De Jos¨¦ Antonio a las primeras heces
Por si acaso se trata de falta de lecturas, y para que no lleve a equ¨ªvoco a los votantes y, a¨²n peor, a parecer que un partido comparte cosas indefendibles, lo mejor es recordar lo que dec¨ªa Primo de Rivera
Un grupo tecno-pop llamado Los Meconios interpret¨® el otro d¨ªa en un festival de Vox una canci¨®n llamada Vamos a volver al 36. Hay cosas que mejor no decirlas ni en broma, pero viva la libertad de expresi¨®n. Menos se habl¨® de algo m¨¢s serio, pues creo que es la primera vez en d¨¦cadas que el l¨ªder de un partido nacional reivindica a Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera. Pero es as¨ª como funciona ahora, se dejan caer cosas que el primer d¨ªa asombran y, superada la primera vez, empiezan a colar como normales. Santiago Abascal dijo esto: ¡°Andan a vueltas con que quieren sacar el cuerpo de Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera. Un hombre que antes de ser fusilado dijo unas palabras que a nadie pueden ofender: ¡®Ojal¨¢ fuera la m¨ªa la ¨²ltima sangre espa?ola que se vertiera en discordias civiles¡¯¡±. Hombre Santiago, este se?or dijo muchas otras cosas. Por si acaso se trata de falta de lecturas, y para que no lleve a equ¨ªvoco a sus votantes y, a¨²n peor, a parecer que su partido comparte cosas indefendibles, lo mejor es recordarlas. Ya casi nadie en Espa?a sabe nada de este se?or, es l¨®gico y saludable, pero ya que Abascal se ha puesto a citarlo, hay que citarlo bien.
Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera, admirador de Mussolini y los nazis, dijo muchas barbaridades, pero vamos a limitarnos al discurso de fundaci¨®n de Falange, el partido fascista espa?ol, el 29 de octubre de 1933. Fue en el Teatro de la Comedia de Madrid, prueba de que lo que empieza como farsa puede acabar en tragedia. Sobre la democracia: ¡°El ser rotas es el m¨¢s noble destino de todas las urnas¡±. Y sobre sus planes, empezando por ¡°que desaparezcan los partidos pol¨ªticos¡±, concluye: ¡°Si esto ha de lograrse en alg¨²n caso por la violencia, no nos detengamos ante la violencia. Porque, ?qui¨¦n ha dicho que la suprema jerarqu¨ªa de los valores morales reside en la amabilidad? Bien est¨¢, s¨ª, la dial¨¦ctica como primer instrumento de comunicaci¨®n. Pero no hay m¨¢s dial¨¦ctica admisible que la de los pu?os y de las pistolas cuando se ofende a la justicia o a la patria¡± (Literatura fascista espa?ola, vol. 2, de Julio Rodr¨ªguez-Pu¨¦rtolas). Calificaba Falange como ¡°antipartido¡±, una cosa muy actual: ¡°Nosotros ser¨ªamos un partido m¨¢s si vini¨¦ramos a enunciar un programa de soluciones concretas¡±. Mejor pocas ideas y muchas emociones, algo tambi¨¦n de moda.
Falange, hasta 1936, ten¨ªa m¨¢s matones que votantes, y cuando empez¨® la guerra se dispar¨® su n¨²mero de asesinos. Franco y Primo de Rivera no se soportaban, y el general no hizo nada para impedir su fusilamiento. Es m¨¢s, como cuenta Paul Preston en su biograf¨ªa del dictador, entorpeci¨® los planes para salvarlo de la c¨¢rcel de Alicante. Luego se apropi¨® de Falange y su parafernalia fascista, y se present¨® como su sucesor, mientras casi fusila al sucesor real, Manuel Hedilla, que acab¨® entre rejas. En prisi¨®n, Primo de Rivera ya dijo ser partidario de una reconciliaci¨®n nacional y s¨ª acert¨® a ver lo que ven¨ªa con esos golpistas ¡°de desoladora mediocridad pol¨ªtica¡±, apoyados por ¡°el viejo carlismo intransigente, cerril, antip¨¢tico; las clases conservadoras, interesadas, cortas de vista, perezosas; el capitalismo agrario y financiero¡±. Todo esto que vino despu¨¦s lo conocemos de sobra, y es enternecedor que Abascal se quede con lo mejor de cada casa y monte fiestas nost¨¢lgicas de disfraces, donde salen Los Meconios. Supongo que saben lo que es el meconio: los primeros excrementos del reci¨¦n nacido, de c¨¦lulas muertas y secreciones internas. Un nombre muy bien puesto para cantar este naciente neofascismo que tanto recuerda a sus padres.
Ap¨²ntate aqu¨ª a la newsletter semanal de Ideas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.