Ignacio Morgado: ¡°La tecnolog¨ªa domestica nuestro cerebro. Nos hacemos m¨¢s tontos y, sin embargo, viajamos a la Luna¡±
El psicobi¨®logo y neurocient¨ªfico repasa en su nuevo libro la fascinante historia del estudio de la materia gris
Fue su pasi¨®n por la electricidad lo que le llev¨® al estudio del cerebro. Ignacio Morgado (San Vicente de Alc¨¢ntara, 71 a?os) fue atleta y artesano ¡ªestudi¨® oficios en la desaparecida Universidad Laboral¡ª antes de convertirse en catedr¨¢tico de Psicobiolog¨ªa. Iba a estudiar Telecomunicaciones, pero un desv¨ªo del destino le llev¨® a la Facultad de Medicina y fue all¨ª donde descubri¨® que el cerebro funciona con electricidad. Es l¨®gico entonces que, como dice, su personaje hist¨®rico favorito sea el m¨¦dico italiano Luigi Galvani ¡°porque fue ¨¦l quien descubri¨® que los esp¨ªritus que, dec¨ªan, pon¨ªan en marcha el cerebro no eran m¨¢s que impulsos el¨¦ctricos¡±. Hoy da clase en el Instituto de Neurociencia y en la Facultad de Psicolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, y escribe ensayos, como el reciente Materia gris (Ariel), que repasan la Historia, con may¨²sculas, de la concepci¨®n del cerebro. Curiosidades como la de que, en el Antiguo Egipto, se extirpaba el cerebro a los muertos por la nariz, pues consideraban que no era necesario en la otra vida. ¡°Fueron ellos tambi¨¦n los primeros en dejar por escrito lo peligroso que pod¨ªa resultar da?arlo en un combate y que sus consecuencias se manifestaban en otras partes del cuerpo. Se dieron cuenta de que, de alguna forma, nos dirig¨ªa¡±, a?ade. Entre todos los hallazgos que se han hecho a lo largo de esa otra historia, la del estudio del cerebro, tambi¨¦n est¨¢n los referidos a los sue?os, una de sus materias favoritas.
PREGUNTA. Antiguamente, ?qu¨¦ se cre¨ªa que eran los sue?os?
RESPUESTA. Al principio se relacionaban con la muerte. Homero hablaba del sue?o y la muerte como una carrera entre dos gemelos alados, y Virgilio lo consideraba un pariente de la muerte. Arist¨®teles estim¨® el comer como una de sus causas m¨¢s importantes. Siempre se crey¨® que la falta de ox¨ªgeno induc¨ªa el sue?o, y el sentido com¨²n los llev¨® a pensar que no pod¨ªa sino tratarse de un tiempo en el que el cuerpo se repara. En cuanto a lo que se cre¨ªa que significaban los sue?os bueno, se pensaba que eran premonitorios, y que eran una forma que ten¨ªan los dioses de comunicarse con nosotros.
P. Y nada m¨¢s lejos de lo real.
R. Evidentemente. El sue?o es un mecanismo de la mente que sirve para estabilizar su contenido. Repara aquello que se ha gastado durante el d¨ªa. El cerebro sigue trabajando mientras dormimos, s¨ª, pero lo hace a un nivel menor, para reorganizar todo lo recibido. Esa es la raz¨®n por la que, de noche, o por la ma?ana, al despertar, nos sobrevienen ideas que clarifican algo en lo que est¨¢bamos atascados. El cerebro ha hecho su trabajo.
P. As¨ª que el sue?o es necesario. Nada de no dormir la noche antes de un examen, por ejemplo.
R. ?Y no solo eso! Porque el sue?o, adem¨¢s de ordenar, fija lo aprendido. Esto es importante, porque los estudiantes no es solo que deban dormir bien la noche antes de un examen, es que su programa de sue?o, durante el tiempo que estudian (sea una semana o un mes) debe ser sagrado, para que aquello que est¨¢n estudiando quede fijado en su memoria. Porque el sue?o tambi¨¦n afecta a la memoria.
P. ?Qu¨¦ ocurre cuando el estr¨¦s lo descoloca todo?
R. La sociedad hiperestimulada de hoy en d¨ªa no facilita nada ese descanso y dificulta el aprendizaje. Pensemos en hormonas como la adrenalina y el cortisol. Mientras que la adrenalina, que se dispara con emociones fuertes, fija lo que sea que se haya vivido, bueno o malo, el cortisol, que es lo que produce el cuerpo cuando estamos estresados, acelera todos nuestros procesos y lo arrasa todo a su paso.
P. ?Fija la adrenalina la memoria?
R. S¨ª. La adrenalina es una hormona injustamente denostada. Se activa cuando algo nos emociona y hace que el hipocampo se ponga a trabajar a pleno rendimiento. Eso nos ayuda a recordar. Y es lo que explica que aprendamos antes todo lo que tiene que ver con algo que nos gusta. Arist¨®teles no sab¨ªa de su existencia, pero era consciente de que, para aprender, no debemos empezar por el principio, sino por aquello que nos emociona.
P. Pero hoy todo est¨¢ hecho para emocionarnos.
R. S¨ª. Nuestro cerebro es a¨²n de la Edad de Piedra en ese sentido. Est¨¢ preparado para elegir entre dos opciones, no entre millones. Es por eso que, decidamos lo que decidamos, tanto si es comprarse un vestido como casarse con alguien, siempre pensaremos que nos hemos equivocado. ?Hab¨ªa tantas otras opciones! Es una trampa mental. Si hubi¨¦ramos elegido otra cosa, tambi¨¦n pensar¨ªamos lo mismo. Ser consciente de que es as¨ª es el ant¨ªdoto para salir del bucle, y ser feliz. De la misma manera que, para acabar con el estr¨¦s, debemos reducir nuestras expectativas.
P. ?Y de qu¨¦ manera afecta todo eso a la evoluci¨®n del cerebro?
R. El cerebro evoluciona en interacci¨®n con el ambiente, aislado ser¨ªa un ¨®rgano muerto, no es aut¨¢rquico. Y, pese a ello, el cerebro de hoy es muy similar a¨²n al de un griego cl¨¢sico. Es cierto que est¨¢n aumentando las capacidades visuales, y reduci¨¦ndose otras, como las auditivas, pero lo m¨¢s importante del cambio es que, antes, cualquier evoluci¨®n depend¨ªa poco de lo que el hombre hac¨ªa, hoy depende por completo de nosotros.
P. ?A qu¨¦ se refiere?
R. A que el desarrollo tecnol¨®gico depende de nosotros, y el punto hasta el que lleguemos va a cambiar nuestro cerebro. Pensemos en el lobo. Cuando no estaba domesticado, ten¨ªa un cerebro enorme. Lo necesitaba para mantenerse con vida y mantener a su comunidad. El hombre lo domestic¨®, y su cerebro se hizo peque?o. Lo mismo nos ocurri¨® a nosotros. En un momento dado, el cerebro humano decreci¨® en 30 gramos. Hoy nos estamos domesticando con la tecnolog¨ªa. Ya no necesitamos tanto cerebro. Nos hacemos m¨¢s tontos, menos capaces de hacer cosas elementales y, sin embargo, viajamos a la Luna.
P. Porque hemos aprendido a cooperar, ?y no es eso un signo de inteligencia?
R. Los progresos en ciencia son imposibles sin la conjunci¨®n de muchos cerebros. Hoy en d¨ªa esa cooperaci¨®n es enorme. De manera que, en mi campo, podemos hasta marcar las neuronas de una rata y activarlas con luz, gracias a que cooperamos. ?Estamos hablando de controlar la mente!
P. Suena a ciencia ficci¨®n.
R. S¨ª. Aunque, en realidad, no somos libres porque el cerebro no lo es. Necesita entradas y salidas. No puede cerrarse al resto del mundo. Y act¨²a en consecuencia.
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