La utilidad de la catarsis
Uno escucha encogido los alaridos en el Congreso sobre el comunismo y el fascismo y luego, al salir a la calle, siente alivio
El espect¨¢culo que con frecuencia ofrecen los hemiciclos espa?oles puede resultar, por llamarlo de alguna forma, estomagante. Pero tal vez sea ¨²til para algo. Yo prefiero verle utilidad. Y encuadrar todas esas frases y situaciones grotescas, ofensivas, rid¨ªculas o mis¨¦rrimas en un proceso de catarsis.
La catarsis es como una navajilla suiza. Sirve para muchas cosas.
Refiri¨¦ndose a la catarsis en el antiguo teatro griego, la Real Academia de la Lengua habla del ¡°efecto purificador y liberador que causa la tragedia en los espectadores suscitando la compasi¨®n, el horror y otras emociones¡±. Cabe subrayar lo del ¡°efecto purificador y liberador¡±. Pongamos, por ejemplo, Electra, de Eur¨ªpides. Clitemestra asesina a su marido, Agamen¨®n, y se casa con Egisto (hijo de Pelopia, violada por su padre, Tiestes). Electra y su hermano, Orestes, matan a Clitemestra. Resulta obvio que la obra no acaba bien para nadie.
Pero los espectadores salen aliviados del teatro, porque a ellos no les pasan cosas tan tremendas, y m¨¢s o menos convencidos de que la violaci¨®n y el asesinato entre padres e hijos conllevan consecuencias indeseables.
A m¨ª me pasa lo mismo tras asistir a determinadas sesiones parlamentarias. Uno escucha los alaridos sobre el comunismo y el fascismo con el est¨®mago encogido y luego, al salir a la calle, tiene una grata sensaci¨®n de alivio: la guerra civil en los esca?os era s¨®lo una recreaci¨®n, una tragedia con fines cat¨¢rticos.
Otro asunto son el machismo y la estupidez, cualidades que suelen ir aparejadas y son, por desgracia, bastante habituales. Ah¨ª no vale la catarsis de la tragedia griega. Lo aplicable es la catarsis en el sentido psicoanal¨ªtico: alguien afligido por un trauma reprimido lo representa, lo verbaliza, lo lleva a su propia conciencia y de alguna forma se libera de dicho trauma. No hacen falta espectadores. Aun as¨ª, vale la pena contemplar esas sesiones autopurificadoras.
Estoy convencido de que Carla Toscano expres¨® cosas muy ¨ªntimas cuando proclam¨® en la C¨¢mara de Diputados que el ¨²nico m¨¦rito de la ministra Irene Montero consist¨ªa en ¡°haber estudiado a fondo a Pablo Iglesias¡±. Luego, en una red social, dijo que Montero defend¨ªa a los pederastas. Ignoro qu¨¦ cosas ha sufrido en su vida Carla Toscano, pero soltar bilis de forma tan desgarrada tiene m¨¦rito y, seg¨²n los creyentes en el psicoan¨¢lisis, un profundo efecto liberador.
Un se?or llamado V¨ªctor S¨¢nchez del Real protagoniz¨® esta semana una catarsis a¨²n m¨¢s tremenda, relacionada con una doble psicosis: esa de que la Guerra Civil no ha terminado (com¨²n en los dos extremos del arco parlamentario) y otra, m¨¢s caracter¨ªstica de un extremo, seg¨²n la cual ETA sigue matando.
Vivir con esas psicosis ha de resultar muy duro. Con una espl¨¦ndida gestualidad, este se?or mostr¨® su pecho descubierto a los milicianos comunistas (quiz¨¢ al mism¨ªsimo general L¨ªster, con las psicosis nunca se sabe) y su nuca a los terroristas etarras. Ah¨ª estaba, presto a ser ejecutado por Espa?a o por lo que fuera. Como nadie le peg¨® un tiro, lo m¨¢s probable es que S¨¢nchez del Real concluyera su sesi¨®n terap¨¦utica con un resultado positivo e incluso con una mayor capacidad para distinguir las cosas del pasado (por horribles y traum¨¢ticas que fueran) y las cosas del presente. Ojal¨¢ sea as¨ª.
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