Michaela Coel, la mujer valiente que narr¨® su violaci¨®n, se lleva un Emmy
Directora, guionista y actriz, la londinense optaba a nueve categor¨ªas con su serie ¡®Podr¨ªa destruirte¡¯. Ha ganado el de mejor guion de una miniserie
Un d¨ªa de 2018, Michaela Coel, que entonces a¨²n no era ¡°Michaela Coel¡±, invit¨® a sus amigos a ver Stranger Things en casa. Les prepar¨® burritos con mucha cebolla. Cuando se sentaron a ver la serie, se col¨® una polilla en la casa. Agarr¨® el aerosol antiinsectos y ech¨® tanto por toda la casa que nadie pod¨ªa respirar. Excepto ella que, por otro lado, tampoco notaba el olor a cebolla. Fue as¨ª como se dio cuenta de que padec¨ªa anosmia, p¨¦rdida del olfato.
Se convenci¨® entonces de que la falta de olfato no hac¨ªa otra cosa que agudizar sus otros sentidos. ¡°Y, agarr¨¢ndome a esa creencia, seguramente falsa, encontr¨¦ la manera de lidiar con la p¨¦rdida mientras esquivaba los sentimientos de p¨¢nico, confusi¨®n y vulnerabilidad¡±, explica en su ensayo Marginados, que publicar¨¢ Temas de Hoy a principios de octubre. El libro en realidad es la reproducci¨®n de la conferencia que esta actriz, guionista y directora dio en el festival de televisi¨®n de Edimburgo en 2018. La clase magistral McTaggart, que siempre hab¨ªa reca¨ªdo en veteranos ejecutivos televisivos y estrellas a?ejas, nunca hab¨ªa trascendido fuera de los confines del sector hasta que se la encargaron a Coel, la primera mujer negra que ten¨ªa ese honor, y antes de cumplir los 30 ¡ªahora tiene 33¡ª. Utiliz¨® esa hora larga para lanzar lo que una revista describi¨® como una ¡°granada de mano¡± contra los presentes.
Explic¨® c¨®mo hab¨ªa llegado hasta all¨ª saliendo del barrio londinense de Tower Hamlets, con una madre migrante ghanesa que las crio sola a ella y a su hermana combinando su trabajo de enfermera con el de limpiar casas, algo que har¨ªa la propia Coel tambi¨¦n. Narr¨® su paso traum¨¢tico por la elitista escuela de arte dram¨¢tico Guildhall. Y de paso cont¨® a todos los congregados lo que le sucedi¨® un d¨ªa que sali¨® tarde de su productora, donde se hab¨ªa encerrado para escribir un piloto. Fue a un bar, le echaron algo en la bebida, la violaron. Al d¨ªa siguiente no recordaba nada y solo despu¨¦s de mucha reflexi¨®n y terapia pudo ir recomponiendo esa noche infernal. ¡°Ah¨ª estaba ella, que es lo que todos queremos: una mujer de color joven y cool que adem¨¢s es una escritora fant¨¢stica, el Santo Grial de la televisi¨®n. Y nos estaba diciendo que todo hab¨ªa sido una mierda para ella¡±, explic¨® uno de los presentes, el jefe de dram¨¢ticos de la BBC, Piers Wenger.
La historia de la violaci¨®n la sabe cualquiera que haya visto Podr¨ªa destruirte, la serie coproducida por HBO y la BBC que optaba a nueve emmys, entre ellos el de mejor serie de duraci¨®n limitada, mejor guion y mejor actriz protagonista. Finalmente, Coel se ha hecho con el premio a mejor guion de una miniserie. ¡°Hace ya a?os que las series vivenciales, en primera persona, son una tendencia importante, pero lo que hace Coel aqu¨ª es rompedor. Se la compara a menudo con Fleabag, pero lo suyo es mucho m¨¢s punzante¡±, cree V¨ªctor Sala, director del festival Serielizados. ¡°Pone sobre la mesa la casi totalidad de la agenda feminista actual: consentimiento, violaci¨®n, abuso de poder, abuso sexual, narcisismo en redes, sororidad, amistades l¨ªquidas, aplicaciones de ligue y la cultura de la cancelaci¨®n¡±, lista Enric Pardo, guionista y cocreador de la serie Mira lo que has hecho y rendido admirador de Coel, como el 100% de la industria audiovisual. Jac Schaeffer, que compite con ella como creadora de Bruja escarlata y Visi¨®n, dijo a Variety: ¡°Creo que todo lo que hace es rompedor en el sentido m¨¢s aut¨¦ntico de la palabra¡±. De alguna manera, todos saben que Coel juega en otro nivel.
Adem¨¢s de esa capacidad para trenzar, como se?ala Pardo, lo que separa a Coel de otros creadores contempor¨¢neos es su postura frente a la industria. En la misma conferencia McTaggart explic¨® que Netflix le hab¨ªa ofrecido un mill¨®n de d¨®lares por su serie, despu¨¦s de emitir su primer trabajo, Chewing Gum, pero a cambio le ped¨ªan que cediese los derechos. Coel se neg¨®. ¡°No tengo hipoteca, ni tarjeta de cr¨¦dito, ni hijos, ni coche. Me va bien con mi bicicleta. El dinero est¨¢ bien, pero prefiero la transparencia. Mis historias son mis beb¨¦s, quiero cuidarlos, as¨ª que ped¨ª mantener una porci¨®n de mis derechos maternales, mi copyright¡±. Ese gesto, que contiene cierta radicalidad, adquiere m¨¢s valor cuando quien lo hace es alguien que se supone que deber¨ªa estar constantemente dando las gracias por estar ah¨ª. Coel, que sufri¨® bullying en su escuela cat¨®lica y tuvo a los veintipocos una etapa de fervor evang¨¦lico que ella misma satiriza en Chewing Gum, se niega a participar en ese clich¨¦ del pobre agradecido y del migrante eterno.
¡°Las personas que migran no est¨¢n migrando todo el rato. Hay que dejar de contar a las personas que no somos blancas como eternas reci¨¦n llegadas¡±, reclama la periodista y escritora Luc¨ªa Mbom¨ªo, a quien el trabajo de Coel le genera un eco especial, tambi¨¦n por la alquimia, no siempre fluida, entre el feminismo y el antirracismo. ¡°En la serie ella se da cuenta de que lleva toda la vida preocupada por ser negra y, a ra¨ªz de la violaci¨®n, se da cuenta de que tambi¨¦n es mujer. Muchas veces a lo largo de tu vida acabas por asirte solo a uno de los rostros que componen tu identidad poli¨¦drica, como dice Amin Maalouf. A m¨ª no me llamaban ¡®ni?a de mierda¡¯, me llamaban ¡®negra de mierda¡¯, as¨ª que al feminismo he llegado tarde, como ella¡±. Mbom¨ªo est¨¢ inmersa en la preparaci¨®n de su propia serie, ella s¨ª con Netflix, adaptaci¨®n de su novela Hija del camino. Todos los guionistas son afrodescendientes y tienen en Coel un faro. ¡°Me encanta que exista. Sirve para que todos tengamos m¨¢s valor para contar¡±.
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