Emma Dabiri, soci¨®loga: ¡°El peinado es un buen indicador del clima pol¨ªtico¡±
La acad¨¦mica irlandesa, autora de un ¡®best seller¡¯ sobre el cabello, dice que la vuelta al pelo afro es un gran ¨¦xito reciente contra el racismo imperante
Emma Dabiri llega a la recepci¨®n del hotel St. Pancras, en Londres, con una sonrisa que desarma y borra de un plumazo los minutos de retraso. Es incre¨ªblemente guapa, y lo sabe, pero, como ella misma ha contado, su belleza no fue suficiente para que aquella ni?a negra, surgida de una pareja mixta, encontrara en el Dubl¨ªn donde naci¨® y creci¨® la seguridad y las respuestas a sus temores y dudas. De piel clara, hered¨® sin embargo un pelo afro con el que, como muchas otras mujeres negras, nunca tuvo claro qu¨¦ hacer. Hasta que decidi¨® que era hermoso, y que la historia del peinado africano era tambi¨¦n la historia de una liberaci¨®n y una conquista.
No me toques el pelo, de la editorial Capit¨¢n Swing, ha sido un ¨¦xito de ventas en todo el mundo. A trav¨¦s de la historia del peinado africano, del estigma sufrido por millones de mujeres y fomentado por un racismo de siglos, Dabiri, escritora, acad¨¦mica especializada en estudios africanos y documentalista prestigiosa en la BBC, ahonda en la raza, el racismo y las v¨ªas para alejar la condescendencia y buscar la cooperaci¨®n entre diferentes luchas contra la misma injusticia.
PREGUNTA.??Por qu¨¦ el pelo?
RESPUESTA.?Por muchas razones. Pero hay una especialmente simple: la cultura creativa y rica o el lenguaje visual que hay detr¨¢s de los diferentes estilos capilares negros. Creo que mucha gente que est¨¢ fuera de la comunidad negra no es consciente de esto. Quer¨ªa explorar ese factor creativo y art¨ªstico. En la tradici¨®n europea no se contempla el peinado como una forma de arte, pero s¨ª lo es en la cultura negra. Quer¨ªa darle el valor y reconocimiento que le corresponde.
P.?Pero buscaba algo m¨¢s que hablar de una expresi¨®n art¨ªstica.
R.?Claro, porque la textura capilar, la cultura en torno al modo en que se esculpe el cabello, el modo en que se percibe el pelo de los negros desde el exterior, son normalmente muy buenos indicadores del clima pol¨ªtico, de la visi¨®n que existe sobre la gente negra, del tipo de trato que recibe en una sociedad y en un tiempo concreto.
P.?Ni?a negra y que crece en Irlanda. Como se ve tambi¨¦n en ni?as de Reino Unido o de Estados Unidos. El pelo condiciona.
R.?En la ¨¦poca en la que yo crec¨ª, la decisi¨®n convencional si ten¨ªas una textura de cabello como la m¨ªa, muy afro, era la de alisarlo a trav¨¦s de procesos qu¨ªmicos. Exist¨ªa una idea no expresada en voz alta, pero claramente expl¨ªcita, de que este tipo de pelo deb¨ªas ocultarlo o disimularlo. No te planteabas siquiera la idea de mostrar tu pelo al natural, tal y como te crece.
P.?Algo ha cambiado.
R.?Este movimiento a favor del cabello natural, que yo sit¨²o alrededor de 2010 en Estados Unidos, se extendi¨® luego por el resto del mundo. Cada vez son m¨¢s las personas negras que rechazan esa inferioridad que derivaba del modo en que percib¨ªan su pelo.
P.?Es llamativo que las diferencias surjan entre la propia comunidad negra.
R.?Muchas veces pienso que el estigma sigue existiendo. Y entre los propios negros. Porque el pelo que se considera propio de la raza negra tiene texturas diferentes. Si uno observa la poblaci¨®n negra de Estados Unidos o del Caribe, entiende que la historia ha creado muchas mezclas de raza. Por eso, entre los propios negros hay diferentes tipos de pelo. Es mi caso. Soy hija de una pareja mixta, pero mi cabello responde al lado africano de mi herencia. Y entre estas texturas diferentes hay una jerarqu¨ªa seg¨²n la cual el pelo que refleja m¨¢s una herencia europea siempre ser¨¢ visto como m¨¢s atractivo, m¨¢s bonito y que brinda m¨¢s posibilidades de avanzar.
P.??Le irrita?
R.?Claro que me irrita, demuestra lo enraizadas que est¨¢n este tipo de cosas. Muestra lo complicado que resulta transformar este pensamiento. Son corrientes internas que, pese al elevado nivel de conversaci¨®n y debate p¨²blico que tenemos, no son realmente abordadas. Por eso yo quer¨ªa resaltar todos estos matices, que siguen existiendo. Y por eso exhibo un estilo de pelo afro cuando salgo en televisi¨®n o participo en actos p¨²blicos. Porque todav¨ªa resulta extra?o que personas que tienen el mismo tipo de pelo lo lleven de modo natural en p¨²blico.
P.?Forma parte de una nueva generaci¨®n de escritoras que se aleja del discurso identitario actual y mira hacia atr¨¢s, hacia los movimientos radicales del siglo pasado.
R.?Porque necesitas unir la l¨ªnea de puntos, conectar las cosas. Uno puede ver c¨®mo se intenta, en muchas de las luchas actuales, en muchas de las formas de opresi¨®n, que las personas que las protagonizan o las sufren se acaben enfrentando entre ellas. Se busca evitar a toda costa que se unan, que formen una coalici¨®n capaz de crear movimientos de masas con el poder real para cambiar las cosas. Muchas de las pol¨ªticas de identidad actuales que se generan en las redes sociales est¨¢n muy alejadas de las pol¨ªticas de identidad que surgieron durante la d¨¦cada de los sesenta del siglo pasado. Trabajaban entonces para forjar coaliciones. Se organizaban bas¨¢ndose en su identidad, pero luego el movimiento Black Power colaboraba con las mujeres negras o con el feminismo. No se concentraban en s¨ª mismos de un modo miope. En el contexto de las redes sociales desaparecen este tipo de movimientos radicales. Se reduce a un facs¨ªmil donde la gente cada vez es m¨¢s peque?a, atomizada, dividida infinitamente en grupos m¨¢s y m¨¢s peque?os.
P.?Y m¨¢s enfadada.
R.?F¨ªjese en Twitter, donde escandalizar tiene recompensa. Cuanto m¨¢s reduccionista y emotivo sea tu contenido, m¨¢s respuestas logras entre los que est¨¢n de acuerdo contigo o los que est¨¢n en tu contra. Se convierte en un espacio primario donde surgen conversaciones que requerir¨ªan complejidad, matices, generosidad y entendimiento. Y lo que surge es divisi¨®n y esc¨¢ndalo. Es un desastre.
P.?Prefiere hablar de coalici¨®n que de alianza en la lucha contra el racismo.
R.?Ese discurso de la alianza [entre blancos y negros] que prolifer¨® despu¨¦s del asesinato de George Floyd me resultaba bastante condescendiente, como persona negra. Cuanto m¨¢s le¨ªa al respecto, m¨¢s o¨ªa hablar del aliado (blanco) y la v¨ªctima (negra). Un relato que enfatizaba la idea de un salvador blanco, una idea de la que debemos alejarnos antes que estimularla. Volvemos a lo anterior, a unir las diferentes luchas. Para que aquellos que han sido educados como blancos entiendan que, a pesar de no sufrir en sus carnes el racismo, s¨ª sufren una reducci¨®n de sus oportunidades vitales por culpa de las desigualdades que perpet¨²a el capitalismo. Me gusta citar al poeta Fred Moten cuando dice aquello de que ¡°no necesito tu ayuda, necesito que te des cuenta de que esta mierda tambi¨¦n te est¨¢ matando a ti, aunque lo haga de un modo m¨¢s lento¡±.
P.?Y, curiosamente, sugiere que no perdamos tiempo con las llamadas microagresiones: esos chistes, estereotipos, comentarios sesgados en los que ni pensamos al hacerlos.
R.?Existen, est¨¢n ah¨ª, y las he sufrido toda mi vida. Pero si existen es porque son el s¨ªntoma de un problema estructural mayor. Si nos concentramos mucho en ellas, ocupamos toda la banda ancha y nos distraemos a la hora de buscar soluciones frente al sistema que las origina. Muchas conversaciones en torno a ellas surgen, adem¨¢s, en las redes sociales, donde todo es emotivo. Generan divisi¨®n y nos fuerzan a dar constantes c¨ªrculos en torno a ellas.
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