La d¨¦cada de las tres rupturas
El marxismo, la OTAN y la relaci¨®n con UGT transformaron el socialismo espa?ol
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Grandes encrucijadas transforman la naturaleza de las formaciones pol¨ªticas. En una de ellas se encuentran ahora los socialistas franceses, en riesgo de desaparici¨®n (despu¨¦s de su refundaci¨®n a finales de los a?os sesenta), de divisi¨®n y de p¨¦rdida de su alma socialdem¨®crata. Al unirse a la plataforma de izquierdas que lidera Francia Insumisa, el partido de Jacques Delors y Fran?ois Mitterrand la fortalece y, adem¨¢s, puede apuntalarse y ganar presencia parlamentaria, aunque el precio ser¨¢ desdibujar su esencia europe¨ªsta, el coraz¨®n de su proyecto hist¨®rico.
De este tipo de metamorfosis sabe el socialismo espa?ol. En la d¨¦cada que va entre 1979 y 1988 tres rupturas alteraron para siempre sus se?as de identidad. Las tres tuvieron lugar bajo el liderazgo de Felipe Gonz¨¢lez, como secretario general del PSOE y luego como presidente del Gobierno: el abandono del marxismo, la permanencia en la OTAN y la autonom¨ªa respecto al sindicato hermano, la UGT.
1979 fue un a?o muy movido para los socialistas. En marzo hubo elecciones generales, las segundas desde la muerte de Franco, y el PSOE no pas¨® de ser el principal partido de la oposici¨®n. Dos meses despu¨¦s celebra su XXVIII Congreso, en el que los delegados rechazan la iniciativa de Gonz¨¢lez de abandonar estatutariamente la definici¨®n del partido como ¡°marxista¡±. ?ste dimite de la secretar¨ªa general y el partido queda en manos de una gestora. Apenas un trimestre despu¨¦s, en un Congreso extraordinario, Felipe volver¨¢ en loor de multitudes y se abandonar¨¢ el marxismo como ideolog¨ªa oficial. Delante de miles de delegados y militantes Felipe lanzar¨¢ su c¨¦lebre aserto: ¡°?Compa?eros, hay que ser antes socialistas que marxistas!¡±. En los actuales estatutos del partido no hay ni una gota de marxismo: el PSOE se define a s¨ª mismo como europe¨ªsta, feminista, ecologista, instrumento para la participaci¨®n pol¨ªtica que representa a la clase trabajadora y a los hombres y mujeres que luchan contra todo tipo de explotaci¨®n.
Tres a?os despu¨¦s, en 1982, Espa?a ingresa en la OTAN de la mano de Leopoldo Calvo Sotelo. Convocadas elecciones generales, los socialistas llevan en su programa una promesa fuerte: someter a refer¨¦ndum la permanencia de nuestro pa¨ªs en la Alianza Atl¨¢ntica, con su voto negativo. La posici¨®n socialista era inequ¨ªvoca. En noviembre de 1981 se celebra en la campa de la Ciudad Universitaria de Madrid una gigantesca concentraci¨®n de centenares de miles de personas bajo el lema ¡°Contra el ingreso en la OTAN, por la paz, el desarme y la libertad¡±, en la que el orador principal, Felipe Gonz¨¢lez, grit¨® ante la multitud: ¡°?Qu¨¦ dir¨¢n los aliados de las OTAN ante medio mill¨®n de personas que dicen en Madrid que no quieren ingresar en la Alianza?¡±.
Pero nada m¨¢s llegar a la Moncloa comienza el giro. En 1986, el Gobierno socialista convoca el refer¨¦ndum prometido, pero defiende la permanencia de Espa?a en la OTAN. Participa s¨®lo el 59% del censo, gana el ¡°s¨ª¡± con un 52% de los votos, y los partidarios de la salida son casi un 40% (mayoritarios en comunidades como Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco). Aquella contorsi¨®n en carne viva dej¨® muchas heridas abiertas, que quiz¨¢ expliquen todav¨ªa hoy la renuencia de parte de la ciudadan¨ªa ante la presencia de la OTAN en la guerra de Ucrania. Muchos votantes socialistas de entonces no acudieron a las urnas, y los que votaron a favor lo hicieron con desgana y decepci¨®n.
En 1987, los dos m¨¢ximos representantes del sindicalismo en las filas parlamentarias socialistas, Nicol¨¢s Redondo y Ant¨®n Sarac¨ªbar, devolvieron su acta de diputados en desacuerdo con la pol¨ªtica econ¨®mica social-liberal del ministro de Econom¨ªa, Carlos Solchaga, avalado por Felipe Gonz¨¢lez. La ruptura entre el partido y el sindicato hermano, y la autonom¨ªa de ambas partes, se corrobora en la huelga general del 14 de diciembre de 1988, la m¨¢s masiva de la historia de Espa?a. Desde entonces apenas se hablar¨¢ de la UGT como correa de transmisi¨®n del partido.
El PSOE que heredaron Joaqu¨ªn Almunia, Rodr¨ªguez Zapatero y Pedro S¨¢nchez no reverti¨® las decisiones tomadas. Precedentes para el socialismo franc¨¦s.
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