C¨®mo encoge el mundo al ver una n¨®mina de 1996
Se pelea por el salario m¨ªnimo porque ya del salario justo ni hablamos, a todo el mundo le da la risa. Ser¨ªa la suma, justita, de dos salarios injustos, en una pareja donde deben trabajar los dos.
No s¨¦ si lo han advertido, pero vivimos en un incre¨ªble mundo menguante. Todo se est¨¢ haciendo m¨¢s peque?o a nuestro alrededor. Mientras suben los precios, las raciones del restaurante son menores, la barra de pan es m¨¢s delgadita, te enga?an m¨¢s con lo que hay realmente en los envases del supermercado y hay menos az¨²car en el sobrecito del caf¨¦. Al mismo tiempo, tal como est¨¢ el mundo, te vas encogiendo y un d¨ªa van a ir a despertarme y estar¨¦ escondido en lo m¨¢s profundo de la almohada.
El otro d¨ªa, haciendo limpieza, encontr¨¦ mis primeras n¨®minas. Qu¨¦ cierto es que no conviene remover el pasado. Son de 1996, hace m¨¢s de 25 a?os. Empezabas cobrando el equivalente a casi mil euros (de entonces) y en unos a?os ya estabas en 1.500 euros (de entonces). Me pregunto qu¨¦ ha pasado para que en 25 a?os esas cifras no se hayan movido: la primera sigue siendo lo mismo que cobra un joven que empieza, con suerte, y la otra, ni el salario medio. Han permanecido inm¨®viles mientras todo lo dem¨¢s se agigantaba, del precio de los pisos a los sueldos del Ibex, donde los directivos mejor pagados cobran 75 veces m¨¢s que sus empleados. La semana pasada casi me hago un esguince al saltar del sill¨®n para hacer una foto de un gr¨¢fico del telediario sobre los beneficios empresariales de 2022: ¡°Banco Sabadell, 92%. Unicaja, 67%. Santander, 25%. Repsol, 66%. Iberdrola, 29%. Enag¨¢s, 15%¡±. Lo tengo en el m¨®vil por si en una cena me llaman demagogo, aunque no se dice mucho, porque la gente nunca ha acabado de estar segura de lo que significa.
Acerc¨¢ndonos al presente, en 2005 una lectora de este peri¨®dico invent¨® el t¨¦rmino ¡°mileurista¡± en una carta al director. La lees ahora y no ha cambiado nada, lo que quiere decir que es peor. Cobrar mil euros era vivir de forma precaria con posgrados e idiomas en una empresa seria. Ahora eso es el salario m¨ªnimo, que para mucha gente es un sue?o, y eso que S¨¢nchez lo ha subido como nunca: en 2018 era de 735 euros, malditos comunistas. Mil euros tambi¨¦n es la pensi¨®n media.
Al final hice algo que no recomiendo, consultar una calculadora de inflaci¨®n y poder adquisitivo, porque te arruina el d¨ªa o sales a la calle con una recortada. De hecho, me sali¨® esta publicidad, lo juro: ¡°Incineraci¨®n desde 1.600. Elige tu mejor opci¨®n¡±. Ya te preparan para la impresi¨®n que te vas a llevar. Y as¨ª fue. Me sali¨® que la inflaci¨®n entre 1996 y 2020 ha sido del 60%. Es decir, que mil euros de entonces deber¨ªan ser 1.600 euros de ahora (justo el precio de la incineraci¨®n). Si vi¨¦ramos la realidad como es, lo cierto es que ver¨ªamos un pa¨ªs de enanos, de personas que cada vez se quedan en menos, y con bajadas de sueldos que no vuelven, y congelaciones salariales que se olvidan en la nevera.
Se pelea por el salario m¨ªnimo porque ya del salario justo ni hablamos, a todo el mundo le da la risa. Ser¨ªa la suma, justita, de dos salarios injustos, en una pareja donde deben trabajar los dos. C¨®mo nos la han ido colando. Y siguen, porque este tema est¨¢ ausente del debate pol¨ªtico. Cuando se habla de asfixia de la clase media no es por los impuestos, es que la mayor¨ªa de la gente cobra un mierda desde hace a?os, y gracias. Por todo ello es comprensible que en pa¨ªses (Estados Unidos, Brasil) donde pierde la extrema derecha, defensora de subir el salario m¨ªnimo, potenciar los servicios p¨²blicos y sostener a los m¨¢s desfavorecidos, sus votantes est¨¦n desesperados, como si fuera el fin del mundo. Y no s¨¦ qu¨¦ pasar¨¢ aqu¨ª si la derecha no gana las pr¨®ximas elecciones, no les cabr¨¢ en la cabeza. No sabemos perder, y eso que llevamos toda la vida perdiendo.
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