Qu¨¦ se puede esperar
Alberto N¨²?ez Feij¨®o tiene que demostrar en los comicios de Andaluc¨ªa que ha elegido liderar el centroderecha
Las elecciones auton¨®micas andaluzas que se celebran hoy domingo son casi tan importantes para calibrar cu¨¢l es la verdadera posici¨®n del PSOE y las posibilidades del presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, de repetir mandato en las pr¨®ximas generales, como para averiguar qu¨¦ se puede esperar realmente del Partido Popular y de su nuevo presidente, Alberto N¨²?ez Feij¨®o.
Un resultado arrollador del candidato popular, Juan Manuel Moreno Bonilla, es decir, una mayor¨ªa absoluta o muy pr¨®xima, dejar¨ªa al PSOE y a S¨¢nchez ante dos posibilidades: forzar una nueva crisis de gobierno, que lleve al Consejo de Ministros a varios pesos pesados capaces de dar un nuevo impulso pol¨ªtico al a?o y medio que falta para cumplir la legislatura, o adelantar la convocatoria de las elecciones generales. Hace a?os se podr¨ªa haber pensado que la primera opci¨®n era la m¨¢s probable, impulsada desde Ferraz, pero el actual equipo dirigente del Partido Socialista no parece tener mucha capacidad de forzar crisis ministeriales ni menos a¨²n de proponer candidatos indiscutibles, de mucho peso pol¨ªtico. Eso pertenece ya a la prehistoria del Partido Socialista como organizaci¨®n.
La segunda opci¨®n ser¨ªa adelantar las elecciones generales, un escenario que Pedro S¨¢nchez ha rechazado ya en varias entrevistas y discursos. Ser¨ªa la opci¨®n obvia para los dirigentes auton¨®micos y municipales socialistas que o bien est¨¢n ya en el poder y esperan repetir o bien tienen serias expectativas de alcanzarlo en las elecciones de mayo de 2023. Para todos ellos, mantener las generales para fin del mandato, en noviembre de 2023, supone correr el riesgo de pagar por adelantado los platos rotos, es decir, reducir sus propias expectativas de voto por tener que soportar un castigo destinado al Gobierno central. Y todo ello, sin tener ninguna garant¨ªa de que el castigo no ser¨¢ finalmente doble; en mayo y en noviembre.
Parece, pues, que el PSOE encomienda su estrategia y su futuro a un resultado no demasiado brillante del PP en Andaluc¨ªa, seguramente ganador (¡°la pregunta en estas elecciones no es qui¨¦n va a ganar, sino c¨®mo va a gobernar Moreno Bonilla¡±, aseguran los populares), pero suficientemente escaso como para tener que enfrentarse a una mala alternativa: convocar nuevas elecciones, una especie de segunda vuelta ¡°a la francesa¡±, dando tambi¨¦n tiempo a la izquierda de Yolanda D¨ªaz para que intente rehacer su espacio, o aceptar la incorporaci¨®n de Vox al Gobierno presidido por Moreno Bonilla.
Existe una tercera posibilidad, insinuada por el propio N¨²?ez Feij¨®o: ¡°Entiendo yo que el PSOE nos dar¨¢ una soluci¨®n. (¡) Si al PSOE le molesta tanto Vox, que lo acredite¡±, dijo recientemente en una visita a El Ejido (Almer¨ªa). Es una postura extra?a porque las cosas no funcionan de esa manera en un escenario pol¨ªtico normal. Es verdad que el PP lleva a?os trastocando los usos democr¨¢ticos normales (basta con comprobar que sigue neg¨¢ndose a renovar los ¨®rganos constitucionales). Pero de acuerdo con los usos democr¨¢ticos normales, tras unas elecciones no es el perdedor el que llama al ganador y le ofrece sus votos o su abstenci¨®n, sino que es la fuerza mayoritaria, que tiene, en primera instancia, la responsabilidad de formar gobierno, la que llama a sus posibles socios, realiza sus ofertas y valora las exigencias de los dem¨¢s. En el caso de buscar una soluci¨®n con los socialistas, ser¨ªa Moreno Bonilla quien tendr¨ªa que pensar qu¨¦ propuesta hacerles: gobierno de coalici¨®n, acuerdo de legislatura, abstenci¨®n sin compromiso alguno¡
Sea como sea, quien tiene que acreditar en estas elecciones andaluzas que realmente ha apostado por atraer un voto moderado y de centro es precisamente N¨²?ez Feij¨®o. En las elecciones de Castilla y Le¨®n pudo mantenerse relativamente al margen (con un candidato de Vox bastante desconocido), pero en las de Andaluc¨ªa, con una candidata tan significativa como Macarena Olona, no existe ni la menor posibilidad de repetir esa escapada. Si Vox termina integrado en el Gobierno de Moreno Bonilla, la responsabilidad recaer¨¢ en el presidente del Partido Popular y ya se sabr¨¢ lo que se puede esperar de ¨¦l en unas elecciones generales. Habr¨¢ renunciado a recomponer un centroderecha que tan buenos resultados le dio al PP en el pasado y habr¨¢ abierto un camino inexplorado y potencialmente muy amargo para todo el pa¨ªs.
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