C¨®mo fue la negociaci¨®n del Brexit desde dentro: tensi¨®n, estrategia y golpes de efecto
Michel Barnier, representante de la UE ante el Reino Unido y flamante aspirante a candidato presidencial de la derecha francesa, desentra?a en un libro los entresijos de su dura pugna pol¨ªtica con los brit¨¢nicos
Martes 7 de julio de 2020
Direcci¨®n estaci¨®n de Midi. Tengo que coger el tren para Londres, donde cenaremos unos cuantos con David Frost [el negociador jefe del Reino Unido] en el 10 de Downing Street, despu¨¦s de una reuni¨®n con Boris Johnson. En el coche suena el tel¨¦fono. Es Angela Merkel, que quiere precisamente ponerme al tanto de la conversaci¨®n telef¨®nica que acaba de tener con Boris Johnson. ¡°He expuesto claramente nuestras posiciones y le he dicho que todos te apoyamos¡±. Unas palabras nada m¨¢s, pero son mensajes que importan. Los brit¨¢nicos pensaban que empezar¨ªamos a flaquear bajo la presi¨®n de su inflexibilidad, de los intereses nacionales y del tiempo que pasa. Ir a Londres con un mensaje fuerte de unidad de los 27 es de un valor inestimable para m¨ª.
Solo viajamos una peque?a delegaci¨®n, pero hay una cierta sensaci¨®n de libertad en este viaje despu¨¦s de los meses de confinamiento. Marco y su equipo estudiar¨¢n la posibilidad de nuevas rondas de negociaci¨®n en Londres a partir de fin de mes. Clara, Paulina, Georg y yo nos dirigimos a Downing Street.
David Frost nos recibe primero en el despacho de Margaret Thatcher, alrededor de la gran mesa de roble utilizada en la cumbre del G-8, en Lough Erne, Irlanda del Norte, en 2013. Los brit¨¢nicos, anfitriones por primera vez, entablan una conversaci¨®n animada, pero que quiere ser constructiva, sobre el level playing field [reglas de juego uniformes]. Oliver Lewis, adjunto de David Frost y de Dominic Cummings, menciona ¡°diferencias filos¨®ficas¡± que deber¨ªamos superar. Para ¨¦l, la soberan¨ªa es el principio rector. El Reino Unido no podr¨¢ comprometerse sobre la no regresi¨®n de las normas, especialmente medioambientales, si tiene como consecuencia atar las manos de su Parlamento para el futuro. Intentamos comprender sus argumentos. Paulina explica que nosotros no imponemos nada a los brit¨¢nicos, puesto que nuestras normas hasta ahora son comunes, y que la no regresi¨®n es un concepto est¨¢ndar de los acuerdos de libre comercio.
De repente, Boris Johnson irrumpe en la sala, seguido de Mark Sedwill, secretario del gabinete. Nos estrechamos las manos y soltamos una o dos ocurrencias ¡ª¡±?hab¨¦is logrado cruzar La Mancha?¡±¡ª, antes de que David Frost sugiera una reuni¨®n a solas en el despacho del primer ministro. ¡°As¨ª que, si los peri¨®dicos no mienten, ?eres t¨² el que nos ha contagiado la covid?¡±, contin¨²a Boris Johnson sonriendo. A lo que le respondo a bote pronto: ¡°O quiz¨¢ es al contrario¡¡±.
S¨¦ que tengo que elegir un tema, no podemos hablar de todo. Inicio la conversaci¨®n sobre las ayudas de Estado. ¡°Podemos tener mercados totalmente abiertos, pero no si hac¨¦is dumping [bonificaciones fiscales] o competencia desleal con nosotros. Nos gustan mucho los coches que fabric¨¢is en Inglaterra, pero no nos gustar¨ªan vuestras subvenciones, como a vosotros no os gustar¨ªan las nuestras. ?C¨®mo podemos cooperar abiertamente si no conocemos vuestro nuevo sistema de control de las ayudas de Estado?¡±. ¡°Good point! Let¡¯s work on that!¡± [?Buena observaci¨®n! Vamos a trabajar en ello], me responde. (...)
S¨¢bado 17 de octubre de 2020
Los brit¨¢nicos han dejado la mesa de negociaciones; para ser precisos, no quieren que volvamos a Londres. La crisis que hab¨ªamos anticipado en varias ocasiones est¨¢ aqu¨ª. Quo vadis? Este s¨¢bado por la ma?ana intercambiamos impresiones con Clara, Paulina y Georg. Respecto a lo que se trama en Londres, las opiniones difieren. Clara, siempre directa, realista y breve: ¡°Creo que han escrito el cap¨ªtulo final. Como dec¨ªamos, cuanto m¨¢s alto suben, m¨¢s dif¨ªcil les resulta bajar. Y ahora han subido muy alto¡¡±. Georg lleva la contraria: ¡°??nimo! Siempre hemos sabido que llegar¨ªamos a una especie de crisis. Ahora que hemos llegado ah¨ª, deber¨ªamos hacer lo que siempre dijimos que har¨ªamos: ser los adults in the room [los adultos en esta situaci¨®n], tranquilos, unidos y preparados para todos los escenarios. D¨¢ndonos el tiempo necesario. T¨¢cticamente, el objetivo de su crisis es presentar el no deal [no acuerdo] como una salida cre¨ªble. Es probable que vuelvan a la mesa de negociaciones. Lo que cuenta para nosotros es que lo hagan en nuestros t¨¦rminos, guardando nuestras posiciones intactas¡±.
Puede que David Frost haya subestimado la din¨¢mica del Consejo Europeo y aconsejado mal a su primer ministro, dici¨¦ndole que los jefes de Estado ser¨ªan m¨¢s flexibles que el grupo de trabajo. Para salvar el pellejo, ha montado este drama. (...) Stefaan tambi¨¦n da su opini¨®n: ¡°Dif¨ªcil dar una interpretaci¨®n. Hace apenas unos d¨ªas que David Frost ha dicho en la C¨¢mara de los Lores que el Reino Unido estaba dispuesto a m¨¢s. Su postura, desde lo alto de la colina, podr¨ªa llegar a hacerse realidad. Nos interesa la desescalada¡±. Y Clara concluye: ¡°De todos modos, nos queda un ¨²ltimo cartucho, una oferta take it or leave it [t¨®malo o d¨¦jalo], en un momento cercano al final del plazo¡±. Todas estas opiniones son v¨¢lidas, ¨²tiles. El camino correcto se encuentra compartiendo. El lunes tenemos otra cita por videoconferencia con David Frost, y nos dir¨¢ lo que hay. Por nuestra parte, haremos lo que hemos dicho: permanecer tranquilos y trabajar por la unidad de los 27. (¡)
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