La eficacia de un invento espa?ol: las pulseras antimaltrato que han evitado los asesinatos en el 100% de los casos
El sistema de geolocalizaci¨®n que alerta a la polic¨ªa cuando el agresor se acerca a su v¨ªctima se ha usado en m¨¢s de 12.000 casos en Espa?a, sin que haya habido v¨ªctimas mortales
Cuando las ¨®rdenes de protecci¨®n no bastan para frenar a los maltratadores ¡ªy 107 mujeres han sido asesinadas teniendo una en vigor, desde 2006¡ªhay una medida 100% eficaz, al menos hasta hoy, para evitar los cr¨ªmenes machistas. Las llamadas pulseras antimaltrato, que alertan a la polic¨ªa cuando el maltratador se acerca a la v¨ªctima, se han usado en m¨¢s de 12.300 casos de riesgo y ninguna mujer ha sido asesinada llev¨¢ndola. Es un invento espa?ol y el sistema que lo articula es pionero en el mundo. Pero desconocido para la opini¨®n p¨²blica. De hecho, la mujer que tuvo la idea de crear esas pulseras, la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, no conoc¨ªa ¡ªhasta que fue contactada para este reportaje¡ª su ¨¦xito. El cient¨ªfico que las cre¨®, el catedr¨¢tico de Magnetismo de la Materia Antonio Hernando, recibi¨® una corbata como premio por la patente.
La idea de las pulseras surgi¨® en 2006. La Comunidad de Madrid premi¨® al cient¨ªfico Antonio Hernando, que, tras un largo periplo internacional por universidades y centros de investigaci¨®n en Europa y Estados Unidos, hab¨ªa vuelto al Instituto de Magnetismo de la Universidad Complutense que ¨¦l mismo hab¨ªa creado d¨¦cadas atr¨¢s. Aguirre lo hab¨ªa conocido y compartido con ¨¦l una inquietud: ¡°Era muy chocante que mujeres que hab¨ªan denunciado, sus maridos llegaran a asesinarlas. Y se me ocurri¨® que como el instituto trabajaba sobre [magnetismo], si se les pudiera poner a las mujeres una pulsera que las avisara de la cercan¨ªa del maltratador, podr¨ªa darles tiempo a que llamaran a la polic¨ªa y a impedir que se acercaran a ellas¡±, dice en conversaci¨®n con EL PA?S Aguirre, que dej¨® la presidencia de la comunidad en 2012.
Hernando y su equipo, codirigido por el profesor de investigaci¨®n del CSIC Jes¨²s Gonz¨¢lez, se propusieron desarrollar algo realmente competitivo. ¡°Vimos que era un problema de radar selectivo¡±, recuerda Hernando, hoy catedr¨¢tico em¨¦rito. De lo que se trataba era de mandar una onda electromagn¨¦tica desde un dispositivo y que pudiera reflejarse ¨²nicamente desde otro dispositivo concreto, explica, de tal manera que el radar midiera permanentemente la distancia que hab¨ªa entre ambos (maltratador y v¨ªctima).
La Complutense regal¨® el uso p¨²blico de la patente. Sin embargo, el sistema que licit¨® la Consejer¨ªa de Justicia, liderada por Alfredo Prada, naufrag¨® y la Fiscal¨ªa lleg¨® a acusar a la empresa encargada de consentir que los agresores rompieran el per¨ªmetro de seguridad.
Tres a?os despu¨¦s, en 2009, fue el Gobierno socialista de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero quien impuls¨® el sistema en el ¨¢mbito nacional. Unos 3.000 dispositivos de seguimiento electr¨®nico est¨¢n a disposici¨®n de los juzgados espa?oles desde entonces. Un centro de control en Madrid, el llamado centro Cometa, coordina todas las alertas y avisa a la polic¨ªa en caso de que el maltratador se acerque a la v¨ªctima m¨¢s all¨¢ de la distancia dictada por el juez en la orden de alejamiento. Las alertas se notifican tambi¨¦n al juzgado encargado del caso.
Hoy, y por extra?o que parezca, lo m¨¢s extraordinario de la herramienta no son sus cifras ¡ªcero asesinadas en m¨¢s 12.300 casos aplicados¡ª, sino el desconocimiento y el abandono p¨²blico en el que a punto estuvo de caer a pesar de sus cifras. De hecho, cuando se sac¨® a concurso la renovaci¨®n de la concesi¨®n en 2019, qued¨® desierta. Solo en segunda ronda Telef¨®nica volvi¨® a asumir el servicio que hab¨ªa prestado a trav¨¦s de una subcontrata durante la primera d¨¦cada, en la que el sistema estuvo infrautilizado.
Durante los primeros a?os, el seguimiento electr¨®nico se impon¨ªa en apenas un 3% de las ¨®rdenes de alejamiento, seg¨²n c¨¢lculos del catedr¨¢tico Jos¨¦ Luis D¨ªaz Ripoll¨¦s, autor de un balance monogr¨¢fico sobre la Ley contra la Violencia de G¨¦nero. Desde 2019, el total de dispositivos usados se ha triplicado: ahora hay 2.980 dispositivos activos, lo que supone en torno a un 10% de las ¨®rdenes de protecci¨®n de este a?o (estimaci¨®n hasta el 30 de septiembre). Si es necesario, se ampliar¨¢ el n¨²mero de los 3.000 disponibles, seg¨²n fuentes de la Delegaci¨®n del Gobierno contra la Violencia de G¨¦nero.
La patente y la corbata
El sistema ha ido venciendo sucesivas resistencias: algunas v¨ªctimas no quer¨ªan llevar un dispositivo siempre encima, bastantes juzgados eran reacios a imponerlas (un desequilibrio que se da tambi¨¦n en las ¨®rdenes de protecci¨®n) y muchos abogados, fiscales y jueces ni siquiera conoc¨ªan bien el sistema. ¡°Cada a?o llevamos el tema [de las pulseras] a nuestras jornadas de fiscales especialistas y siempre destacamos su eficacia¡±, explica por tel¨¦fono Teresa Peramato, fiscal de Sala Delegada de Violencia sobre la Mujer. ¡°Es un mecanismo muy bueno¡±, a?ade, y recuerda que el n¨²mero de asesinadas en este ¨¢mbito sigue siendo cero. La ministra de Igualdad de Francia, Isabelle Lonvis-Rome, reconoce que el sistema espa?ol, que ella misma estudi¨® como alta funcionaria en varias visitas en los ¨²ltimos a?os, ha inspirado el que su ministerio est¨¢ desarrollando y que ya tiene 900 dispositivos en uso en Francia. ¡°Me parece muy eficaz porque, en el fondo, evita espec¨ªficamente que el maltratador se acerque a su v¨ªctima¡±, dice, informa Isabel Vald¨¦s.
La ¨²ltima Gu¨ªa de buenas pr¨¢cticas en materia de violencia de g¨¦nero, editada por el Observatorio del Consejo General del Poder Judicial, lo describe como ¡°herramienta de extraordinaria utilidad¡±. Gracias a su uso, por ejemplo, cualquier quebrantamiento queda registrado y se convierte en un valioso medio de prueba, explicaba en una nota de prensa reciente el CGPJ. Adem¨¢s de la mayor seguridad jur¨ªdica y procesal, ¡°reduce la victimizaci¨®n secundaria¡±, seg¨²n Lorea Arenas, profesora de Criminolog¨ªa de la Universidad de Extremadura. ¡°La actividad probatoria recae en el centro que gestiona la tecnolog¨ªa, el centro Cometa, evitando as¨ª la b¨²squeda de testigos y que la mujer deba acudir otra vez a comisar¨ªa [a denunciar el quebrantamiento]¡±, a?ade por tel¨¦fono Arenas, autora de Los medios de control telem¨¢ticos en el sistema penal espa?ol (Tirant lo Blanc, 2018), basado en su tesis doctoral.
Tambi¨¦n tiene sus inconvenientes. La incidencia m¨¢s frecuente son ¡°las alertas que no se corresponden con una situaci¨®n real de riesgo¡±, seg¨²n el Observatorio del CGPJ, ya sea por fallos de cobertura ¡ªel sistema alerta por defecto cuando pierde la se?al del maltratador¡ªo porque el agresor entra involuntariamente en el per¨ªmetro de seguridad. Los problemas de cobertura se dan sobre todo en zonas rurales y redundan en la angustia de las v¨ªctimas, que reciben comunicaciones alert¨¢ndoles de las incidencias. En septiembre pasado, una jueza de Barakaldo alert¨® de que los fallos podr¨ªan provocar ¡°desprotecci¨®n¡± en las v¨ªctimas, seg¨²n un escrito de la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia del Pa¨ªs Vasco. La notificaci¨®n de alertas sin riesgo real, adem¨¢s, conlleva una sobrecarga en los ya muy sobrecargados juzgados de violencia de g¨¦nero. Pero seg¨²n la fiscal Peramato, se est¨¢ trabajando para mejorarlo: ¡°Se acord¨® depurar esos informes para remitir solamente aquellos que merecieran generar una actuaci¨®n judicial o del fiscal¡±.
La de las pulseras es la historia de un ¨¦xito silencioso, que se ha sobrepuesto a sus dif¨ªciles, lentos y agridulces inicios. Tras el desarrollo del dispositivo, la Complutense y su entonces rector, Carlos Berzosa, hicieron p¨²blica la patente en un gesto hacia la Comunidad de Madrid. A cambio, Hernando coment¨® al consejero de Justicia que estar¨ªa bien que su departamento apoyara de alguna forma la labor del centro de investigaci¨®n. El entonces consejero, Alfredo Prada, que actualmente est¨¢ a la espera de juicio por el caso del campus de la Justicia, le regal¨® una corbata. Hernando lo resume con iron¨ªa: ¡°Yo se lo agradec¨ª mucho, claro, aunque como ves, las uso poco, pero guardo una de la Comunidad de Madrid. Es todo el regalo que tuvimos¡±.
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