Juhani Pallasmaa, el arquitecto de la humildad que recrea la belleza del mundo
El finland¨¦s recorre en sus reflexiones la relaci¨®n de la arquitectura con la vida de las personas de a pie
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A trav¨¦s de sus ensayos, Juhani Pallasmaa (H?meenlinna, Finlandia, 1936) ha buscado siempre difundir la idea de una arquitectura emp¨¢tica y de la humildad. El arquitecto finland¨¦s, antiguo decano de la Universidad Tecnol¨®gica de Helsinki, alejado hoy, a sus 86 a?os, del fragor del debate arquitect¨®nico, es un rastreador de la sensibilidad a trav¨¦s de obras sobre la evoluci¨®n de las destrezas, la inteligencia y las capacidades conceptuales del hombre. Director del Museo de Arquitectura Finlandesa (1978-1983) y director del Instituto de Artes Industriales de Helsinki, en esa capital cre¨® su estudio de arquitectura ?en 1983, y obras como el Kamppi Center.
Arquitecto animado por la filosof¨ªa, en su carrera arquitectura y pensamiento son indivisibles, y para muestra nada mejor que su ¨²ltimo ensayo:?Diseminaciones. Semillas para el pensamiento arquitect¨®nico (editorial?GG),?en el que se reafirma en la tesis de que vivimos ¡°en la carne del mundo¡± (Merleau-Ponty), y la arquitectura nos da nuestro punto de apoyo en esa misma carne; una s¨ªntesis de sus reflexiones en torno al espacio vivido, la belleza biof¨ªlica (el amor por la naturaleza), los olores de la arquitectura, la inteligencia atmosf¨¦rica, la influencia de la arquitectura en el cine, la importancia de la arquitectura sin arquitectos que estudi¨® Bernard Rudofsky o la humildad.
Pallasmaa dedica numerosas entradas al tiempo y la eternidad, a la materialidad de la luz, a los paisajes f¨ªsicos y mentales, amplificadores de emociones. Y as¨ª destaca, por ejemplo, el optimismo que experimenta al acercarse al sanatorio de Paimio, una de las obras maestras del tambi¨¦n arquitecto finland¨¦s Alvar Aalto. Ese edificio ejemplifica muy bien que la arquitectura significativa surge de hechos, casualidades, experiencias de la vida m¨¢s que de invenciones art¨ªsticas personales. Aalto acept¨® el encargo estando enfermo y por fin alguien dise?¨® las ventanas de un hospital pensando en quienes est¨¢n tumbados.
La relaci¨®n entre Aalto y Pallasmaa va m¨¢s all¨¢ de la experiencia arquitect¨®nica. Muestra de ello son no solo la cantidad de p¨¢ginas dedicadas a Alvar Aalto, sino tambi¨¦n a su estrecha colaboradora y primera esposa, Aino. Diseminaciones?es un diccionario de t¨¦rminos desde la A de Agua hasta la V de visi¨®n perif¨¦rica. Entre medias, en la entrada ¡°la imaginaci¨®n emp¨¢tica¡±, Pallasmaa destaca que ese sanatorio de Paimio no solo es un hito de la arquitectura funcionalista, sino un ejemplo de la habilidad del genio que era Aalto, que se percat¨® de que todas las habitaciones de hospitales del mundo estaban dise?adas para personas de pie y que retir¨® el aire acondicionado porque para la cabeza es mucho mejor la corriente de aire natural, todo para constatar que el verdadero cliente de un arquitecto no es quien encarga el edificio, sino el ser humano com¨²n, o el ser humano en su punto m¨¢s d¨¦bil.
Seg¨²n Luis Feduchi, arquitecto y profesor, Pallasmaa ha sabido ver, m¨¢s all¨¢ de los aspectos medi¨¢ticos, inmobiliarios o comerciales de nuestra contemporaneidad, ¡°que el valor de la arquitectura reside en una labor de s¨ªntesis donde todos y cada uno de estos aspectos deben ponerse al servicio del hombre, de la tradici¨®n y del entorno¡±.
Pallasmaa insiste en que la obra debe expresar la belleza del mundo y la existencia m¨¢s que las ideas del arquitecto. Adem¨¢s, en cuestiones de dise?o y de arquitectura, es muy f¨¢cil detectar que la belleza no es lo opuesto a la fealdad, sino lo opuesto a lo falso. ?l es un te¨®rico m¨¢s ¨¦tico que t¨¦cnico. De ah¨ª que no pueda evitar volver a la infancia, a la mirada m¨¢s pura posible, a cuando se crio y se form¨® en una casa de pueblo. La infancia evocada hoy como un collage de fragmentos, de olores, de condiciones lum¨ªnicas, de sentimientos, de intimidad¡ m¨¢s que de recuerdos visuales completos.?¡°Mis ojos han olvidado lo que vieron en su momento, pero mi cuerpo todav¨ªa lo recuerda¡±, escribe.
Vivi¨® la ¨¦poca en la que se le¨ªa a los cl¨¢sicos, de manera que para ¨¦l nadie como Shakespeare puede explicar la complejidad de la vida, esa misma complejidad que Einstein es capaz de reducir a la esencia. Chejov, Rilke, Brodsky fueron tambi¨¦n escuela y regresa a ellos cada tanto.
Es probable que el fr¨ªo del norte hiciera de ¨¦l un ser reflexivo, partidario del silencio y, cuando no, del jazz de c¨¢mara, pero en absoluto le impidi¨® ser cosmopolita y gran connaisseur del mundo. As¨ª, su encuentro con ?frica entre 1972 y 1974, cuando fue profesor en la Universidad Haile Selassie I de Addis Abeba, le cambi¨® la manera de ver las culturas ajenas, e inici¨® un viaje interior y le hizo tomar conciencia de la importancia de los materiales y las experiencias t¨¢ctiles.
Esta corporalidad de la obra de Juhani Pallasmaa es la que tambi¨¦n destaca la arquitecta y paisajista Mar¨ªa Auxiliadora G¨¢lvez, que comparti¨® espacio con Pallasmaa en una colecci¨®n de audios, Remember your Body?(recuerda tu cuerpo), en la Universidad de Coventry. ¡°All¨ª aparece esta idea de que?al entrar en una habitaci¨®n, la habitaci¨®n tambi¨¦n entra en nosotros, es decir, hay un continuo corporal con la carne del mundo de la que la arquitectura es una capa m¨¢s. De esta forma Pallasmaa concibe el acto arquitect¨®nico como el dise?o de las relaciones y v¨ªnculos que establece nuestra propia piel con la vida atraves¨¢ndola y esto entrecruza la arquitectura con aspectos psicol¨®gicos pero tambi¨¦n c¨®smicos¡±, dice.
Este movimiento relacional del cuerpo y la arquitectura?nos lleva al cine, otro gran tema en su obra. Para ¨¦l, el cine es la expresi¨®n art¨ªstica m¨¢s cercana a la arquitectura, pues ambos ocupan el espacio vivido y mediatizan im¨¢genes integrales de la vida. Pallasmaa se explaya en ejemplos esclarecedores de sus admirados Alfred Hitchcock o Tarkovski. Son dos directores que examinan la metaf¨ªsica arquitect¨®nica del miedo y la melancol¨ªa y revelan la poderosa interacci¨®n entre escenario y narrativa, como tambi¨¦n Fritz Lang o Truffaut, cuya pel¨ªcula Sabotaje era la historia de dos personajes y una casa. Georges Duhamel, en?Escenas de la vida futura, ensayo de 1930, ya dec¨ªa que hay un efecto alucinatorio en la experiencia cinematogr¨¢fica: ¡°Las im¨¢genes en movimiento sustituyen a mis propios pensamientos¡±. As¨ª, la arquitectura debe dirigir las intenciones, las emociones y los pensamientos por medio del aire alucinatorio que despierta.
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