Los cl¨¢sicos no son asunto de blancos
Los refugiados sirios que acept¨® Merkel ya han devuelto en impuestos m¨¢s de la mitad de lo que cost¨® acogerlos
Una conocida revista brit¨¢nica, Prospect, busca cada cierto tiempo los nombres de las 50 personas que considera m¨¢s influyentes en el mundo del pensamiento, desde la ciencia hasta la literatura, pasando por la tecnolog¨ªa, la filosof¨ªa o la teor¨ªa pol¨ªtica. Es una lista discutible y con un componente de apuesta, pero tiene la virtud de mantenerse viva desde hace a?os, lo que permite evaluar los cambios que van introduciendo. El m¨¢s espectacular es la pujante presencia de nombres asi¨¢ticos, africanos o latinoamericanos, frente al abrumador empuje de europeos y norteamericanos de hace pocas d¨¦cadas. La segunda evidencia es que buena parte de esos pensadores que marcar¨¢n probablemente nuestro futuro son inmigrantes, personas que han salido de sus pa¨ªses, empobrecidos o violentos, para desarrollar sus capacidades en entornos m¨¢s favorables.
Es un dato fundamental en un momento en el que el tema del asilo y de la inmigraci¨®n ha irrumpido de manera tan manipuladora en el debate pol¨ªtico de nuestras sociedades, present¨¢ndolo como una amenaza para sociedades democr¨¢ticas y tecnificadas como las nuestras, pese a que los datos comprobados demuestran que algunos de esos importantes avances son producto directo de la inteligencia y el trabajo de exiliados e inmigrantes. Adem¨¢s, no se trata en muchos casos de personas que hayan llegado a nuestros pa¨ªses ya formadas, con lo que la Uni¨®n Europea llama la ¡°tarjeta azul¡±, es decir, no forman parte del grupo de talentos que las universidades o centros de investigaci¨®n europeos han ido a buscar, a ¡°cazar¡±, a sus pa¨ªses de origen. No, son ni?os y ni?as que llegaron junto con sus padres en busca de mejores condiciones de vida.
En los 10 primeros lugares de la mencionada lista figura un te¨®rico pol¨ªtico ugand¨¦s, que vivi¨® en EE UU y acaba de regresar a Kampala; dos m¨¦dicos turcos expertos en vacunas que trabajan en Alemania, una mujer india que ocupa una c¨¢tedra de ingl¨¦s en Cambridge, un investigador palestino que realiza sus trabajos sobre embriones en el Instituto Weizmann de Israel, una joven nativa estadounidense que march¨® a Edimburgo y que es una de las mejores expertas en salud p¨²blica.
Quiz¨¢s el caso m¨¢s expresivo sea el de Dan-el Padilla Peralta, profesor en Princeton y uno de sus mejores expertos en el mundo antiguo, Roma y Atenas. Padilla naci¨® en la Rep¨²blica de Santo Domingo, es negro y su madre fue una inmigrante que entr¨® en Estados Unidos sin papeles y crio sola a su hijo, viviendo en ocasiones en asilos para indigentes. El ni?o fue a la escuela y descubri¨® la historia de Roma. ¡°?Por qu¨¦ creen ustedes que los cl¨¢sicos son cosa de los blancos?¡±, se re¨ªa en una reciente entrevista.
Los datos demuestran una y otra vez que la inmigraci¨®n se ha transformado siempre en riqueza para los pa¨ªses europeos receptores. En Alemania, varios estudios han demostrado que el mill¨®n de inmigrantes que acept¨® Angela Merkel en la crisis de Siria, en 2015, ya han devuelto en forma de impuestos m¨¢s de la mitad del dinero que se emple¨® en acogerlos. En s¨®lo seis a?os. M¨¢s de 400.000 tienen un trabajo, decenas de miles reciben formaci¨®n profesional o van a la universidad. Aun as¨ª, una reciente encuesta indica que los refugiados siguen preocupando al 45% de los alemanes, aunque la principal inquietud ya no son ellos, sino los efectos de la pandemia y, como siempre, la posible inflaci¨®n.
Incre¨ªblemente, la pol¨ªtica europea de inmigraci¨®n y asilo no ha hecho m¨¢s que endurecerse en los ¨²ltimos a?os. El alto representante de la Uni¨®n para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, clamaba hace poco por la formaci¨®n de un peque?o ej¨¦rcito europeo, capaz de intervenir en casos puntuales como, por ejemplo, la evacuaci¨®n del aeropuerto de Kabul. Una unidad militar semejante no existe, por supuesto, pero s¨ª se cre¨® en la crisis de 2015 una Guardia Europea de Fronteras y Costas, con m¨¢s de 10.000 agentes armados, cuya misi¨®n no parece ser facilitar los tr¨¢mites de acogida, sino dificultarlos. En pocas semanas volver¨¢ a analizarse en Bruselas el Pacto sobre Migraci¨®n y Asilo aprobado por la Comisi¨®n en 2020. Ser¨ªa interesante que esos debates se retransmitieran en abierto y cada cual pudiera o¨ªr lo que dicen nuestros representantes.
Suscr¨ªbete aqu¨ª a la newsletter semanal de Ideas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.