Viejos e inmaduros
Las personas que tuvieron un cierto protagonismo en el periodo de la Transici¨®n eran muy distintas entre s¨ª
Delimitar el periodo llamado Transici¨®n ha sido siempre tarea complicada: la mayor¨ªa de los historiadores y analistas sit¨²a el inicio a la muerte del dictador, en noviembre de 1975, pero hay m¨¢s discrepancias respecto a su final: la proclamaci¨®n de la Constituci¨®n en 1978, las primeras elecciones que gan¨® el Partido Socialista, en 1982, tras el intento del golpe de Estado; ...
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Delimitar el periodo llamado Transici¨®n ha sido siempre tarea complicada: la mayor¨ªa de los historiadores y analistas sit¨²a el inicio a la muerte del dictador, en noviembre de 1975, pero hay m¨¢s discrepancias respecto a su final: la proclamaci¨®n de la Constituci¨®n en 1978, las primeras elecciones que gan¨® el Partido Socialista, en 1982, tras el intento del golpe de Estado; la entrada de Espa?a en la Comunidad Europea, en 1986¡ Sea como sea, la mayor¨ªa de los hombres y mujeres que tuvieron un papel se?alado en alg¨²n momento de ese periodo supera ya f¨¢cilmente los 70 o 75 a?os de edad. Es decir, entran en la categor¨ªa de viejos. Y ahora es posible incluso que hayan entrado en la de ¡°viejos enfurru?ados¡±, esas personas que por culpa de la edad se suelen enfadar de manera leve, pero con gran expresi¨®n de disgusto. Afortunadamente, no es algo grave ni que tenga grandes consecuencias porque, como dec¨ªa Manuel Aza?a, la gente no se agrupa por edad sino por sus ideas, as¨ª que hay viejos enfurru?ados de todo tipo, de derechas y de izquierdas, liberales, autoritarios, anarquistas, conservadores, nost¨¢lgicos y activos, partidarios de reformas e inmovilistas, rencorosos y generosos, calvos y con pelo, ¨¢giles y cojos, que se relacionan con j¨®venes (por supuesto, todos ellos alegres y calmados), pero tambi¨¦n de derechas y de izquierdas, liberales, autoritarios, calvos y melenudos, etc¨¦tera, etc¨¦tera.
Las generalizaciones y las formas impersonales suelen incomodar dentro de los an¨¢lisis pol¨ªticos. ?Se puede pensar que los hombres y mujeres de aquella Transici¨®n endurecieron de repente y en bloque sus posiciones desplaz¨¢ndose hacia la derecha y adoptando posiciones intolerantes y excluyentes? ?Cu¨¢ntos? ?Todos, un tercio, el 33,3% de ellos? A muchos periodistas nos suele saltar un interruptor siempre que alguien relacionado con la pol¨ªtica dice: ¡°Habr¨ªa que haber hecho¡¡±. ?El qu¨¦? ?Qui¨¦n? ?C¨®mo? ?Cu¨¢ndo? Las personas que tuvieron un cierto protagonismo en la Transici¨®n eran muy distintas entre s¨ª, pero bueno, consideremos el periodo: ?qu¨¦ cosas concretas se debieron haber hecho que no hicieron? ?Cu¨¢ndo? ?C¨®mo? En realidad, es un an¨¢lisis muy interesante, que merece concreci¨®n y exactitud. Obviamente no se puede reprochar, en t¨¦rminos generales, que en el periodo de la Transici¨®n no se produjeran reformas, porque hubo much¨ªsimas. Quiz¨¢s si se analiza el periodo a partir de 1996, se observa una fuerte ralentizaci¨®n. ?Producto de personas que ya hab¨ªan hecho su trabajo y que ahora pon¨ªan impedimentos para que otras hicieran el suyo? Todo es posible, pero es tambi¨¦n muy probable que los enfurru?ados fueran los votos: Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, el l¨ªder del PP, obtuvo en 1996 casi 9,8 millones de papeletas y 156 diputados, y logr¨® formar Gobierno porque, aunque Jordi Pujol se neg¨® a entrar en el Gobierno de coalici¨®n que se le ofreci¨® (ya entonces existi¨® esa posibilidad), s¨ª acept¨® el llamado Pacto del Majestic, para darle la mayor¨ªa necesaria. Cuatro a?os mas tarde, en 2000, los votos segu¨ªan enfurru?ados y dieron mayor¨ªa absoluta al Partido Popular, poco caracterizado por su ansia de reformas. Los ocho a?os siguientes fueron gobernados por j¨®venes de centro izquierda con ansias reformistas, que tuvieron que gestionar la terrible crisis de 2008 y recibir el voto de castigo que devolvi¨® al poder al PP, todav¨ªa m¨¢s paralizado y est¨¢tico.
As¨ª que llegamos al periodo m¨¢s reciente, con los viejos ¡°de la Transici¨®n¡± todav¨ªa m¨¢s viejos y m¨¢s lejos de los espacios de poder, de todo tipo de poder, sean de derechas, de izquierdas o de medio centro. Eso es cosa razonable y predecible y por mucho que se enfurru?en, lo cierto es que casi ninguno de ellos tiene el poder para cambiar el mundo, ni en el sentido que ellos, cada uno de ellos, ambicione, ni para evitar que lo haga, pese al miedo que a cada uno de ellos le produzca ese eventual cambio. Son otras personas, cada una con sus ideas, las que se encuentran en los ¨¢mbitos de poder y quienes son responsables de lo que ocurre en el escenario. Es en el escenario donde se habla y act¨²a, donde se reflexiona en voz alta y donde se cambia el texto y la ley. Y no se puede estar subido en ¨¦l y negarse a madurar y a aceptar la responsabilidad.
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