Una cuesti¨®n de autoestigma
Est¨¢n en auge las personas que se dedican a las fobias, a practicarlas o imaginarlas
Tengo una amiga que cuando viaja hace acopio de sobres de az¨²car para un familiar que los colecciona. La afici¨®n se llama, creo, glucobailantofilia (en griego cerrado, az¨²car, envoltorio y amistad). Siempre me ha parecido un ejemplo asombroso de esas personas que se vuelcan en una filia. Pero est¨¢n en auge las que se dedican a las fobias, a practicarlas o imaginarlas. Yo no s¨¦ cu¨¢ntas han salido ¨²ltimamente, las sacan como si fueran discos. Los coleccionistas de sellos no dan la brasa a los dem¨¢s, van a lo suyo, pero los divulgadores de fobias son tendencia.
Creo que la universidad de Huxley ya tiene un posgrado de Detectores de Fobias, Marginalidades y Otras Discriminaciones A¨²n No Catalogadas de Nuestro Tiempo (DFMODANCNT, en siglas traducidas del ingl¨¦s). Est¨¢n ya por todas partes, infiltrando paridas. Sucede m¨¢s o menos as¨ª. Est¨¢s un d¨ªa comiendo, le tomas el pelo a alguien y te dice: ¡°?Sabes? Ya no te puedes re¨ªr de los que quitan lo blanco al jam¨®n de York, que por cierto se llaman LQLBJDY¡±. Los que lo hacen, gracias a las redes, han descubierto que no est¨¢n solos, que no son uno ni dos, se han emocionado, se han constituido, han creado un hashtag, son una fuerza viva. Cuanto m¨¢s rebuscado es el matiz, m¨¢s creen estar librando una batalla trascendental de la humanidad, ah¨ª combatiendo como valientes en un repliegue de la realidad del que no se ten¨ªa noticia, creyendo que el mundo conspira contra ellos, cuando lo cierto es que ni hab¨ªas reparado en su existencia. Pero es que es justamente eso lo que les fastidia. Si no, no tienen estigma. Es una cuesti¨®n de autoestigma.
Se mezclan causas justas con man¨ªas persecutorias, desvirtuando las primeras, y surgen etiquetas que debes memorizar para al menos saber que no es un nuevo impuesto, sean las personas afligidas por sus pecas (PAP) o los contrarios a la doble fila (CDF) o a los chistes de Lepe (JAARL). No es f¨¢cil mantenerse al margen. Haces como que no conoces esa nueva susceptibilidad para no admitir que est¨¢s al tanto de esas chorradas, pero a la tercera vez ya no tienes excusa, se ve que lo haces adrede, y no te corriges, y entonces es una cosa seria, ya no es por ese peque?o asunto, que es lo de menos, sino una cuesti¨®n de educaci¨®n, de convivencia y, en definitiva, pol¨ªtica. En fin, ya puedes ser fascista. Llegados a ese punto si alguien saca jam¨®n de York se crea una tensi¨®n rara. Ya no se discutir¨¢ contigo, est¨¢s en una categor¨ªa con la que directamente no merece la pena hablar, pues es evidente que no respetas nada, ni a los gordos, ni a los flacos, ni el mismo acento de Murcia. En esta sociedad tan efervescente hay miles de burbujas chocando por asuntos menores. De hecho, me planteo inaugurar una, no s¨¦, de los que no aguantan el tonillo de los locutores informativos de la tele.
?Por qu¨¦ nos dedicamos desde hace a?os a fundar tanto club exclusivo, tantos microgrupos? Es una feliz combinaci¨®n de ensimismamiento y creer que salvas el mundo, siendo el m¨¢s listo de clase. Facilita las cosas al mercado, nos vamos clasificando solitos, alimentando algoritmos. Salen art¨ªculos explicando lo que est¨¢ bien y mal, impregnados de moralina. Cada vez echo m¨¢s de menos la informaci¨®n adulta. La ciudad ya se podr¨ªa dividir en casilleros por grupos de afines donde ir¨ªamos a dormir con nuestros cong¨¦neres, sin mezclarnos con los dem¨¢s, y teniendo localizados al resto incluso de noche. Poderosas oleadas de fanatismo y memez se abaten sobre nosotros, a derecha e izquierda. Mucho ¨¢nimo. Feliz a?o.
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