ha extendido por todo Brasil, seg¨²n Hilton. Los malos ratos que ha pasado en la vida explican por qu¨¦ no titube¨® ante la idea de hacer pol¨ªtica en un pa¨ªs en la cola de los rankings de participaci¨®n femenina en ese ¨¢mbito y donde parlamentarias como Marielle Franco, tambi¨¦n miembro del PSOL, son impunemente asesinadas ¡ªtodav¨ªa no hay responsables identificados por su muerte a tiros en marzo de 2018¡ª. El mismo d¨ªa en que se conoci¨® la elecci¨®n de Hilton como concejala empezaron los discursos de odio. Ya hab¨ªa recibido amenazas de muerte en 2018, cuando hac¨ªa campa?a por la Bancada Activista ¡ªuna plataforma para que los activistas fueran elegidos, con la que Hilton lleg¨® a ser diputada estatal¡ª: alguien pint¨® en un muro la frase ¡°Travesti elegida muerta¡±, y por correo electr¨®nico la amenazaron con cortarle la cabeza y violarla con objetos. Ahora lucha en los tribunales para que las redes sociales identifiquen 50 perfiles responsables de ataques tr¨¢nsfobos, racistas y mis¨®ginos.
La diputada S?mia Bonfim, amiga y compa?era de partido, alaba la valent¨ªa de Hilton: ¡°Siempre ha sido muy contundente en sus opiniones. Es firme y fuerte, y no tiene miedo a decir las cosas como son¡±. Ambas se conocieron en reuniones por los derechos LGTBI y de las mujeres, antes de que entrara en pol¨ªtica. Hilton ha recibido cr¨ªticas de colegas pol¨ªticos por centrarse demasiado en temas de g¨¦nero. ¡°Quisiera que la falta de respeto al derecho a la ni?ez y adolescencia generara la misma indignaci¨®n en la izquierda que provoca la transfobia, por ejemplo¡±, afirm¨® Raquel Marques, tambi¨¦n diputada de la Bancada Ativista en S?o Paulo desde 2018 ¡ªErika dej¨® el puesto el a?o pasado para presentarse a las municipales¡ª. Tras esa declaraci¨®n, Marques fue expulsada.
De trazos delicados, pelo afro y postura de bailarina, Hilton lidia con la presi¨®n de una vida p¨²blica con ayuda de terapia y tratamientos hol¨ªsticos. Ha tenido que escuchar de un colega parlamentario que ¨¦l ¡°sacar¨ªa a bofetones a una persona trans de un ba?o femenino¡±, y en la Asamblea de S?o Paulo, de mayor¨ªa conservadora, cree que tendr¨¢ que pasar por situaciones similares. ¡°La elecci¨®n de personas como yo es una respuesta al avance de la ultraderecha, el fascismo y el conservadurismo en Brasil. Y no me dejar¨¦ intimidar¡±, sostiene. Ya ha demostrado que es buena en la pelea.
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