Los muertos

La covid mat¨® a casi 8.000 personas en las residencias de ancianos de la Comunidad de Madrid. Hablamos de muchas muertes. La oposici¨®n (y Vox) reclam¨® que se investigara lo ocurrido. El Gobierno aut¨®nomo madrile?o, a trav¨¦s de su vicepresidente y portavoz, Enrique Ossorio, se opuso a la investigaci¨®n. Ossorio dijo que los tribunales hab¨ªan archivado ya diversas denuncias y que la creaci¨®n de una comisi¨®n de estudio iba a causar ¡°un da?o innecesario¡± a los familiares de los fallecidos, que ya hab¨ªan ¡°superado¡± las dudas sobre si se podr¨ªa haber hecho algo m¨¢s por sus padres, c¨®nyuges o hermanos.

Las palabras de Ossorio desataron una tormenta digital, porque hubo quien interpret¨® que con ese participio, ¡°superado¡±, el vicepresidente se refer¨ªa a la p¨¦rdida del ser querido. Ossorio se explic¨® mejor e insisti¨® en que la oposici¨®n ten¨ªa objetivos pol¨ªticos al exigir la comisi¨®n, como si eso fuera de mal gusto. Por supuesto, la oposici¨®n madrile?a act¨²a con objetivos pol¨ªticos. Por desgracia para ella, sus objetivos nunca son tan rotundamente pol¨ªticos como los del Gobierno regional. Por eso pierde elecciones.

Lo importante, aqu¨ª, no son ni las tormentas digitales ni la pol¨ªtica. Lo importante es que los familiares y el conjunto de la sociedad tienen derecho a saber con detalle c¨®mo ocurri¨® la tragedia, que ya no tiene remedio y, seg¨²n se ve, tampoco responsables ante la ley. Conocer los detalles es, adem¨¢s de un derecho, una necesidad. Servir¨ªa para evitar repetir errores si se produjera un nuevo desastre pand¨¦mico.

El Partido Popular, con un leg¨ªtimo inter¨¦s pol¨ªtico, acostumbra a invocar a las v¨ªctimas de ETA. Lo hace con tanta insistencia que algunos familiares de esas personas asesinadas han llegado a sentirse inc¨®modos. ETA mat¨® a 669 personas. De esos cr¨ªmenes, m¨¢s de 300 no se han resuelto judicialmente: no se sabe con certeza qui¨¦n los cometi¨® y, por tanto, nadie ha sufrido consecuencias penales. Algunos quedaron perdonados con la ley de amnist¨ªa. Otros, la mayor¨ªa, han prescrito o est¨¢n cerca de prescribir.

Ignoro, igual que el Partido Popular, qu¨¦ piensa cada uno de los allegados a los muertos por covid en las residencias madrile?as. Tambi¨¦n ignoro, igual que el Partido Popular, qu¨¦ piensa cada uno de los allegados a los asesinados por ETA. Hablamos de casos muy distintos, evidentemente, pero me atrevo a opinar que muchas personas cercanas a los fallecidos por el virus y a las v¨ªctimas del terrorismo desear¨ªan saber m¨¢s. Incluso si no hubiera consecuencias penales.

Lo mismo ocurre con quienes a¨²n buscan el cad¨¢ver de un familiar muerto en la Guerra Civil. Necesitan saber, encontrar, sepultar de nuevo (esta vez con dignidad) para cerrar definitivamente una desgracia que ya no tiene remedio.

Conocer lo sucedido, con la mayor profundidad posible, s¨®lo reabre las heridas que nunca cicatrizaron. Y hace posible cerrarlas.

Supongo que si el PP tuviera alguna forma de resolver los casos a¨²n abiertos de ETA, lo har¨ªa. Todos lo har¨ªamos. Aunque los desaparecidos de la Guerra Civil murieran hace casi un siglo y aunque los internos en las residencias murieran por enfermedad, merecen la misma atenci¨®n. Para negarse a saber no existen argumentos v¨¢lidos. Ni explicaci¨®n posible. Salvo que, por alguna raz¨®n, alguien se sienta culpable.

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