Boris Johnson y el precio del Brexit
Los problemas de suministros e inmigraci¨®n en Reino Unido son autoinfligidos
El populismo termina pasando una cuantiosa factura a la sociedad que se entrega a ¨¦l: a veces m¨¢s tarde, pero casi siempre muy temprano. Las consecuencias materiales que est¨¢ teniendo el Brexit en el Reino Unido ofrecen un repertorio notable de tipos. Los ciudadanos brit¨¢nicos est¨¢n asistiendo a situaciones que fueron despreciadas como alarmismos infundados en el refer¨¦ndum para la salida de la UE de 2016. Tambi¨¦n fueron desde?adas por el primer ministro desde julio de 2019, el conservador Boris Johnson, durante todo el proceso negociador con Bruselas como meras hip¨®tesis que nunca llegar¨ªan a suceder. En el lapso de pocas semanas los brit¨¢nicos se han visto asaltados por el riesgo de desabastecimiento de algunos productos, la escasez de mano de obra o una crisis de refugiados en su territorio. La ret¨®rica patri¨®tica de Johnson se ha revelado ineficaz, como adivin¨®, entre otros, Jonathan Coe en una espl¨¦ndida novela, El coraz¨®n de Inglaterra.
La tensi¨®n con Par¨ªs se ha disparado ante la llegada incesante al Reino Unido de migrantes que cruzan el Canal procedentes de Francia y que el Gobierno galo se niega a readmitir. Algunos miembros del Gabinete Johnson, como la ministra de Interior, Priti Patel, han propuesto el uso de la fuerza para hacer retroceder a las precarias embarcaciones y dejar el asunto en manos francesas, a costa de poner en riesgo la intocable Convenci¨®n de la ONU sobre el Derecho del Mar, seg¨²n la cual nadie puede abandonar en el mar a quien corre peligro. Nada de esto suceder¨ªa si el Reino Unido siguiera en la UE; se aplicar¨ªa el reglamento Dublin III, seg¨²n el cual los migrantes pueden ser devueltos al primer pa¨ªs por el que ingresaron en la Uni¨®n. Acabar con la inmigraci¨®n irregular fue una bandera del Brexit, pero nadie explic¨® c¨®mo, y menos que nadie los abanderados del Brexit.
M¨¢s grave que ese conflicto lo es el que genera la nueva ley de inmigraci¨®n del Gobierno brit¨¢nico y las fuertes restricciones de contrataci¨®n de trabajadores comunitarios que impone. Con ellos se contaba cada temporada de recolecci¨®n como se contaba con los transportistas. El resultado es que a¨²n habiendo en origen cantidad suficiente de alimentos perecederos, los medios para que puedan ser distribuidos son escasos. Algunos productores est¨¢n incluso recurriendo a la contrataci¨®n de presos en r¨¦gimen de segundo grado. Siguiendo una estrategia cortoplascista, Johnson ha retrasado unilateralmente los controles aduaneros y sanitarios de los alimentos procedentes de la UE. Con ello ha logrado levantar la furia de un sector que secund¨® sus promesas en la campa?a por el Brexit.
Johnson se escuda en la crisis creada por la covid ¡ªenfermedad que tambi¨¦n desde?¨® en sus comienzos¡ª, pero lo cierto es que en realidad es una excusa: al electorado brit¨¢nico se le ocultaron las consecuencias negativas de semejante decisi¨®n. Hoy ya las conocen.
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