La disonancia cognitiva
Qatar ha hecho saber a los homosexuales que no hagan cosas homosexuales (sea lo que sea eso) si acuden al Mundial
Preferir¨ªa no saber por qu¨¦ el Mundial se juega en Qatar. Sin embargo, lo s¨¦. Bueno, s¨¦ lo que sabe todo el mundo, o sea, poco, pero suficiente. Bastante como para sufrir una grave disonancia cognitiva, seg¨²n llaman los psic¨®logos a pensar una cosa y hacer la contraria. La disonancia, o incoherencia si lo prefieren, suele provocar un malestar interno que a veces se resuelve con el autoenga?o y otras veces con la honesta constataci¨®n de que uno da asco.
El arriba firmante ha intentado muy en serio el autoenga?o. Sin ¨¦xito.
Joseph Blatter, que era presidente de la Federaci¨®n Internacional de F¨²tbol Asociaci¨®n (FIFA) cuando en 2010 Qatar fue elegido como sede y hoy est¨¢ inhabilitado por corrupci¨®n, acusa a Michel Platini, que por entonces presid¨ªa la Uni¨®n de Asociaciones Europeas de F¨²tbol (UEFA) y hoy est¨¢ igualmente inhabilitado por corrupci¨®n, de presionar a favor del peque?o emirato ar¨¢bigo. Resulta que el entonces presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, hoy condenado por corrupci¨®n (disculpen que me repita, la culpa es de ellos), hab¨ªa exigido a Platini que consiguiera para Qatar los votos necesarios y evitara que el Mundial de 2022 se dispu?tara en Estados Unidos, como estaba previsto.
Francia quer¨ªa vender a Qatar aviones de combate. Y los vendi¨®, a cambio del Mundial.
Yo me dije: ?y cu¨¢ndo no ha sido corrupto el negocio del f¨²tbol? Nada nuevo.
Otra parte del acuerdo, alcanzado por el presidente franc¨¦s, el hoy emir de Qatar y Michel Platini durante un almuerzo en el palacio del El¨ªseo el 23 de noviembre de 2010, nueve d¨ªas antes de la votaci¨®n mundialista, consist¨ªa en que Qatar comprara el PSG, el club del que Sarkozy es forofo, y lo convirtiera en el m¨¢s rico del planeta. Cosa que se cumpli¨® al a?o siguiente. La justicia francesa investiga ahora a Sarkozy y a su hijo por enga?ar a los catar¨ªes: consiguieron que el emirato pagara por el PSG 64 millones de euros, en lugar de los 30 que val¨ªa. Visto en conjunto, calderilla.
No nac¨ª ayer, me dije, y s¨¦ c¨®mo funcionan estas cosas. Lo de siempre. No pasa nada.
Amnist¨ªa Internacional dice que miles de trabajadores murieron durante la construcci¨®n de los estadios para el Mundial.
Intent¨¦ convencerme de que no era nada extra?o y que los difuntos no ser¨ªan tantos. Teniendo en cuenta que en Qatar los trabajadores inmigrantes est¨¢n sometidos a la kafala, algo no muy distinto a la esclavitud, si esa pobre gente no hubiera fallecido por calor o una ca¨ªda en el andamio de un estadio, lo habr¨ªa hecho, pens¨¦, en cualquier otra obra fara¨®nica.
Qatar ha hecho saber a los homosexuales que no deben hacer cosas homosexuales (sea lo que sea eso) si acuden al Mundial. Uno de sus embajadores deportivos, el exfutbolista Khalid Salman, proclam¨® hace unos d¨ªas que la homosexualidad es ¡°un da?o en la mente¡±.
Quise seguir autoenga?¨¢ndome, pero no doy para tanto. Resolv¨ª mi disonancia cognitiva por la v¨ªa penosa de la honestidad: participar¨¦ como espectador-c¨®mplice en una conspiraci¨®n repugnante y mort¨ªfera (la del negocio, no la del juego). Asumir¨¦, supongo que como otros muchos futboleros, mi propia verg¨¹enza.
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