He conocido a alguien
El lenguaje del amor y del desamor se expresa con esa manera de hacer que exista lo que no se nombra
Hay que afrontar a veces el brete de explicarle a la pareja que la relaci¨®n se va a terminar porque el amor ha cambiado de destino. En esos casos, y de un tiempo a esta parte, se usa una oraci¨®n que no dice nada pero que lo expresa todo: ¡°He conocido a alguien¡±.
Ese truco de decir la mitad de lo que en realidad se manifiesta viene de lejos, y tiene que ver con las implicaturas, las presuposiciones, las insinuaciones, los sobrentendidos¡
El lenguaje del amor y del desamor est¨¢ lleno de trucos consistentes en expresar mensajes completos de una manera incompleta. Lo mismo pasa con el sexo, asunto que no desmenuzaremos aqu¨ª porque en vez de una columna har¨ªa falta un Parten¨®n.
En el lado del amor, alguien puede decir: ¡°?Quieres subir a mi casa a tomar una copa?¡±. Generalmente, esa pregunta entra?a una implicatura (o sea, una informaci¨®n que se transmite sin explicitarla).Otro tanto ocurre con expresiones como ¡°Edelmira y Pancracio est¨¢n juntos¡±, lo cual se entiende por lo com¨²n como una forma de decir que no es que se hallen juntos en alg¨²n sitio cuando se pronuncian las palabras, sino que est¨¢n juntos todo el d¨ªa o al menos toda la noche. En una fase anterior de su relaci¨®n quiz¨¢s se habr¨¢ comentado de ellos que ¡°salen juntos¡±, de lo cual se deducir¨ªa que no s¨®lo salen sino que tambi¨¦n entran. O sea, que mantienen una ¡°relaci¨®n sentimental¡±, locuci¨®n asimismo imprecisa porque, en teor¨ªa, se puede aplicar incluso a la que une a nietos y abuelos, por ejemplo.
La palabra ¡°juntos¡± (salen juntos, est¨¢n juntos) agranda en estos casos su sentido porque se hace evocadora y enga?osa. Abarca una simple yuxtaposici¨®n paralela: dos personas que caminan una al lado de la otra pero sin tocarse, como las v¨ªas del tren. Y a la vez la mayor uni¨®n posible, la de co-ire (de donde sale ¡°coito¡±, por cierto; o sea, los que van ¨Cy llegan¨C juntos).
En el lado del desamor, los eufemismos y los sobrentendidos funcionan de la misma manera. Por ejemplo, cuando alguien pronuncia ¡°tenemos que hablar¡±. El otro podr¨ªa responder: ¡°Si ya hablamos todos los d¨ªas¡¡±. Pero ¡°tenemos que hablar¡± dice una parte (han de hablar) y omite otra: el tema; que se deduce.
Quiz¨¢s en esa conversaci¨®n alguien diga ¡°d¨¦monos un tiempo¡±. Y ah¨ª entrar¨¢ tambi¨¦n la gran capacidad del lenguaje para decir sin decir. ?Un tiempo de cu¨¢nto tiempo? Porque ?cu¨¢ntos d¨ªas deben pasar para que expresiones como ¡°no fumo¡± o ¡°dej¨¦ de beber alcohol¡± se conviertan en verdad? (Pinker, 2007: 277). ¡°No fumo¡± y ¡°no bebo¡± pueden ser afirmaciones verdaderas incluso si hace dos minutos que consumimos el ¨²ltimo cigarro y la ¨²ltima copa. En cambio, ¡°d¨¦monos un tiempo¡± puede abarcar un tiempo de a?os y a?os. Ay, c¨®mo explotamos a veces la imprecisi¨®n de algunas palabras.
Y a¨²n alcanza un grado mayor en esta escalada de formas eufem¨ªsticas la expresi¨®n ¡°necesito mi espacio¡±. Claro, el espacio lo estamos compartiendo y lo tengo dividido, as¨ª que ¡°mi¡± espacio lo est¨¢s ocupando ¡°t¨²¡±. Y yo necesito el m¨ªo, donde se incluye ese trozo en el que te hallas.
El lenguaje del amor y el desamor se expresa as¨ª en muchas parejas, con esa manera de hacer que exista lo que no se nombra. No se acaba de decir todo del todo, ni al empezar ni al terminar una relaci¨®n; pero aun no diciendo todo, lo que no se pronuncia s¨ª existe. Existe y se comunica, a pesar de no decirse.
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